Desmemoria histórica en el Castillo de San Jorge

La memoria histórica a través del espacio físico es un tesoro que debe ser protegido y valorado.

11 DE OCTUBRE DE 2023 · 10:00

El Castillo de San Jorge, en Sevilla./ <a target="_blank" href="https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=27712074">CarlosVdeHabsburgo</a> - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, Wikipedia,
El Castillo de San Jorge, en Sevilla./ CarlosVdeHabsburgo - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, Wikipedia

El Ayuntamiento de Sevilla ha cedido el espacio del Castillo de San Jorge para sede de la Asociación del Gremio de Arte Sacro de Sevilla. Esta noticia, a inicios del mes de octubre en los medios, ha producido sorpresa y estupor en círculos de historiadores, conocedores y defensores del uso actual del castillo de San Jorge, sede de la Inquisición del tribunal de Sevilla, cuyo espacio para la reflexión representaba un modelo de concepción de un espacio dedicado a la memoria histórica.

Este lugar, emblemático en Sevilla y conocido por su actividad durante la Edad Media, fue un referente historiográfico en la Europa de la Reforma Protestante. De ahí que una decisión sobre uno de los principales espacios referentes en la historia de nuestro país merezca una profunda reflexión sobre el uso de este emblemático lugar.

La utilización del espacio físico para la memoria histórica es un aspecto esencial para la cultura e identidad de una sociedad, ya que crea una conciencia histórica que implica una comprensión profunda y crítica del pasado, y a su vez contribuye a la formación de una identidad colectiva y a la comprensión de las raíces culturales y sociales de una comunidad. Y en este caso, además,  para honrar a quienes vivieron eventos tan significativos en el pasado, como los sevillanos del siglo XVI.

Es por eso que, este espacio del castillo de San Jorge, es esencial para el estudio y la investigación académica. Los historiadores, arqueólogos, antropólogos y otros académicos dependen de la disponibilidad de fuentes primarias y secundarias para llevar a cabo sus investigaciones. Los archivos, museos, bibliotecas y otros lugares de preservación de la memoria histórica como el castillo de San Jorge actúan como depósitos de información de incalculable valor que permite a los investigadores profundizar en la comprensión de eventos pasados y las sociedades, como la Sevilla del medievo y comunidades como el foco protestante de Sevilla en el s. XVI, objeto de estudios e investigaciones por todo el mundo.

Esta práctica implica la preservación de monumentos, museos, sitios conmemorativos y lugares de reflexión, como era hasta ahora el lema del castillo de San Jorge. De ahí que somos muchos los que creemos que, desde el ámbito académico, existen argumentos sólidos a favor de preservar de manera exclusiva el espacio físico del castillo para la memoria histórica. Citamos algunos de ellos:

  • La utilización y preservación de lugares que recuerdan nuestra historia y la de los sevillanos del siglo XVI que desempeñaron un papel fundamental en la historia de nuestro país, con repercusiones en Europa, es necesario que sean protegidos.
  • Por otra parte, al igual que en los museos y monumentos, se crea una conciencia de educación crucial, preservando estos espacios como herramientas educativas que proporcionan una experiencia tangible a las generaciones actuales y futuras, contribuyendo a una conexión con su historia de una manera más profunda.
  • Permite rendir homenaje a nuestros antepasados, reconocer a aquellos sevillanos que hicieron contribuciones significativas con grandes sacrificios a causa de su fe. Figuras históricas de Sevilla que merecen ser recordadas.
  • El uso adecuado de este espacio como lugar de reflexión contribuye a la construcción de una identidad y a fortalecer nuestra unidad y riqueza nacional. Personas de diferentes orígenes confluyen para reflexionar sobre su historia compartida. Estas experiencias previenen del olvido colectivo de la memoria, esto es muy importante cuando se trata de eventos traumáticos como los ocurridos en el castillo San Jorge.
  • Propician la reflexión y el diálogo, ya que los lugares de memoria histórica ofrecen un entorno idóneo para la reflexión personal. Además del diálogo público sobre cuestiones históricas y contemporáneas, al proporcionan un espacio donde las personas pueden reunirse y discutir eventos y temas importantes. Se promueve una comprensión más profunda y se fomenta el diálogo constructivo.
  • Este uso exclusivo para la reflexión y memoria no se contrapone necesariamente con la viabilidad económica del espacio. Los lugares de memoria histórica tambien impulsan el turismo cultural y el desarrollo económico que se refleja en la economía local.
  • Finalmente se hace necesario recordar la responsabilidad y la justicia. El espacio del castillo de San Jorge, al igual que los monumentos y museos, son utilizados como recordatorios de la responsabilidad y la justicia, y con nuestras aportaciones como historiadores en aras de una pedagogía social, nos permite contribuir a formar jóvenes que sean ciudadanos activos, conscientes del valor de su entorno y aprender las lecciones que nos aportan los eventos ocurridos en el espacio del castillo de San Jorge.

En definitiva, el uso exclusivo para la reflexión y el diálogo del castillo de San Jorge, como lugar de memoria histórica es de vital importancia desde una perspectiva académica, contribuye a la construcción de la conciencia histórica y previene la amnesia histórica, facilita la investigación académica, fortalece la narrativa cultural y nacional, promueve la justicia y la responsabilidad, impulsa el turismo cultural y, en última instancia, sirve como un recurso valioso para la educación y la inspiración de las generaciones futuras.

La memoria histórica a través del espacio físico del castillo de San Jorge es un tesoro que creemos debe ser protegido y valorado pues, sin duda, contribuirá a una mejor y más profunda comprensión de la historia y a la promoción de valores como la justicia, la responsabilidad y la unidad. E irremisiblemente nos llevará a valorar y apreciar nuestro mayor legado: las personas, las vidas de aquellos sevillanos del siglo XVI a los cuales no queremos olvidar.

 

Antonio M. Simoni es profesor de Historia en la Facultad de Teología ADE.

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