Coffee Life Cátering, un espacio de libertad y sanidad al salir de la trata
Como parte de la Asociación Amar Dragoste, el proyecto Coffee Life Cátering busca generar nuevas oportunidades de empleo para mujeres víctimas de trata.
Hace ya catorce años que la Asociación Amar Dragoste echó a andar como una respuesta a la indignante realidad del tráfico de seres humanos en España. “Somos un país de tránsito y de destino. El primer país de Europa en cuanto a destino de tráfico de personas y el tercer país del mundo con mayor consumo de prostitución”, explica Carolina Sánchez, directora de la entidad.
Dentro de los diferentes programas que forman el proceso de acogida y apoyo con el que trabaja Amar Dragoste, Coffee Life Cátering da una respuesta específica a la necesidad de reinserción en el ámbito laboral por parte de las mujeres explotadas. “Es un proyecto muy especial porque supone la libertad de muchas mujeres que son supervivientes de algo realmente fuerte”, señala Sánchez.
Con un reconocimiento notorio por parte de la Administración pública, trabajando en iniciativas con la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y recibiendo financiación pública, Amar Dragoste busca ampliar la red de colaboradores con el proyecto Coffee Life Cátering en el sector privado. “La parte de la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas es muy importante en la colaboración”, asegura Sánchez. “Queremos extender el proyecto y generar los ingresos suficientes para hacerlo sostenible”, añade.
Pregunta: ¿En qué contexto surge la idea de Coffee Life Cátering?
Respuesta: Amar Dragoste es la asociación con la que nace el proyecto del cátering. Se funda en el año 2010 con el objetivo de luchar contra la esclavitud y la desigualdad. De hecho, dragoste, es una palabra rumana. Esto tiene que ver con algo que ocurrió en el mismo año 2010 en que nació la asociación. Lo primero de que me di cuenta es que muchas de las mujeres que estaban siendo explotadas sexualmente eran de origen rumano. Iniciamos una pequeña investigación para averiguar las raíces de la causa. Estando en Rumanía, en las calles donde las mujeres estaban siendo prostituidas, una de ellas me dijo que la palabra significa amor y que era muy importante para ella. Fue un momento muy valioso, y de ahí el nombre en el proyecto. Pero no solo ayudamos a mujeres de Rumanía, sino de muchos países, prácticamente en los cuatro continentes, porque España tiene un problema muy grave de trata de seres humanos. Somos un país de tránsito y de destino. El primer país de Europa en cuanto a destino de tráfico de personas y el tercer país del mundo con mayor consumo de prostitución, con uno de cada cuatro hombres reconociéndolo según las estadísticas. Somos un lugar donde poder traer víctimas porque va a haber mucho consumo garantizado.
“Somos un lugar donde poder traer víctimas porque va a haber mucho consumo garantizado”.
Nuestro lema es “Luchar por libertad, vida a vida”, porque uno se abruma cuando escucha estos datos. Tenemos un área de incidencia política, desde la que luchamos por una transformación en nuestras leyes para que esto no siga ocurriendo. En España la prostitución es alegal, es decir, esto es una especie de paraíso para este negocio. Aparte de esa función de intervención político, nuestro bloque de trabajo destacado es la intervención directa con víctimas y supervivientes de trata y de explotación sexual, además de mujeres procedentes de colectivos vulnerables y en situación de riesgo de exclusión social.Tenemos doce delegaciones en doce ciudades de España y cada sede está especializada en ir a lugares en los que se da la clandestinidad, es decir, las zonas más oscuras de prostitución donde hay posibles víctimas, como clubes de carretera o polígonos industriales. Con una estrategia sociosanitaria vamos detectando posibles víctimas y mujeres que quieren dejar esa situación y trabajamos en colaboración con fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil. Desde nuestro servicio de información y orientación, que está en Getafe, se centralizan todas las operaciones nacionales, se buscan los recursos de protección para todas las mujeres que necesitan ayuda, protección y seguridad, y se coordinan todos los traslados de las mujeres.
Nosotros, especialmente, tenemos tres recursos de acogida que tienen una atención 24h, un equipo especializado y una intervención muy profunda para que cada mujer pueda volver a recuperar su vida, sus sueños y pueda ser sanada. Se trata de vidas que han sufrido mucho. Si una violación es una experiencia muy grave que se puede vivir, imagínate que durante años o meses, día tras día, te violen 20 veces al día. Son traumas muy profundos y se necesita de una intervención muy profunda y especializada para que la mujer pueda recuperarse. En esos recursos de acogido que tenemos, las mujeres tienen acompañamiento educativo, sociolaboral, jurídico especializado, ocio y tiempo libre, apoyo psicológico y en salud, etc. Todo eso se hace de manera coordinada e integral para que la mujer pueda recuperarse.
P: Y de ahí nace la idea del cátering como respuesta a las necesidades de las mujeres.
R: Dentro del área sociolaboral, observamos que se nos estancaban algunos procesos y que necesitábamos una mayor relación con las empresas. Así que surgió la idea de crear nosotros un itinerario propio que pudiera formar, ayudar y hacer primeras contrataciones. Una herramienta que sirviera a modo de empuje en el desarrollo de habilidades y competencias para el empleo para todas estas supervivientes. Así nació primero Coffee Life, que ahora ha sido transformado en Coffee Life Cátering, un cátering solidario.
Con una cocina cerrada, hay un proceso formativo en el que las mujeres aprenden todo lo que es el servicio de cátering y hostelería, y ofrecemos ese servicio a todas las empresas, eventos y diferentes lugares en los que nos piden ser parte. El cátering es un proyecto muy especial porque supone la libertad de muchas mujeres que son supervivientes de algo realmente fuerte. Su fuerza, sus habilidades, su empoderamiento y empleo. Es un servicio muy profesional que sale muy bien y que está pudiendo generar empleo para esas supervivientes. Sería muy bueno poder relacionarnos con muchas más empresas. A menudo hay necesidad de cátering, y qué mejor forma de hacerlo que siendo solidarios y promoviendo la libertad de mujeres.
P: ¿Con cuántas mujeres habéis trabajado desde 2010 y cuántas han formado parte de este proyecto solidario hasta ahora?
R: Solo a nivel de detección, el año pasado atendimos a más de 1.800 mujeres, pero a nivel de acogida, es decir, que hacen todo el proceso completo que tiene una duración de años, hemos pasado ya el expediente número 100. Se trata de un proceso profundo en el que la mujer no se va hasta que tiene todas las habilidades, todo el trabajo, todo el dinero, todo el ahorro necesario para nunca más volver a encontrarse en una situación de vulnerabilidad. Son procesos que se pueden alargar menos o más, desde un año hasta cuatro.
“Tenemos alrededor de ocho mujeres que, cada año, pasan por todo el proceso formativo”.
En Coffee Life Cátering normalmente tenemos alrededor de ocho mujeres que, cada año, pasan por todo el proceso formativo, obtienen ese primer empleo y también viven el proceso de puente. Lo que hacemos es desarrollar acuerdos con empresas más grandes relacionadas con la hostelería que luego van contratando a las mujeres en un proceso más largo porque nosotros no tenemos esa capacidad. Lo que sí hacemos es todo el trabajo previo de inserción que se necesita para ya después volar.
P: ¿Cómo viven todo este proceso las mujeres que forman parte de ello?
R: Es una parte muy importante para ellas porque representa el proceso formativo, aumentar su autoestima, perder los miedos, relacionarse con el cliente, aprender, etc. Es un proceso que, para ellas, genera todo lo necesario que van a requerir para la vida laboral. Además, van comenzando a tener algunos ingresos. Es una pieza pequeña de un puzle grande que se trabaja a nivel integral, pero el empleo es necesario para la dignidad de las personas. Así que es algo muy importante.
Siempre nos enfocamos en cuáles son sus sueños. Es la pregunta que les hacemos al conocerlas porque en función de lo que nos digan es que vamos a trabajar para acompañarlas en ese proceso de lograrlo. Así que si una mujer no quisiera trabajar en la hostelería, siempre la vamos a reenfocar en otras áreas, según sus deseos.
P: ¿De qué valores y sensibilidades proviene un proyecto así?
R: Descubrí el mundo de la trata y la explotación hace más de 20 años, cuando terminé la carrera en la universidad. Yo no podía imaginar que existiera un vulneración de derechos tan fuerte en España, y también a nivel mundial. Que pudieran haber niñas que estuvieran viviendo situaciones tan fuertes de explotación. Entonces, fueron años en los que aprendí mucho y posteriormente decidimos poner en marcha un proyecto propio, con tantísimos retos. Buscábamos algo en lo que pudiéramos aplicar nuestros valores y la esencia de lo que pensamos y creemos. Empezamos con nada, pero con todas las ganas y la fuerza de crear algo que pudiera llegar a generar espacios de libertad y de sanidad.
Poco a poco consolidamos un equipo, conseguimos financiaciones y ahora estamos en doce ciudades de España, atendiendo a muchas mujeres y generando mucho impacto.
P: Un proyecto así no debe ser fácil. ¿Cuáles son las necesidades, tanto las más urgentes como también pensando a lago plazo?
R: Como nos encontramos en una fase de reinvención, todavía estamos trabajando para darnos a conocer y generar acuerdos y convenios con empresas para ser un proveedor habitual en el servicio de cátering. Estamos dedicando mucha atención a esto ahora porque es necesario generar una estabilidad. Queremos extender el proyecto y generar los ingresos suficientes para hacerlo sostenible.
Los cinco primeros años funcionábamos como Coffee Life a secas, que era una cafetería restaurante solidario. En cuanto al objetivo para el que fue creado, que era poder dar formación y demás, el proyecto función muy bien, pero a nivel de sostenibilidad fue muy complejo porque nos pilló la época de las restricciones por el Covid-19. Así que ha sido un proyecto que se ha tenido que reinventar con la cuestión del cátering para poder hacer algo sostenible.
P: ¿Qué hay de los retos? ¿Cuáles identificáis primero?
R: El hecho de generar clientela. Que el proyecto tenga visibilidad y que vayan saliendo diferentes eventos todos los meses para hacerlo sostenible. A partir de ahí, mejorar nuestra relación con proveedores. En este sentido, añadir también que siempre necesitamos de manos de expertos, de empresarios que puedan ayudarnos a hacer planes y líneas especiales de empleo que, muchas veces, quienes estamos en un sector social no conocemos tan en detalle. Ese apoyo y acompañamiento en los planes de acción sería otro reto.
P: Imagino que el proyecto puede recibir de muchos ámbitos y sectores.
R: Por supuesto. La parte de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de las empresas es muy importante en la colaboración. En primer lugar, si se quiere generar empleo para supervivientes, deben tener en cuenta que son mujeres muy formadas y preparadas, que pueden llegar a ser parte de una plantilla y hacer un trabajo espectacular, aunque hayan tenido que vivir una situación tan difícil en su vida. Pero poder tenerlas en plantilla y ser parte de la libertad es algo muy profundo. Incluso, sabemos que las empresas de más de 50 empleados tiene la responsabilidad y la obligación de tener colectivos vulnerables en plantilla, y estas mujeres formarían parte de ese porcentaje por el tipo de certificado que aportamos, lo cual es necesario para los descuentos y las bonificaciones que reciben las empresas.
Más allá de eso, animamos a que los empresarios participen de un proceso solidario y contraten el cátering si tienen algún evento o actividad. Al final, estarán fomentando el empleo de mujeres que lo han pasado muy mal y estarán haciendo sostenible su proyecto de libertad.
“Animamos a que los empresarios participen de un proceso solidario y contraten el cátering si tienen algún evento o actividad”.
Cuando las mujeres entran a formar parte del proyecto, tienen una presión muy fuerte sobre ellas porque en muchas ocasiones tienen hijos en los países de origen y deben buscar provisión. Muchas veces, como parte del proyecto de arte terapia, al entrar en casa, comienzan a hacer “joyas de libertad”. Ellas las fabrican, nosotros las vendemos y el 100% del precio es para ellas. Eso les permite tener algún ingreso todas las semanas para poder mandar a sus países. Las empresas muchas veces tienen que hacer regalos a sus trabajadores cuando llegan ocasiones especiales, y esta es una buena opción. Hay tanto para hombres, como para mujeres, y de diferente tipo. Es una forma de dar un poco de empleabilidad para las mujeres. También se preparan galletas y otros tipos de pastas en paquetes especiales para regalo que las mujeres también preparan y que forman parte del abanico de cosas que las mujeres producen y que es fundamental para ellas.Además, también nos ayuda el hecho de recibir las aportaciones y las donaciones provenientes de los excedentes que las empresas van generando. Es otra manera muy importante de colaborar. Actualmente, empresas como Amazon o PayPal son parte de nuestros donantes para la recuperación de las supervivientes. Es otra manera de ser parte.
P: ¿Qué tiene que hacer alguien que quiera hacerse socio de vuestra asociación?
R: Primero, entrar en nuestra web: www.amardragoste.org. Allí hay un lugar donde se especifica qué hacer para ser socio o donante. Se puede colaborar con un voluntariado, una donación puntual o incluso mensual. Hay personas que deciden hacerse socias colaborando, por ejemplo, con cinco o diez euros al mes. También se puede hacer una donación por PayPal, o incluso en especias, es decir, supermercados que nos donan parte de sus excedentes que van a caducar. Al final, con lo que uno tiene, puede colaborar.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cambiando el mundo - Coffee Life Cátering, un espacio de libertad y sanidad al salir de la trata