Materia y antimateria se odian a muerte
Aquella antigua imagen del átomo, formado por un núcleo positivo de neutrones y protones sobre el que circulaban electrones negativos a la velocidad de la luz, ha quedado hoy algo anticuada.
04 DE FEBRERO DE 2023 · 22:40

La materia ordinaria de la que están hechas todas la cosas que nos rodean, así como nuestros propios cuerpos, se llama también “bariónica” porque está constituida por bariones y otras cosas.
Estos bariones son una familia de partículas subatómicas formadas por tres quarks, como los neutrones y protones del núcleo de los átomos. En general, los átomos de la materia se caracterizan por presentar cargas eléctricas.
Los neutrones -como su nombre indica- carecen de ellas pero los protones tienen carga positiva, mientras que los electrones la tienen negativa.
No obstante, hay que reconocer que aquella antigua imagen del átomo, formado por un núcleo positivo de neutrones y protones sobre el que circulaban electrones negativos a la velocidad de la luz, ha quedado hoy algo anticuada ante la complejidad revelada por la mecánica cuántica.
A pesar de esto, para entender los conceptos de materia y antimateria no es necesario profundizar en tales detalles. ¿Qué es la antimateria?
La antimateria también es materia bariónica o común pero con las cargas eléctricas cambiadas. Sus protones son negativos mientras que los electrones de la antimateria tienen carga positiva.
Se habla así de antiprotones, antielectrones y antipartículas. ¿Existen realmente tales antipartículas en el universo? Desde luego, por ejemplo, el Sol así como el resto de las estrellas están continuamente fabricando enormes cantidades de antielectrones o positrones, como también se les llama, que son consecuencia de las reacciones de fusión nuclear llevadas a cabo en su interior.
Lo que pasa es que tales positrones se desintegran espontáneamente al entrar en contacto con partículas opuestas. Las antipartículas tienen una vida muy breve ya que pronto chocan con otras partículas y ambas son eliminadas, generando determinada energía.
Como la mayor parte de la materia conocida está constituida por partículas, sus opuestas -las antipartículas- tienen poquísimas posibilidades de prosperar y pronto desaparecen.
Semejante comportamiento autodestructivo de la materia y la antimateria genera un problema a la hora de explicar el origen del cosmos. [1]
Se supone que al principio debió formarse la misma cantidad de materia que de antimateria ya que no hay ninguna razón para pensar que una tuviera que dominar sobre la otra.
Pero si esto hubiera sido así, al entrar en contacto, ambas se habrían destruido inmediatamente. ¿Cómo pudo entonces crearse el universo? Esto es algo que la ciencia actual no es capaz de explicar.
Es evidente que “algo” permitió que se formase mucha más materia que antimateria y esto hizo posible nuestra existencia. Este sigue siendo uno de los principal misterios del mundo.
Otro es que vivimos en un lugar casi totalmente desconocido ya que sólo entendemos cómo es el 5% del universo. Se supone que el 95% restante está formado por energía oscura (68%) y por materia oscura (27%) que tampoco sabemos cómo es.
Todo esto me lleva a concluir que aquel antiguo deseo del salmista de alabar al Dios creador por su grandeza continúa estando hoy de absoluta actualidad: Alabadle en la magnificencia de su firmamento (Sal. 150:1).
1. Cruz, A. 2005, La Ciencia, ¿encuentra a Dios?, Clie, Terrassa, p. 95.
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