¿Es Génesis 1 - 11 “mito-historia”?

En la última década, se han organizado debates entre expertos sobre este tema y, en vez de alcanzar un consenso, las opiniones de los creyentes se polarizaron todavía más.

16 DE ENERO DE 2022 · 08:10

Foto: Antonio Cruz.,
Foto: Antonio Cruz.

Esta es precisamente la conclusión a la que llega el famoso apologista cristiano William Lane Craig en su último libro, El Adán histórico: una exploración bíblica y científica. (1)

El asunto no ha dejado indiferente a ningún creyente de habla inglesa ya que la obra se publicó primero en inglés.(2) Sus evidentes y peliagudas implicaciones teológicas han hecho correr mucha tinta en las revistas y publicaciones cristianas del mundo anglosajón.

Durante la última década, se han venido organizando debates y conferencias entre expertos para tratar este asunto y, en vez de alcanzar un consenso, las opiniones de los creyentes se polarizaron todavía más.

Es muy probable que todo este revuelo mediático se traslade también al mundo hispano con la reciente traducción del libro de Craig ya que, como se afirma en el prefacio, “no importa lo que digas (o escribas) sobre los primeros capítulos de Génesis, tendrás muchos problemas con mucha gente”.

Las principales cuestiones que se suscitan en el libro son: ¿se ha logrado por fin reconciliar la Biblia con la ciencia? ¿Debe entenderse Gn. 1-11 literalmente o estamos ante otro mito fundacional similar al de los pueblos antiguos que rodeaban a Israel?

¿Existieron realmente el Adán y la Eva tradicionales -tal como afirma la Escritura y han venido creyendo millones de personas desde hace milenios- o, por el contrario, se trata sólo de una leyenda que pretende explicar los orígenes de la humanidad, como creen muchos otros?

Veamos la historia reciente de tal cuestión, así como los principales temas teológicos y científicos tratados en esta obra, antes de aportar nuestra propia opinión que, desde hace años, viene siendo esbozada ya en este mismo medio. (3)

Todo se inició con el bestseller del famoso genetista evangélico y padre del proyecto genoma humano, Francis S. Collins, ¿Cómo habla Dios?, en el que podía leerse:

“estudios de la variación humana, junto con el registro fósil, señalan el origen de los humanos modernos hace aproximadamente cien mil años, y muy probablemente en África occidental. El análisis genético sugiere que cerca de diez mil ancestros dieron lugar a la población entera de seis mil millones de humanos en el planeta. ¿Cómo mezclar entonces estas observaciones científicas con la historia de Adán y Eva?” (4).

Pocos años después, un artículo del periodista Richard N. Ostling, especialista en asuntos religiosos, fue publicado en el periódico evangélico Christianity Today (5), al que siguieron otros muchos de diversos autores (6) en otros medios, iniciando así el debate teológico y científico sobre el Génesis y, en particular, acerca de si Adán y Eva fueron o no personajes históricos.(7)

 

¿Qué es un mito?

Dos terceras partes del libro de Craig -que tiene 358 páginas en su versión en español- están dedicadas a analizar la naturaleza del mito en las narraciones primigenias de los pueblos periféricos a Israel.

Se aporta y comenta una abundante bibliografía de los principales expertos en el tema y se concluye que los mitos son narrativas tradicionales, orales o escritas, que se transmiten de generación en generación. Tienen carácter sagrado para la sociedad que los acoge y, por tanto, constituyen objeto de creencia.

Suelen estar ambientados en una época primigenia en la que los dioses intervienen con el fin de anclar las realidades del presente en dicho tiempo pretérito. Presentan elementos fantásticos y no tienen problemas con la contradicción lógica o las incoherencias racionales.

Después de ver los grandes temas comunes entre el relato de Génesis y los mitos babilónicos, asirios y egipcios, tales como la creación del mundo, el origen de la humanidad y su semidestrucción en el diluvio, Craig comenta que, a pesar de la semejanzas, “ninguno de estos mitos tiene nada parecido a la historia de Adán y Eva, su tentación y caída, tan fundamental en Gn. 1-11, antes del diluvio, ni leemos nada parecido a la historia posterior de la torre de Babel”.(8)

Por tanto, se plantea la cuestión sobre si el relato bíblico debe considerarse o no como una recopilación de los mitos extrabíblicos.

Algunos autores, como Hermann Gunkel y la escuela panbabilónica que le siguió, creyeron que sí, que los relatos de Gn. 1-11 se derivaban de los mitos del Antiguo Oriente Próximo.

Sin embargo, en la actualidad, pocos académicos defienden esta tesis de la dependencia. Uno de los primeros en rechazarla fue Samuel Sandmel, quien habló del error de la “paralelomanía” que cometían algunos eruditos bíblicos al exagerar primero las supuestas similitudes de ciertos pasajes bíblicos con los mitos y proceder luego a describir la fuente y la conexión literaria. (9)

Craig cita numerosos ejemplos de tales exageraciones para mostrar lo difícil que es establecer la dependencia entre narraciones paralelas.

En su opinión, es cierto que las narrativas de Gn. 1-11 comparten suficientes parecidos de familia con los mitos pero eso no sería concluyente ya que los relatos bíblicos muestran además un gran interés por la historia. Y esto es algo que no suele darse en los mitos.

 

¿En qué se asemeja Génesis a los mitos?

Dios aparece en la creación del ser humano como una deidad humanoide similar a la de los mitos politeístas ya que forma al hombre del polvo de la tierra y sopla aliento de vida en sus fosas nasales; se pasea por el Edén buscando a la primera pareja escondida entre los árboles; dice arrepentirse de haber creado al hombre; se complace con el olor grato del holocausto de Noé y, en fin, baja para examinar de cerca la torre de Babel recién construida.

Todos estos antropomorfismos parecen incompatibles con el Dios trascendente que crea los cielos y la Tierra en el primer capítulo de Génesis. No obstante, es posible que el autor humano de tales relatos no pretendiera que se interpretaran literalmente y asumiera que los lectores entenderían que eran simbólicos. (10)

Se trata de una manera coloquial de referirse a Dios, no de un tratado teológico para seguir al pie de la letra. Sin embargo, sería un grave error confundir tales antropomorfismos (recursos literarios o lenguaje figurado) con la realidad de los milagros y creer -como hacen Gunkel (11) y otros- que la aparición de milagros en los relatos de Gn. 1-11 es una indicación concluyente de que son míticos.

Si Dios hizo el mundo mediante el magno milagro de la creación, es lógico pensar que pueda intervenir también en él de manera milagrosa cuando lo desee.

Según Craig, “lo que es fantástico y, por tanto, mitológico en Gn. 1 es la creación del mundo en seis días consecutivos”. (12) Él cree que es posible que el propio autor del relato considerara fantástica la creación en seis días literales ya que relata hechos que bien sabía que no podían haber sucedido de forma natural en veinticuatro horas, pero que tampoco eran milagrosos.

Por ejemplo, la expansión de las aguas oceánicas en el día segundo, cuando se compara con Gn. 8:3 donde se dice que las aguas del diluvio “decrecían gradualmente” durante “ciento cincuenta días”.

También la tierra produciendo vegetación con semillas y árboles frutales el día tercero. Es evidente que una semilla requiere más de un día para convertirse de manera natural en árbol frutal.

Todo esto lo sabía muy bien el redactor de Génesis y es posible que considerara su relato como algo simbólico, por lo que no le preocupaba demasiado la existencia del día y la noche antes de la creación del sol en el día cuarto.

La serpiente del Edén sería otro elemento simbólico y fantástico ya que no sólo habla sino que es intrigante, malévola y se opone a Dios. Los antiguos israelitas sabían perfectamente que las serpientes no hablan y, por lo tanto, no habrían entendido esta descripción de forma literal sino simbólica.

Estas reflexiones de Craig han molestado a los creacionistas de la Tierra joven que interpretan el Génesis literalmente y creen que el universo sólo tiene unos pocos miles de años de antigüedad.

Sin embargo, han sido refrendadas por los creacionistas de la Tierra vieja que asumen la cronología estándar, aunque no todos los planteamientos de la teoría evolutiva, -con los que personalmente me identifico desde hace muchos años- y también por los evolucionistas teístas.

El autor de El Adán histórico es muy meticuloso en sus análisis y profundiza bastante en todos los temas tratados.

Por ejemplo, acerca de la idea, generalizada hasta hoy entre muchos autores, de que los antiguos hebreos compartían una geografía cósmica con el resto de culturas próximas, en la que la tierra se concebía como un disco plano rodeado por un mar circundante y el firmamento se concebía como una cúpula sólida sobre la tierra, en la que estaban pegadas las estrellas, Craig escribe: “quizás el ejemplo más atroz de literalidad injustificada con respecto a los materiales del AOP (Antiguo Oriente Próximo) sea la afirmación de que, según la llamada “geografía cósmica” del AOP, el cielo o los cielos son una cúpula sólida sobre la tierra, que toca su horizonte, en la que están grabadas las estrellas.” (13)

En realidad, todos en el mundo antiguo podían ver claramente que las estrellas se movían en el cielo y no estaban pegadas a una supuesta bóveda.

Si se suponen varias esferas concéntricas con las estrellas inscritas en la más interna, que sería giratoria, esta superficie tendría que estar en constante movimiento para explicar la subida y bajada de las estrellas en el cielo.

Algo incompatible con que esa cúpula estuviera en contacto con la tierra en su horizonte, apoyándose sobre pilares, montañas, polos o lo que fuere.

Por lo que Craig concluye: “los eruditos modernos occidentales del Antiguo Testamento, cuando afirman que los antepasados mesopotámicos pensaban en la tierra como un disco plano en un mar circunferencial cubierto por una cúpula sólida, son así, a pesar de sus pretensiones de entender la cultura del AOP, culpables de importar un literalismo rígido que es ajeno a los textos mesopotámicos.” (14)

 

Definición de “mito-historia”

Después de analizar las definiciones aportadas por dos eruditos, el asiriólogo, Thorkild Jacobsen, quien se refirió a Gn. 1-11 como un género único de literatura que llamó “mito-histórico” y el comentarista bíblico, Gordon Wenham, quien preferiría el término “protohistoria” ya que mito conduce a malentendidos en el lenguaje popular, Craig dice que no hay diferencia entre ambos conceptos.

Los dos se refieren a “individuos reales del pasado primitivo cuyas acciones son significativas para toda la humanidad.” (15)

Son relatos que exponen verdades teológicas profundas, de forma vívida y memorable, pero altamente simbólicas. En la mentalidad moderna, el término “mito” implica falsedad, sin embargo el autor de Génesis quería que su audiencia creyera que los eventos registrados realmente sucedieron, por lo que se puede decir que tales narrativas son “históricas”, aunque posean elementos figurativos o imaginarios.

Esto es lo que Craig denomina en su libro “mito-historia” y lo que le lleva a concluir que los parecidos de familia entre Gn 1-11 y los mitos del AOP conducen a pensar que la historia primigenia comprende mitos hebreos.

Sin embargo, el entrelazamiento de estos relatos primigenios con las genealogías que se refieren a personas reales, demuestra un interés histórico por parte del autor en hombres y mujeres que alguna vez vivieron y actuaron.

Yo creo que, aunque no se esté de acuerdo en todo lo que se expone en este libro, su lectura enriquecerá notablemente al lector y sin duda marcará un hito en el estudio de los orígenes.

En próximo artículos, analizaremos la opinión de William L. Craig sobre el Adán y la Eva históricos, así como la posibilidad de que pertenecieran a la especie Homo heidelbergensis.


Notas

1. Craig, W. L. 2021, El Adán histórico: Una exploración bíblica y científica, Kerigma, Salem, Oregón, Estados Unidos.

2.  Craig, W. L. 2021, In Quest of the Historical Adam: A Biblical and Scientific Exploration, William B. Eerdmans Publishing Company, Grand Rapids, Michigan, USA.

3. En Protestante Digital, por Antonio Cruz: Relevancia bíblica de Adán y Eva; Adán y Eva bajo la lupa; El Nuevo Testamento cree en Adán y Eva.

4.  Collins, F. S. 2007, ¿Cómo habla Dios?, 3ª Edición, Planeta, México, p. 222.

5.  Ostling, R. 2011, “The Search for the Historical Adam,” Christianity Today (June 3, 2011).

6. Collins, C. J. 2011, Did Adam and Eve Really Exist? Who They Were and Why You Should Care, Crossway, Wheaton; Enns, P. 2012, The Evolution of Adam: What the Bible Does and Doesn’t Say about Human Origins, Baker, Grand Rapids; Barrett, M., Caneday, A. B, y Gundry, S. N, 2013, Four Views on the Historical Adam, Zondervan Academic, Grand Rapids, Michigan; Halton, C. H. y otros, 2015, Genesis: History, Fiction, or Neither? Three Views on the Bible’s Earliest Chapters, Zondervan, Grand Rapids, Michigan; etc.

7.  Véase también el documentado artículo de Alfonso Ropero “El Adán histórico y la inerrancia bíblica” en Lupa protestante.

8.  Craig, W. L. 2021, El Adán histórico: Una exploración bíblica y científica, Kerigma, Salem, Oregón, Estados Unidos, p. 40.

9. Ibid, p. 77.

10. Ibid, p. 106.

11.- Gunkel, H. 1901, The Legends of Genesis: The Biblical Saga and History, GlobalGrey, 2019, pp. 10-11. Hay que tener en cuenta que el biblista protestante Hermann Gunkel, autor del método de la historia de las formas, estuvo muy influido por el naturalismo de la teología alemana del siglo XIX y esto le llevó a rechazar los milagros.

12.  Craig, W. L. 2021, El Adán histórico: Una exploración bíblica y científica, Kerigma, Salem, Oregón, Estados Unidos, p. 111.

13. Ibid, p. 168.

14. Ibid, p. 174.

15. Ibid, p. 150.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - ConCiencia - ¿Es Génesis 1 - 11 “mito-historia”?