Plataforma evangélica en la OEA

INTRODUCCIÓN

X. MANUEL SUÁREZ

Es bien conocido el imparable incremento de la población evangélica en Latinoamérica. Este avance se empieza a acompañar de una interesante toma de conciencia de su propio papel en el curso de la vida social y política de sus países.

Se están generando en este sentido iniciativas de todo tipo, pero llamamos ahora la atención sobre las iniciativas en la sociedad civil; queremos así que ustedes conozcan algo de la actividad de los evangélicos en la última asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA); para ello hemos entrevistado a varios de ellos que han participado activamente en ese evento.

Los irán conociendo en los próximos días. Todos ellos son activistas reconocidos en sus propios países; tienen en común una combinación de firme compromiso con el Señor y una sólida preparación profesional e intelectual; les he visto enfrentar el reto de la Asamblea con decisión, conscientes de las dificultades que tenían delante y de la misión que el Señor había puesto en sus manos. Junto a ellos, una multitud de evangélicos ha estado orando día a día, aportando asesoramiento, organizando eventos paralelos, etc.

Como dice uno de ellos, Aarón Lara, recordando Esther 4.14, “para esta hora hemos llegado. El Señor no nos ha traído hasta aquí para volver atrás.” En el Whastapp que compartimos escribí: “Quizás algún día miremos para atrás y veamos en este evento un punto de inflexión en la historia de Iberoamérica”; empiezo a vislumbrar que es así.

Aarón Lara sorprende por su inagotable capacidad de trabajo: en medio de las labores de redacción de la Declaración de Sta. Fe tuvimos que mantener una reunión por Skype y me citó un sábado a las 3 de la tarde, una hora aparentemente razonable ¡pero en México eran las 8 de la mañana!

Tiene capacidad ejecutiva y sus ideas están claras, pero es capaz de parar y esperar por los demás, incluso modificar su camino previsto, con una flexibilidad poco frecuente en líderes natos como él. Está continuamente meditando y diseñando nuevas vías de implementar la voluntad del Señor en cada proyecto. Era la primera vez que asistía a una asamblea de la OEA, pero diez ONGs acordaron delegar en él la presentación pública de sus propuestas; pueden ver el video, es emocionante.

47 ASAMBLEA GENERAL DE LA OEA

AARÓN LARA

En mayo de 2016 fuimos sacudidos por la noticia de la iniciativa del Presidente Enrique Peña Nieto de legalizar los matrimonios del mismo sexo y junto con un grupo de pastores decidimos enfrentar esta terrible disposición. Hay que confesar que aunque habíamos escuchado del avance de la ideología de género y los grupos de la diversidad sexual, nuestros proyectos de trabajo estaban centrados en otras áreas, pero esta circunstancia nos hizo darnos cuenta de la gravedad del tema.

Iniciamos con un anuncio desplegado en uno de los principales periodicos del país que causó una fuerte impresión, sobre todo del gobierno que nunca había sido confrontado por los grupos evangélicos de manera tan abierta. Seguido de eso convocamos a una reunión a 80 líderes nacionales (que fue creciendo hasta contar más de 300 líderes de todo el país), y propusimos llevar a cabo una Iniciativa Ciudadana por la Vida y la Familia, es decir una propuesta legislativa que garantizara la figura del matrimonio entre un hombre y una mujer para lo que se formaron diferentes comisiones.

La primera era formar un grupo de abogados que redactara el documento; organizar por estados del país o por denominaciones evangélicas la recaudación de firmas apoyando la propuesta a legislar (pretendíamos recoger un millón de firmas); organizar conferencias de prensa locales y marchas o manifestaciones públicas para informar a la ciudadanía; una comisión especial para convocar a una gran marcha el día de la entrega; una comisión que estableciera puntos de acopio y recogiera las firmas organizándolas para su entrega; entre otras.

Organizamos eventos informativos en varias ciudades e incluso en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, además de que invitamos a representantes evangélicos de otros países como observadores del proceso. Finalmente se entregó el documento a la Cámara de Diputados con más de treinta mil asistentes y 320 mil firmas de respaldo. El 9 de noviembre de 2016, la Cámara decidió detener la propuesta del Presidente de la República en un hecho inédito en la historia del país, y mantener el statu quo de la Constitución.

CONGRESO IBEROAMERICANO POR LA VIDA Y LA FAMILIA

En los meses que enfrentamos la contingencia y conforme nos fuimos adentrando al problema pudimos entender lo que significa la ideología de género y cómo es que ha avanzado de manera silenciosa y efectiva por todo Iberoamérica, así que convocamos a liderazgos evangélicos de todo el continente a una reunión en la que pudiéramos conformar un frente unido, sólido, estructurado, inteligente y de vanguardia que arrebate a los colectivos de la diversidad sexual la iniciativa que tan eficazmente los ha colocado a la cabeza de los avances democráticos en el mundo.

En febrero de 2017, celebramos el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia con asistencia de casi seiscientas personas de 17 países, entre ellos, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay en un evento sin precedentes en la historia evangélica nombrándose un Comité de 10 personas que tendría como tarea fundamental establecer las bases para convocar a la Asamblea Constitutiva del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia en 2018.

EN LA ASAMBLEA DE LA OEA

Como uno de sus principales desafíos, el Comité consideró fundamental asistir como observadores a la Asamblea de la OEA y nombró a Aarón Lara y Gilberto Rocha como sus representantes. Tras acreditarse por parte de una ONG, Aarón Lara fue nombrado vocero de una Coalición de 10 ONG´s y por ello tendría una participación de 5 minutos ante el pleno de la OEA, lo que nos daba una extraordinaria plataforma para conocer el manejo intrincado de cómo funciona ese organismo y cómo ha sido “tomado” por la diversidad sexual.

La Asamblea de la OEA, está dividida en tres actos: el primer día, las exposiciones de la Sociedad Civil donde sindicatos, organizaciones gremiales, colectivos de discapacitados, afrodescendientes, grupos provida y de la diversidad sexual, entre otros muchos presentan propuestas y tratan de hacer oír su voz. En esta Asamblea hubo tres rondas de 10 participaciones con cinco minutos cada uno. Por supuesto los grupos de la diversidad sexual y los provida son quienes tienen más voceros y por lo tanto más representatividad en la exposición de sus propuestas.

Hay que decir que entre todos los grupos provida no existe siquiera uno de evangélicos. Es decir, hay pastores y cristianos evangélicos entre los grupos provida, pero ninguno de esos grupos es de sólo evangélicos, ninguno es dirigido por evangélicos, no hay un posicionamiento cien por ciento evangélico. Cierto que los evangélicos son tratados con respeto y se respira un ambiente de solidaridad y camaradería, pero la ausencia evangélica es notoria.

La segunda parte de la Asamblea es el posicionamiento de los cancilleres de los países que en este año se centró sobre el caso Venezuela; y la tercera y última parte, que es por cierto la más delicada, se da entre el segundo y el último día de la reunión en la que se analizan, consensúan y formalizan declaraciones sobre diversos temas, entre los que destacan los derechos humanos, que es la excusa de los grupos de la diversidad sexual en su avance en los países.

Este año, su propuesta era incluir tres nuevas letras a su nombre representando nuevos colectivos. El Canciller de Paraguay encabezó valientemente la oposición bajo el argumento de que esas nuevas definiciones no estaban incluidas en la normatividad legislativa de su país y contó con el apoyo de países pequeños como Surinam, Jamaica y Santa Lucia. Tras fuertes discusiones y una férrea defensa de la soberanía (y mucha oración de todos los presentes y hermanos a quienes pedimos apoyo en todo el continente), se resolvió no incluir la propuesta en medio de airadas protestas de los colectivos de la diversidad sexual.

El saldo, desde una alegoría futbolistica, fue de tres a cero a favor de los grupos provida. El primer gol, en la exposición de los voceros que, con mucho, superó los posicionamientos pro-gay; luego en la exposición de los foros alternos en los que, por primera vez en los eventos de la OEA, se ofreció una conferencia por un psicólogo (evangélico) respecto a que la hosexualidad es curable ¡Toda una afrenta a los colectivos de la diversidad sexual! La cereza que coronó el pastel fue sin duda la valiente, firme posición del Canciller de Paraguay que evitó el avance del loby gay y que dejó el escenario como en 2016. ¡No avanzaron ni un ápice!

Por otra parte celebramos un Foro Paralelo en las tardes de los tres días del evento con asistencia de 150 personas en eventos de contenidos de gran riqueza en el que participaron solo evangélicos de Argentina, Bolivia, Paraguay, Colombia, Uruguay y por supuesto México, lo que nos muestra la gran capacidad del Cuerpo de Cristo en América.

Nuestras conjeturas son que es posible conformar un bloque evangélico para la Asamblea de 2018 que, por cierto, será en Washintong, D.C. Un bloque sólido, preparado y que reciba entrenaniento previo y desarrolle relaciones con los cancilleres de Latinoamérica y particularmente los Estados Unidos. Estamos frente a la oportunidad histórica, no sólo de frenar, sino hacer retroceder el avance de la diversidad sexual. Este es el momento de que la agenda de la vida se establezca en América y en el mundo. Para esta hora hemos llegado. El Señor no nos ha traído hasta aquí para volver atrás. El Señor está con nosotros. 

En un poco más de un año (la primera publicación fue el 30 de mayo), el Señor nos ha dado la gracia de realizar tres grandes hazañas: detener la iniciativa presidencial, un acto sin precedente en México, la realización del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia con la unidad de líderes evangélicos de 17 países; y la asistencia a la Asamblea de la OEA teniendo voz propia y participando en las estrategias para establecer una agenda provida dirigida por evangélicos.