Desafío a envejecer
Cada mañana es un regalo de Dios, cada día es diferente.
11 DE NOVIEMBRE DE 2024 · 12:07

Uno de los mayores desafíos del ser humano es saber envejecer: Tengamos la edad que tengamos los años van pasando, y las circunstancias, las relaciones, los objetivos, van cambiando de tal manera, que no podemos negarlo. Hace poco escuchaba una entrevista con Paul McCartney, uno de los componentes de los Beatles, en la que decía: “Primero John, después George… lo más terrible de hacerse mayor es que tus amigos se van yendo”. Esa es una de las “señales” que nos anuncian que el fin está cerca: cuando nuestros amigos comienzan a irse.
Anouk Aimée dijo un día: “Sólo percibes la belleza real de una persona cuando envejece”. ¡Yo estoy profundamente convencido de que es así! Sólo cuando los años van pasando, la belleza interior de una persona se descubre por completo, y el carácter amigable y fiel desborda las circunstancias. Ese proceso es irreversible. No se trata de negar lo evidente: que el tiempo se va, tengamos la edad que tengamos; sino de aprender vivir de acuerdo a los años que uno tiene e ir desarrollando nuestro carácter de tal manera, que aprendamos a disfrutar nosotros mismos y con los demás. En cuanto a esto, tenemos muchas cosas que aprender aún.
En primer lugar, una persona se hace “vieja” en el peor sentido de la palabra cuando deja de reír, de soñar, y sobre todo ¡de amar! Esa es la razón por la que suelo decir que ¡hay personas viejas con tan sólo veinte años, y otros que nunca llegan a sentirse así a pesar de llegar a los cien! Tengas la edad que tengas, siempre debe haber tiempo para amar, para pensar en el mañana, para meditar en los sueños que aún nos quedan por delante y en lo que sucederá (si Dios quiere, claro), en los próximos días y meses… Porque conforme van pasando los años, es como si todo se magnificara: lo bueno de tu carácter se hace aún mejor; pero los defectos también alcanzan dimensiones mayores. Por eso necesitamos seguir trabajando en nuestro temperamento y dejar que Dios (¡Y también los demás!) nos ayuden.
Todas las personas mayores que conozco me dicen que les gustaría volver a comenzar otra vez, sabiendo lo que saben ahora después de lo que han vivido.
Puedes comenzar ahora. Cada mañana es un regalo de Dios, cada día es diferente. Aún siendo jóvenes no sabemos si tenemos algo más que el día de hoy... Cuando nos vamos haciendo mayores sabemos que eso puede ser posible ¡No cambia nada! sólo nuestra actitud para disfrutar de este día; por eso el profeta escribió: “Aún así, esperaré tranquilo....me llenaré de alegría porque el Señor me da fuerzas; da a mis pies la ligereza del ciervo y me lleva a alturas donde estaré a salvo”(Habacuc 3:19).
Sea cual sea la edad que tenemos hoy, uno de nuestros mayores desafíos es ir añadiendo vida a cada uno de nuestros días ¡Dios nos da las fuerzas para hacerlo! Ese desafío es nuevo en cada momento.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - Desafío a envejecer