¿‘Cristianos’ o ‘arrepentidos y reconciliados con Dios’?

A lo largo de su ministerio terrenal el Maestro de Galilea enseñó que el arrepentimiento es la huella profunda que debe marcar la vida de toda persona que desee seguirle, para vivir eternamente.

11 DE AGOSTO DE 2018 · 20:15

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Siguiendo con el artículo anterior (01), veremos qué nos aporta el NT sobre el arrepentimiento del pecador y su reconciliación con Dios. Al pasar del AT al NT debemos dejar en claro una importante cuestión. Los judíos tenían una idea errónea sobre la misión del Mesías; por esta razón Jesús explica a sus discípulos:

“No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir,porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido.(…) Luego les dijo:‘Éstas son las palabras que os hablé estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos’.” (02)

Esta declaración del Maestro de Galilea es fundamental para comprender la relación existente entre las figuras y ‘tipos’ del AT que apuntan a Jesús, único destinatario que las materializaría a cabalidad en el NT.

Por ejemplo, Saúl era el rey pedido por Israel cuando decidió dejar de lado a Jehová La Roca (03)y tener un rey humano, como las demás naciones. Pero este hombre desobedeció a Dios, y Dios lo destituye por medio del profeta Samuel: “Jehová ha desgarrado hoy de ti el reino de Israel y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú.Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta”.(04)

Dios no se arrepintió de conceder un rey a pedido de Israel. Y al destituirlo, le informa a Saúl que ya tiene a alguien mejor que él para sustituirlo: David. En su soberanía Dios afirma la autoridad de poner y sacar reyes (05). Tal sería la obra magna que simboliza este cambio de reyes, que el nuevo rey de Israel, a quien Dios define como “un hombre conforme a su corazón” es un tipo de Jesús, a quien Dios desde los cielos definió: “Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”cuando salía de las aguas del Jordán, donde Juan acababa de bautizarle, dando así cumplimiento a “toda justicia”.Esta justicia divina que anticipó en el AT al Mesías prometido, como la Gloria de Israel, pues no mentiría ni se arrepentiría; al Hijo de Dios hecho carne, concebido en forma unigénita, que nacería, viviría y moriría sin pecar. Única manera de que por su sacrificio expiatorio, Jesús – el Cristo de Dios - fuese transformado en el sacerdote que oficia eternamente por nosotros sentado a la diestra de Dios, desde donde es Rey de reyes y Señor de señores. (06)

Esta secuencia resumida demuestra que el AT no tendría sentido separado del NT; y que sería imposible comprender al NT sin el AT. Y sirve a nuestro propósito de demostrar que sin arrepentimiento del pecador no puede haber reconciliación con Dios; que es clave a los efectos de comprender que Él quiso restablecer una relación quebrada por la desobediencia del hombre, no fundar una religión. Por buena que fuese una religión, por moralizador que resultase un intento humano, ninguna obra humana da la talla frente al listón establecido por la obra redentora diseñada y ejecutada por Dios. 

Job, a pesar de ser justo ante los ojos de Dios, tuvo que reconocer que no había estado a la altura de la santidad divina, por eso exclamó al final de su increíblemente doloroso test: “Por eso me aborrezco y me arrepientoen polvo y ceniza”.(07)

 

JUAN 'EL BAUTISTA'

Juan, primo de Jesús, fue privilegiado por Dios para ver, oír y palpar con sus propios ojos, oídos y manos al Mesías prometido. Juan representa a todos los profetas que le precedieron, pero no gozaron el ver con sus ojos el cumplimiento de la palabra profética. Por eso es llamado el ‘último profeta’ antes de Cristo. ¿En qué consistió su obra? En anunciar el bautismo del arrepentimiento al Israel extraviado y alejado de Jehová Dios La Roca. 

A los que bautizaba Juan les arengaba:“Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento (…) Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.” (08)

 

EL SEÑOR JESUCRISTO

La tarea de Juan ‘el Bautista’ no quedó inconclusa. Porque“Después que Juan fue encarcelado, Jesús fue a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios.Decía: ‘El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepentíos y creed en el evangelio!’ “(09)Tras enseñarle luego a sus discípulos sobre la naturaleza de la nueva creación que obra el Espíritu Santo en quienes reciben de su boca la Palabra de fe, les comisiona al principio y al final de su ministerio:

“Id, pues, y aprended lo que significa: ‘Misericordia quiero y no sacrificios’, porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento (…) Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.”(10)

A lo largo de su ministerio terrenal el Maestro de Galilea enseñó que el arrepentimiento es la huella profunda que debe marcar la vida de toda persona que desee seguirle, para vivir eternamente.

El Evangelio se centra en el poder de Dios que obra en la salvación de los que se arrepienten, creen en Jesucristo para perdón de sus pecados, son santificados progresivamente y poseen la vida eterna.

La mayoría de los actos milagrosos realizados por Jesús no consistieron solamente en la sanidad de enfermos, liberación de endemoniados y resurrección de muertos. Su obra incluía en la salvación que se opera por medio de la fe que viene por la Palabra que desbloquea y abre plenamente el oído interior.

Como no podía ser menos, antes de ser glorificado, el Señor resucitado abrió el entendimiento de sus discípulos para que comprendiesen todas las Escrituras. Luego los comisionó a seguir con la obra que él había comenzado:

“Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer día;y que se predicara en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.Vosotros sois testigos de estas cosas.”(11)

 

LOS APÓSTOLES

Cuando estaban siendo discipulados por Jesús los Doce comenzaron por predicar el arrepentimiento:“Y, saliendo, predicaban que los hombres searrepintieran.” Y continuaron hasta que llegó eldía en que Dios envió al Espíritu Santo, en Pentecostés: “Pedro les dijo: ‘Arrepentíosy bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo’ (...) Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas.”(12)

La maravillosa gracia de Dios no se limitó a los judíos; luego de que muchos de ellos recibieran la Palabra de fe, esta fue predicada también a los gentiles (paganos); ya que para Dios no hay acepción de personas, somos todos iguales, por cuanto todos pecamos y nacemos destituidos de la gloria de Dios (13).

Pablo explica que su denuedo en predicar este mensaje incomparable a los paganos era para “que se arrepintieran y se convirtieran a Dios, haciendo obras dignas dearrepentimiento”. Y propone una reflexión que contrasta con el sentido común de todo pecador:“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y generosidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”Va más allá, aún, cuando declara en el foro de los filósofos griegos en Atenas, que la ignorancia es la causa del rechazo del perdón divino: “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”. (14)Pablo explica a los corintios que hay dos tipos de tristeza: la que produce remordimiento sin consuelo y muerte; y la que conduce al arrepentimiento con perdón de pecados, consolación del alma y esperanza de vida eterna:

“Ahora me gozo, no porque hayáis sido entristecidos, sino porque fuisteis entristecidos para arrepentimiento, porque habéis sido entristecidos según Dios, para que ninguna pérdida padecierais por nuestra parte. La tristeza que es según Dios produce arrepentimientopara salvación, de lo cual no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.”(15)

El mensaje de arrepentimiento va dirigido tanto al individuo como a la congregación de creyentes en Cristo. En las cartas que Jesucristo envía a las siete iglesias de Asia por medio del Apóstol Juan, es recurrente el mandamiento: “arrepiéntete”.(16)Este llamado hecho en los tiempos finales obedece al deseo profundo que nace en el amor incomparable de nuestro Dios:

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”; siendo una de las importantes tareas de los que sirven al Señor en su iglesia: “corregir con mansedumbre a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientanpara conocer la verdad.”(17)

Y no queda tiempo ni espacio para hablar aquí sobre la reconciliación. Si el Señor lo permite, lo haremos en el próximo artículo. Hasta entonces, un saludo fraternal con la paz de nuestro Dios.

 

Notas

01. http://protestantedigital.com/magacin/45263/Cristianos_o_arrepentidos_y_reconciliados_con_Dios

02.Mateo 5:17,18; Lucas 24:44.

03. Génesis 49:24; Deuteronomio 32:4, 15, 31, 37; 2ª Samuel 23:3; Salmos 18:2; 19:14; 28:1; 31:2; 42:9; 73:26; 89:26: 95:1; 144:1.

04.1ª Samuel 15:28,29.

05. Daniel 2:21.

06.Comparar 1ª Samuel 13:14; Hechos 11:36; Salmos 110:4;Hebreos 5:10; 6:20; todo el capítulo 7; Mateo 3:17; 17:5; Marcos 1:11; 9:7; Lucas 3:22; 9:35; 2ª Pedro 1:17; 1ª Timoteo 6:15; Apocalipsis 17:14; 19:16.

07. Job 42:6.

08. Mateo3:8,11; 

09. Ibíd. 4:17; Marcos 1:14,15.

10.Ibíd. 9:13; Lucas 5:32; 15:7.

11.Lucas 24:47.

12. Marcos 6:12; Hechos 2:38-41; y lo siguieron haciendo de allí en más: Hechos 3:19; 5:31; 11:18; 19:4; 20:21; 

13. Romanos 2:11.

14. Hechos 26:20; Romanos 2:4; Hechos 17:30; 

15. 2ª Corintios 7:9,10.

16. Apocalipsis 2:5, 16, 21; 3:3, 19.

17. 2ª Pedro 3:9; 2ª Timoteo 2:25.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - ¿‘Cristianos’ o ‘arrepentidos y reconciliados con Dios’?