40ª Conferencia de las Iglesias de Cristo en España

En julio 1965 tuvo lugar la primera Conferencia Nacional de las Iglesias de Cristo, encuadradas en el Movimiento de Restauración. La asistencia fue poca, pero en la vida -y también en la muerte- todo tiene un comienzo. A estas Conferencias asistían ancianos, predicadores, diáconos, otros líderes y miembros de las iglesias. En ellas se trataban temas doctrinales, mensajes de edificación y crecimiento espiritual, exposiciones de la Biblia y conferencias sobre la realidad social, política y religiosa de España. Las tres primeras Conferencias tuvieron lugar en Sevilla; más tarde rotaron en diferentes ciudades y lugares de España: Hoteles, residencias, centros culturales; un año las acogió el Palacio de Congresos de Madrid, donde se congregaban cada noche 500 personas. La 39ª Conferencia se reunió en el Hotel Cabo Cervera, de Torrevieja, del 28 al 31 de agosto. Asistieron 200 personas. El tema general fue "El Dios protector". Presentaron brillantes disertaciones Juan Hernández, Miguel Perdomo, Jesús Manzano, Manuel Corral, Antonio Cruz, Hugo Alonso, Juan Antonio Monroy y Carmelo Palmes. José Perera ofreció una panorámica visual del protestantismo español y David Bianchi habló del trabajo que realiza la ONG que preside, Talita Cum. La organización estuvo a cargo de Mercedes Zardain y Juan Hernández. Vicente Ruiz y Félix Benlliure administraron las finanzas. Los niños fueron atendidos por Yolanda Monroy, Loide Camargo, Eli Carbajal, Zoraida Díaz, Julia Lozano, Miriam López, Oneida González, Nora Bedoya y David Díaz. Zoraida Díaz y Eli Carbajal atendieron la venta de libros. Juanjo Bedoya y Salvador Sánchez, como suelen hacer cada año, manejaron las máquinas de grabación. Al finalizar la Conferencia, manos enlazadas, se cantó el himno "El Espíritu Santo en Jesús nos unió... ". Vicente Ruiz pronunció la oración final, dando gracias al Padre por las experiencias vividas y las bendiciones recibidas. RECONOCIMIENTO A J.A. MONROY Y M. ZARDAIN En el campo evangélico hay personas representativas que se oponen a homenajes. Alegan que al cristiano no se le debe tributar ningún tipo de honores. Ignoran porque quieren que el autor de la epístola a los Hebreos, citando el Salmo 8, afirma que el mismo Dios, destacando la grandeza del hombre, lo coronó de "gloria y de honra" (Hebreos 2:7). Si Dios honra a Su criatura en el cielo, ¿por qué no honrarla nosotros en la tierra? ¿Acaso no aconseja Pablo honrar al que honra merece? (Romanos 13:7). Por otro lado, el mismo apóstol es contundente cuando escribe a tos miembros de la Iglesia en Tesalónica. Les pide que reconozcan "a los que trabajan" (1a Tesalonicenses 5:12). Homenajear a un líder cristiano es simplemente eso, reconocer su trabajo. Mercedes Zardain es graduada del Instituto Bíblico Betel de Tánger y doctora Honoris Causa por el Defenders Theological Seminanry- de Puerto Rico. En 1965 trabajaba como secretaria del Coronel americano en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz. Su conocimiento del inglés es perfecto. Cuando se funda el movimiento de Restauración en España dimite de su trabajo muy bien remunerado y asume la secretaría del mismo. A lo largo de 42 años ha servido a las iglesias y a los predicadores en toda España. Al mismo tiempo ha sido gerente de la Librería Cristiana durante 20 años y secretaria de dirección de las revistas RESTAURACIÓN, PRIMERA LUZ, ALTERNATIVA 2000 y ahora VÍNCULO. Es tesorera de la Iglesia de Cristo en Madrid, a la que pertenece. El pasado 30 de enero falleció su esposo. Tiene una hija, Elisabeth. Juan Antonio Monroy fue el introductor y fundador del Movimiento de Restauración en España, al que ha dedicado 44 años de su vida. Es predicador, periodista y escritor. Ha predicado la Biblia y pronunciado conferencias en 58 países y en 29 de los 50 estados que tiene la Unión norteamericana. Zardain y Monroy recibieron sendas placas artísticamente enmarcadas en las que se hacía constar el motivo y la fecha. María Teresa Isanda, esposa de Félix Benlliure, fue la mujer elegida para entregar a Mercedes un reloj de mesa y Aurelia Trinidad un ramo de flores. Jesús Manzano ofreció a Monroy la placa y Félix Benlliure un reloj de muñeca. Al homenaje se unió la Iglesia de Ciudad Real. A título individual y por. medio de su predicador, Jenaro Redero hizo entrega a Monroy de una P.D.A. último modelo, de gran utilidad para un escritor viajero. Emilio Lospitao y Manolo Salvador, ausentes por motivos de trabajo el primero y de enfermedad el segundo, se unieron al homenaje a través de cartas emotivas y sentimentales. Valeriano Lanaspa, desde Francia, envió otra carta. En el caso de Monroy, es el tercer homenaje que se le tributa en menos de un año. Primero fue por el Consejo Evangélico de la comunidad madrileña; luego le llegó el reconocimiento a nivel de todos los evangélicos españoles en el Congreso celebrado en Barcelona; el de ahora, de sus compañeros y hermanos de la Iglesia de Cristo. "Tanto homenaje será que están deseando que me retire", bromeó Juan Antonio.