Dios no existe porque hay tanto mal en el mundo

¿El mal anula la existencia de Dios?

20 DE OCTUBRE DE 2018 · 21:15

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“Dios no existe porque hay tanto mal en el mundo”.

¿Es así?

El argumento deductivo tocante al mal ha asumido varias formas en nuestros días pero todas ellas comparten la misma esencia fundamental. El meollo del argumento es el siguiente:

Premisa 1: Dios es todopoderoso.

Premisa 2: Dios es bueno.

Premisa 3: Hay mal en el mundo.

Conclusión: Dios no existe.

Según el ateísmo, estas tres premisas son contradictorias. 

Si Dios es todopoderoso y si Dios es bueno, el mal no puede existir. ¿Por qué? Os contesto con la perspectiva de uno de los pensadores más destacados de la Ilustración, el francés Pierre Bayle (1647-1706). Si Dios fuera omnipotente, podría eliminar todo el mal que hay en el mundo. Y si Dios fuera bueno, desearía hacerlo. Pero ya que hay tanto mal en el mundo, sólo hay cuatro posibilidades lógicas:

1. Dios es bueno pero no es todopoderoso porque no puede acabar con el mal.

2. Dios es todopoderoso pero no es bueno porque no quiere acabar con el mal.

3. Dios no es ni bueno ni todopoderoso.

4. Dios simplemente no existe.

La cuarta posibilidad es la opción escogida por el ateísmo contemporáneo. Antes de procurar refutar la cuarta posibilidad de Bayle, quisiera criticar las primeras tres opciones presentadas por el escritor.

La carencia de los primeros tres argumentos es que Bayle fundamenta su argumento en la presencia del mal que hay en el mundo actualmente. Pero ahora no significa para siempre. 

Me explico.

El hecho de que exista el mal ahora no quiere decir que vaya a existir para siempre. La fe cristiana cree que el Dios de toda justicia ha establecido un día en el cual acabará definitivamente con el mal y la injusticia. Así Dios sí puede acabar con el mal porque es todopoderoso y Dios sí quiere acabar con el mal porque es bueno. Simplemente no lo ha hecho todavía. 

Pensad por un momento en un pollo gordo que vive en tu granja. Lo estás alimentado y se hace cada día más grande y suculento. La fecha es el 22 de diciembre. Es cierto que ahora mismo el pollo se cree el rey de la granja porque no paras de darle de comer. Pero la cena de Navidad se acerca y en cuestión de uno o dos días, vas a cortarle la cabeza.

 

La existencia actual del pollo no quiere decir que estará aquí para siempre. / Pixabay

La existencia actual del pollo no quiere decir que vaya a existir para siempre. La semana que viene ya no estará. Bueno, estará en tu barriga. Y de la misma manera, la fe cristiana cree que nuestro Dios todopoderoso y bueno pondrá fin al mal una vez y para siempre. 

La cena navideña no ha llegado todavía. 

 

¿DÓNDE ESTÁ LA CONTRADICCIÓN?

La cuarta opción de Bayle –la idea de Dios simplemente no existe- es la que los ateos de nuestros días han abrazado. Pero no deja de ser una postura problemática. Vamos a volver al argumento inicial. 

Premisa 1: Dios es todopoderoso.

Premisa 2: Dios es bueno.

Premisa 3: Hay mal en el mundo.

Conclusión: Dios no existe.

La pregunta que tenemos que hacerle a nuestro amigo ateo es: ¿dónde está la contradicción en estas tres premisas? En realidad, no hay ninguna contradicción a nivel lógico.

 

El escritor ateo Pierre Bayle. / Britannica.Com

Si quisiéramos que estas premisas tuviesen una contradicción, habría que añadir una cuarta premisa. Por ejemplo, podríamos decir que “Un Dios todopoderoso y bueno nunca permitiría que el mal existiera”. Eso sí sería una contradicción deductiva. 

O si añadiéramos una premisa que se leyese, “Un Dios todopoderoso y bueno no tendría una razón suficientemente buena como para permitir la existencia del mal”, estaríamos de nuevo ante una contradicción. Pero el argumento ateo en sí no es contradictorio. Así que, a nivel puramente deductivo, el ateísmo no puede demostrar que no existe. 

 

DIOS ES TODOPODEROSO

En plan lingüístico, como nos enseñó C.S. Lewis, habría que recalcar que las palabras ‘todopoderoso’ y ‘bueno’ no siempre quieren decir lo que la gente piensa. 

Empecemos con la palabra ‘todopoderoso’. Todopoderoso no quiere decir que Dios pueda hacer cosas lógicamente imposibles. Por ejemplo, Dios no puede crear un círculo triangular. No puede crear un soltero casado. ¿Por qué no? Porque son conceptos mutuamente excluyentes. En palabras de Lewis, “No es más posible para Dios, que para la más débil de sus criaturas, el llevar a efecto dos alternativas que se excluyen mutuamente; no porque su poder encuentre obstáculos, sino porque un disparate sigue siendo un disparate aun cuando nos referimos a Dios”.

 

El apologeta norirlandés C.S. Lewis./ ProtestanteDigital.Com

Las mismas Escrituras nos hablan en varios lugares de cosas que Dios no puede hacer. No puede mentir. No puede cambiar. No puede negarse a sí mismo. Dios, por definición, no puede dejar de ser Dios. El cristiano siempre utiliza el término todopoderoso con este matiz en mente. Dios es todopoderoso en el sentido de que puede hacer todo lo que sea lógicamente posible. No puede crear la luz y no crear la luz al mismo tiempo. 

Esta observación tocante al verdadero significado de todopoderoso es importante en esta cuestión del argumento a partir del mal contra la existencia de Dios porque los cristianos creen que Dios creó a dos seres humanos –Adán y Eva- con la capacidad de obedecer o de pecar contra Él según el ejercicio de su libre albedrío. 

A diferencia de toda su descendencia, nuestros primeros padres tenían una voluntad libre en el sentido de que no estaba condicionada por el pecado. Todos nosotros, sin embargo, nacemos pecadores con una voluntad esclavizada. Ya que Dios permitió que Adán y Eva disfrutasen de una voluntad más libre que la nuestra, el pecado entró en el mundo por su culpa porque ellos escogieron comer del árbol prohibido. 

Si un Dios todopoderoso otorga libre albedrío a un par de sus criaturas, no deja de ser todopoderoso cuando ellos emplean su voluntad para pecar contra Él. Sobre todo cuando nos damos cuenta de que desde antes de la fundación del mundo, Dios ya sabía que iban a rebelarse contra Él. 

El Señor podría haber optado por no crearlos. Pero aun así, les dio vida. Incluso en la caída, Dios seguía siendo todopoderoso. No es que el pecado de Adán y Eva le pillase por sorpresa. Y por la culpa de ellos (y la nuestra propia), seguimos sufriendo las consecuencias del pecado hasta el día de hoy. Génesis nos demuestra que el pecado maldice nuestro estado individual, social e incluso afecta la esfera de la creación. “La creación, explica Pablo, fue sujetada a vanidad… la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción… toda la creación gime a una y hasta con dolores de parto hasta ahora” (Romanos 8:20-22). De allí tantos desastres naturales; por la entrada del pecado en el mundo.

Con todo esto quiero decir que se puede casar la omnipotencia de Dios con la existencia del mal en el mundo. No son dos conceptos mutuamente excluyentes como en el caso de un círculo triangular o de un triángulo circular. 

 

DIOS ES BUENO

El segundo concepto que hay que estudiar es el término ‘bueno’. De nuevo, el ateo común y corriente tiende a definir el vocablo ‘bueno’ conforme a la cosmovisión moderna, centrada en el hombre. Es un concepto egoísta que piensa que el hombre es la medida de todas las cosas.

El ateo estaría dispuesto a creer en un dios que no castigue al ser humano por su pecado. Pero los cristianos creen que la bondad de Dios y la justicia de Dios andan juntas. De hecho, un Dios injusto no es bueno. Un juez injusto que libera a los criminales y condena a los inocentes es un juez corrupto y malvado. Si Dios no nos castigara por nuestra maldad, no sería bueno. 

Si hay mal en el mundo por nuestra culpa y por la culpa de nuestros padres, no quiere decir que Dios no sea bueno. Recordemos que los términos bueno y justo son inseparables. De la misma forma que un buen padre disciplina a sus hijos y un buen juez castiga a los criminales, un Dios bueno permite que haya consecuencias personales  y cósmicas por nuestra rebelión. 

 

RECAPITULACIÓN

En primer lugar, que no hay ninguna contradicción deductiva en el argumento contra la existencia de Dios. Como mucho, la presencia del mal podría hacernos dudar de la bondad de Dios; pero no de su existencia. 

En segundo lugar, recordar que el concepto omnipotente no quiere decir que Dios pueda hacer lo lógicamente contradictorio. Por lo tanto, si un Dios todopoderoso concede el don de la volición a Adán y Eva y ellos abusan de este regalo, la culpa es de ellos. 

Y en tercer lugar, en cuanto al vocablo ‘bueno’ es necesario tener presente que la bondad y la justica de Dios siempre caminan juntas. Un dios que no castiga y que no disciplina no puede llamarse bueno sino corrupto y malvado. 

Concluimos, pues, que el argumento deductivo a partir del mal no funciona para comprobar la no existencia de Dios.

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