Paredes blanqueadas
Incluso los creyentes más fieles llegaron a considerar excesivo el letrero de la calle que les identificaba como comunidad cristiana.
14 DE AGOSTO DE 2025 · 22:35

El alejamiento de la imaginería católica por parte de aquella comunidad religiosa reformada llegó a tal extremo que suprimieron todo vestigio simbólico de la fe cristiana que colgase de las paredes y el techo de la sala eclesial.
Las paredes blanqueadas y vacías dotaban de una luz célica que inspiraban devoción y piedad animadas artificiosamente por los fluorescentes.
Bueno, a decir verdad, hubiera sido más distraída la observación detenida de algún objeto decorativo coloreado, y que no les dejase con la mente en blanco.
O quizá una miserable foto de paisaje suizo también les habría proporcionado esperanza, ilusión y vida, alejados así del sopor calcáreo.
Incluso los creyentes más fieles llegaron a considerar excesivo el letrero de la calle que les identificaba como comunidad cristiana, y convinieron en hacerlo desaparecer.
Sostuvieron la fidelidad iconoclasta hasta donde pudieron.
Y pudieron hasta que fue necesario embolsar dinero para hacer obras de adecuación a la normativa municipal vigente en relación con la supresión de barreras arquitectónicas.
De todas las propuestas presentadas en reunión democrática de los fieles, hubo una que fue aclamada como la mejor por la mayoría.
No importa que la propusiese el más carnal de los creyentes, convenía reunir dinero fuese como fuese.
Pocos domingos después, los fieles se encontraron las paredes de la sala más contentas de lo habitual, de ellas pendían coloridos carteles publicitarios de casas comerciales como Coca-Cola, BMW, CaixaBank, Banco de Santander, BBVA, etc.
Por fin pusieron fin a la desolada desnudez mural.
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