El ecosistema alpino en riesgo: “Desde el año 2000, los glaciares han perdido el 17% de su volumen”
Durante las olas de calor de este verano, el punto de fusión del hielo ha subido por encima del emblemático Mont Blanc (4.800 m). Los cristianos deberían liderar los esfuerzos para “reducir las emisiones de CO2 para detener este peligroso calentamiento”, dice el ambientalista Steve Tanner.
Evangelical Focus · BERNA · 23 DE AGOSTO DE 2022 · 14:00
Una de las historias del verano en Europa ha sido el ritmo de deshielo de los grandes glaciares en los Alpes.
Cuando las olas de calor de julio y agosto llegaron a Europa central, la altitud a la que se congela el agua subió hasta cinco mil metros, por encima del Mont Blanc (4.808 m), que es el pico más alto del sistema montañoso en el corazón del continente.
Un estudio publicado recientemente señala que entre 1931 y 2016 se ha perdido la mitad del volumen de los glaciares suizos. El ritmo solo ha hecho que acelerarse en los últimos años.
Evangelical Focus ha preguntado a un experto en Suiza sobre las consecuencias de esta tendencia para el ecosistema alpino y sus reservas de agua. Steve Tanner es el presidente de A Rocha en Suiza, una organización conservacionista de carácter cristiano.
Pregunta: Este verano, la altitud a la que se congela el agua ha superado los 5.000 metros, en comparación con los niveles normales de verano que se sitúan entre los 3.000 y 3.500 metros ¿Por qué es esto un problema?
Respuesta: Este gran incremento de altura del aire a cero grados significa que la nieve o el hielo por debajo de esta altura son propensos a derretirse. En los Alpes, donde la cumbre más alta está a 4.800 metros y la mayoría de los glaciares se encuentran entre los 2.600 y los 4.000, un ‘cero grados’ a más de 5.000 metros significa que todo el volumen de nieve y hielo está expuesto a derretirse durante estos períodos de intenso calor.
Si este derretimiento no puede compensarse con precipitaciones durante el invierno, los glaciares desaparecen lentamente. Esta es una gran amenaza para los glacieres y para todo el ecosistema alpino.
P: ¿Por qué son importantes los glaciares para la biosfera de los Alpes? ¿De qué forma podría afectar su desaparición a otros elementos?
R: Los glaciares son muy importantes porque actúan como reguladores de la temperatura y del suministro de agua para el medio alpino y todos los ecosistemas regados por los ríos alpinos. Su deshielo natural en verano trae agua dulce a ríos y lagos. Sin ellos muchas especies alpinas adaptadas a las bajas temperaturas no sobrevivirían.
Por ejemplo, peces como las truchas sobreviven gracias al agua dulce de los glaciares. Este deshielo natural es también la principal fuente de agua de los ríos durante el verano.
Si los glaciares desaparecen, los ríos enfrentarán una severa reducción de caudal durante los meses de verano y perderán la mayor parte de su vida. Los lagos también sufrirán. No debemos olvidar que en Europa, los ríos más grandes como el Ródano, el Rin, el Danubio y el Po nacen en los Alpes.
P: ¿El cambio climático acelera el derretimiento de los glaciares?
R: Los Alpes son más vulnerables al calentamiento global del clima que el promedio debido a los efectos locales. Si bien el aumento de la temperatura global debido al impacto humano se calcula en un promedio de 1 grado, en los Alpes es de 2 grados.
“Nuestra fe en Dios está en el centro de nuestra acción por el clima”.
En la medida en que el límite de nieve y hielo aumenta en 100 metros por cada grado de aumento de la temperatura, el límite de los glaciares también aumenta. Desde el año 2000, los glaciares alpinos han perdido un 17% de su volumen. Esta tasa de derretimiento está totalmente relacionada con el calentamiento global.
P: ¿De qué forma influyen tu cosmovisión y tu fe cristiana en tu enfoque conservacionista de la naturaleza?
R: Al crear nuestro mundo, Dios ha creado leyes y principios físicos y biológicos que podemos descubrir a través de la observación y la razón. La ampliación de nuestra comprensión sobre cómo funciona la Tierra, y especialmente el clima, no nos hace independizarnos de Dios. Al contrario, nos ayuda a entender mejor su llamado a nosotros para cuidar su creación.
Antes de conocer el efecto fundamental del CO2 en el clima de la Tierra, un fenómeno que Dios puso en marcha desde el principio, los humanos no podían entender su efecto sobre el clima. Así como Dios nos permitió saber cómo el CO2 regula la temperatura de la Tierra, ahora podemos entender que nuestras emisiones exageradas de CO2 sobrecalientan la Tierra. Esto nos coloca frente a nuestras responsabilidades y nos exige, sobre todo si somos cristianos, reducir fuertemente nuestras emisiones de CO2 para frenar este peligroso calentamiento. Nuestra fe en Dios está, por lo tanto, en el centro de nuestra acción por el clima.
Acerca de Steve Tanner
Ha estado involucrado en la acción climática durante los últimos 10 años y orienta con entusiasmo su estilo de vida personal hacia el uso mínimo de los combustibles fósiles.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ciencia - El ecosistema alpino en riesgo: “Desde el año 2000, los glaciares han perdido el 17% de su volumen”
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