El pecado no tiene «color»
Vi hace poco el anuncio de una teleserie titulada El color del pecado. La presentaban como muy seductora, aunque se trata, al parecer, de un drama con sus momentos de pasión e ilusión, y sus desencuentros, infidelidades y sufrimientos. Como incentivo y consecuencia de su aparente atractivo, la propaganda vaticinaba: “Pecarás más”.
13 DE ENERO DE 2007 · 23:00

Aunque, ¿cuál es la ventaja? Es como si trabajando en una licorería, te dijeran: ¡qué suerte, te emborracharás más! ¿Es esto un privilegio?
Dejo de lado, ahora, el lugar que merecen momentos de pasión en la vida humana, que no te niego. Estoy en contra del aburrimiento y del tedio en la relación de pareja, ya lo sabes. Pero la pasión no puede ser el único incentivo para el disfrute de la vida: es inmaduro. Otra cosa es el pecado. Es feo, repugnante y mortal, no tiene color. Porque el pecado engaña.
Mucha gente se ríe del pecado, pero yo veo que (se crea o no en Dios) a la gente no le gusta que la engañen. Duele mucho sentirse traicionado por otros. ¿A quién le entusiasma que le estafen? Anécdotas en nuestra vida social abundan, desde la filatelia hasta el transporte aéreo y, en la relación de pareja, la infidelidad sigue causando mucho sufrimiento y dolor hoy día.
Además este dolor se acrecienta cuando uno reconoce que, pese a las evidencias, se había autoengañado. Es decir, que estaba sinceramente convencido de la autenticidad de lo que creía, pese a ser falso. Eva vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto… pero se equivocó.
En segundo lugar, el pecado no sólo engaña, sino que paga mal. Al final: soledad, sufrimiento, culpa y muerte como consecuencias directas de las conductas realizadas, porque la paga del pecado es muerte. ¿Es eso felicidad?
Lo que tiene color es la vida, y más la vida eterna. Pero, para podérnosla dar, el Hijo tuvo primero que sentenciar definitivamente al pecado en la cruz. Ella sí da luz radiante con un prisma multicolor.
¡Un abrazo!
Carlos
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