Las virtudes cristianas en los versos de Hildegard von Bingen (1098-1179)
Escritos hace nueve siglos, estos poemas mantienen su vigencia lírica y espiritual.
06 DE ABRIL DE 2018 · 07:50

Aquí difundo un breve manojo de textos de los muchos que integran ‘El coro de las virtudes’, la nueva publicación de Hebel Ediciones, dirigida desde Santiago de Chile por el pastor y poeta Luis Cruz-Villalobos.
Hildegard von Bingen (Alemania, 1098-1179) fue una abadesa, física, filósofa, profetisa, naturalista, compositora, poetisa y lingüista.
Considerada por los especialistas actuales como una de las personalidades más fascinantes y polifacéticas del Occidente europeo, se la definió entre las mujeres más influyentes de la Baja Edad Media. La traducción fue hecha por Rafael Renedo Hijarrubia, en 2013.
Las ilustraciones forman parte de los códices medievales que contienen la obra de von Bingen.
CONOCIMIENTO DE DIOS
Mira con qué vestido
estás revestida,
hija de la salvación,
y permanece firme
y nunca caerás.
VIRTUDES
Oh alma feliz,
oh dulce criatura de Dios,
que has sido edificada
en la profunda altura
de la sabiduría de Dios,
tú amas mucho.
HUMILDAD
Yo, la Humildad,
reina de las Virtudes,
digo:
¡Venid a mí, Virtudes,
y os alimentaré
para encontrar
el dracma perdido,
y para coronarla
con feliz perseverancia!
TEMOR DE DIOS
Yo, el Temor de Dios,
os preparo a vosotras,
hijas felicísimas,
para que investiguéis
dentro del Dios vivo
y no perezcáis.
OBEDIENCIA
Yo soy
la resplandeciente Obediencia.
Venid conmigo,
hermosísimas hijas,
y os conduciré a la patria
y al beso del Rey.
FE
Yo soy la Fe,
espejo de la vida,
venid a mí,
venerables hijas,
y os muestro
la fuente que brota.
ESPERANZA
Yo soy la dulce
indagadora del ojo viviente,
a quien no engaña
el sopor mendaz,
y donde vosotras,
oh tinieblas,
no podéis obcecarme.
INOCENCIA
Ovejas,
huid de las inmundicias
del Diablo.
AMOR CELESTIAL
Yo soy la puerta dorada
fija en el cielo;
quien pasa por mí
nunca gustará en su corazón
la amarga petulancia.
DISCIPLINA
Yo soy amadora de las costumbres sencillas
que no conoce las obras torpes,
Sino que siempre miro al Rey en su reino,
y le abrazo con altísima reverencia.
MISERICORDIA
¡Oh, que amarga es la dureza
del corazón humano,
que no endulza ni alivia las penas
con misericordia!
Quiero tender la mano
a todos los que sufren.
PACIENCIA
Yo soy la columna
que no puede derribarse
porque mis fundamentos
están en Dios.
VIRTUDES
Oh Dios,
¿Quién eres Tú,
que en Ti mismo
tuviste el consejo excelso
que destruyó el soplo infernal
en los pecadores y publicanos
que ahora lucen
en la suprema bondad?
Alabado seas,
oh Rey, por ello.
Oh Padre omnipotente,
de Ti fluye una fuente
de amor ardiente,
lleva con buen viento
a tus hijos en las naves
de las aguas,
y llévanos así también
a la Jerusalén celestial.
ENLACES PARA DESCARGA LIBRE DEL POEMARIO
https://issuu.com/hebel.ediciones/docs/2017_-_el_coro_de_las_virtudes_-_hv
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