“Dios no me escucha”

«Y le digo a Dios, a mi Roca: “¿Por qué me has olvidado?”». (Salmo 42:9)

Una de las peores sensaciones en la vida es cuando creemos que Dios no nos escucha. A veces nos sentimos solos o le pedimos algo y, aparentemente, él no responde, así que comenzamos a creer que está lejos, que no nos hace caso. ¡Eso nunca es cierto!

Cuando leemos el Libro de los Salmos, aprendemos que podemos derramar nuestro corazón delante de Dios e incluso quejarnos diciéndole todo aquello que no nos gusta o no comprendemos, porque él siempre está a nuestro lado. 

A veces permite que pasemos una situación difícil, inclusive que pensemos que estamos en el desierto como si él no nos estuviera escuchando para que nos demos cuenta de quiénes somos y lo que es importante en nuestra vida, porque cuando nos encontramos así y no tenemos nada, le buscamos a él de una manera desesperada.

Por eso, lo mejor que podemos hacer siempre es venir a la presencia de Dios y decirle todo lo que hay en nuestro corazón, sea lo que sea, sin esconderle nada, porque él siempre nos escucha.

¡Él te cuida siempre!