¿Y qué podemos hacer? Pues bien, una de las cosas que podemos hacer es prestar atención a la ciencia."/>

Tubo de ensayo

Un editorial reciente de Protestante Digital empezaba citando estas palabras de Stuart McAllister en el Foro de Apologética celebrado el paso mes de Mayo: “Mientras Richard Dawkins -el representante más conocido del ateísmo contemporáneo- vende un millón y medio de libros, nosotros no podemos quedarnos cruzados de brazos sin hacer nada." ¿Y qué podemos hacer? Pues bien, una de las cosas que podemos hacer es prestar atención a la ciencia.

06 DE SEPTIEMBRE DE 2008 · 22:00

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De esta manera podremos conocer mejor el mundo del que habla Dawkins, el mundo en el que ha embarcado a ese millón y medio de lectores. Las ciencias llevan ya mucho tiempo influyendo de manera determinante en nuestra sociedad. Hoy en día, esta influencia no ha hecho más que agudizarse. Y esto no es ya una característica exclusiva de las sociedades occidentales. Poco a poco, otras sociedades se van incorporando a la cultura científico-tecnológica que surgió en el mundo occidental hace siglos: Japón primero, luego varios países del sudeste asiático, actualmente China, y posiblemente la India en un futuro próximo. Para bien o para mal, vivimos en una era en la que la ciencia y la tecnología son parte de nuestra vida diaria: aviones, teléfonos móviles, ordenadores, coches, antibióticos, vacunas, organismos transgénicos, transplantes… Y no sólo eso, sino que la ciencia y la tecnología están también expandiendo nuestro conocimiento del universo en el que vivimos: desde los satélites que exploran los confines del sistema solar, a la lectura del genoma humano. Vivimos en una nueva era de exploración vertiginosa, pero al mismo tiempo de grandes desafíos, al darnos cuenta del daño que nuestra tecnología está haciendo y puede hacer en el futuro al planeta tierra, nuestro hogar. Es por lo tanto fundamental que los cristianos comprendamos el mundo de la ciencia, y así podamos presentar el evangelio a nuestra generación teniendo ese mundo en cuenta. Una fe que ignore el fenómeno científico está en estos momentos condenada a la marginalización y la irrelevancia intelectual/cultural. Por desgracia, en el mundo cristiano de habla hispana, no ha habido tradicionalmente un gran interés por la reflexión sobre las relaciones ciencia y fe. Y esto se agudiza todavía más en el contexto evangélico, en el que la práctica totalidad de las pocas energías dedicadas a estos temas se ha volcado en el debate de los orígenes. El propósito de esta sección, que en principio se planea quincenal, es contribuir a difundir información sobre las transformaciones científicas que estamos viviendo día a día, y ayudar a integrar el mundo de la ciencia con la fe cristiana. Para ello, varios científicos cristianos iremos publicando artículos en esta sección, que cubrirán una amplia diversidad de tópicos relacionados con la ciencia. Dado el interés y la preocupación que genera entre muchos, la reflexión sobre los orígenes tendrá un papel importante. Pero el objetivo no es centrarnos exclusivamente en ese tema. Con el paso de los meses, se irán tocando otros temas, incluyendo referencias a noticias científicas de actualidad y también traducciones de textos que puedan ser de interés. De esta manera, esperamos estar contribuyendo a mostrar al mundo que el cristianismo tiene algo que decir en el siglo XXI: es relevante aquí y ahora. Artículo escrito por Pablo de Felipe (Grupo Fe y Ciencia -F&C-)

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