El ecumenismo escribe su propia historia

Francisco es el primer pontífice del Vaticano que entra a un templo de la iglesia Valdense y pide perdón en nombre de la ICAR por siglos de persecución ¿Cuán fiel a la historia es el ecumenismo?

28 DE AGOSTO DE 2016 · 14:00

Explosión de la bomba atómica en Hiroshima.,
Explosión de la bomba atómica en Hiroshima.

Hace pocos días los medios de información  se ocupaban de la visita que el presidente Obama hizo al Japón. Era la primera vez que un presidente de EE.UU. en ejercicio pisaba ese país, después que su antecesor Harry S. Truman - sin previo aviso – inaugurase el empleo de bombas nucleares sobre los seres humanos, civiles en su mayoría.

Las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fueron devastadas y alrededor de un cuarto de millón de seres humanos murieron (01).

Hizo historia la fotografía del primer hombre de origen africano en ocupar la Sala Oval de la Casa Blanca abrazando a un japonés sobreviviente de aquella masacre. El mensaje del demócrata se circunscribió a enfatizar que el daño, imposible de reparar, debe servir para que nunca más se use la violencia entre los seres humanos.

Pero, llama la atención que la cabeza de la primera potencia mundial denunciase al armamentismo  y dijese que este estimula la acción de los necios.

Si bien asoció las guerras con la ambición sin límites y el odio fratricida, no quedó allí. De su discurso en Hiroshima (02) traduzco esta frase:

“Cada gran religión promete un camino hacia el amor, la paz y la justicia, y sin embargo ninguna religión se ha librado de los creyentes que han afirmado su fe como una licencia para matar.”

Como respondiendo a Obama, hace pocos días el papa Francisco fue noticia al convertirse en el primer pontífice del Vaticano en visitar una iglesia protestante (03). Lo que hizo allí impactó aún más: pidió perdón en nombre de la ICAR por las persecuciones contra otros cristianos.

Tanto Obama como Francisco representan enormes intereses terrenales. Los poderosos usan momentos de la historia para escribir nuevas páginas con sus propios objetivos. Encuentro en estos dos hechos concretos el reto apropiado para preguntarnos dónde estamos parados nosotros como seguidores de Jesucristo.

EL FUNDAMENTO BÍBLICO

En el artículo anterior hablamos de la iglesia en Jerusalén y de la urgente reunión convocada para tratar de resolver la división en Antioquía causada por cristianos judaizantes (04). Como resultado, el llamado ‘Concilio de Jerusalén’ envió una carta con recomendaciones precisas a los miembros de la iglesia en Antioquía. Nótese que no prohibieron nada; sólo aconsejaron lo que Dios ordena, ya que Dios no prohíbe. Porque es Soberano ordena. Veamos, a continuación, los temas sobre los que los Apóstoles impartieron su instrucción a los conversos gentiles para que se abstuviesen de varias malas prácticas que eran comunes en ese tiempo:

1. Contaminación con ídolos

La idolatría consiste en rendirle culto a alguien o a algo como a un dios; o a usarlo como mediador del único Dios verdadero. Es la expresión más cruda del rechazo a Dios como Creador y Redentor.

Moisés legisló sobre Israel mientras peregrinaba por el desierto durante cuarenta años. Como enseñanza preventiva el enviado de Dios advirtió: 

“Cuídate de no hacer pacto con los habitantes de la tierra dónde vas, no sea que esto se convierta en tropezadero en medio de ti; sino que derribaréis sus altares y quebraréis sus pilares sagrados y cortaréis sus Aseras (pues no adorarás a ningún otro dios, ya que el SEÑOR, cuyo nombre es Celoso, es Dios celoso) no sea que hagas pacto con los habitantes de aquella tierra, y cuando se prostituyan con sus dioses y les ofrezcan sacrificios, alguien te invite y comas de su sacrificio; y tomes de sus hijas para tus hijos, y ellas se prostituyan con sus dioses, y hagan que también tus hijos se prostituyan con los dioses de ellas.” (05)

A esa base bíblica acudieron los Apóstoles en Jerusalén para instruir a los conversos gentiles. Al mismo tiempo, no ignoraban la situación en la que vivían por entonces, bajo el poderoso y ecléctico Imperio Romano. Era lugar común que las comidas ofrecidas a los ídolos en las festividades mensuales fueran luego consumidas por los adoradores. El mismo César daba el ejemplo con sus famosas bacanales (06); las que conducirían a la caída del Imperio a manos de los bárbaros.

2. Inmoralidad sexual

Los Apóstoles leían el AT. En el capítulo 18 de Levítico se advierte a los israelitas que deben evitar la fornicación en todas sus formas posibles y el sacrificio de vidas a los ídolos:

2.1. Relaciones sexuales entre parientes.

2.2. Relaciones extra matrimoniales.

2.3. Relaciones homosexuales.

2.4. Relaciones sexuales con animales.

2.5. Sacrificar hijos a los ídolos.

Aunque aún no había cartas apostólicas circulando, el Apóstol Pablo ya estaba imbuido por el Espíritu de lo que nos legaría después, cuando les escribiera a los conversos en Corinto:

“Huid de la fornicación. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo.  ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?  Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” (07)

También a los de Tesalónica:

“Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual;  que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; y que nadie peque y defraude a su hermano en este asunto, porque el Señor es el vengador en todas estas cosas, como también antes os lo dijimos y advertimos solemnemente.  Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación.” (08)

c. No beber sangre ni comer carne con sangre

Antes del Diluvio, la dieta del hombre era vegetariana (09). Hubo después, sin embargo, un mandamiento que data desde los días de Noé, y fue dado para toda la humanidad: 

“Todo lo que se mueve y tiene vida os será para alimento: todo os lo doy como os di la hierba verde. Pero carne con su vida, es decir, con su sangre, no comeréis.” (10)

Es notorio que la carne asada con su sangre resulta más tierna y sabrosa. Pero, para Dios la vida está en la sangre – como la ciencia corroboraría mucho después – y ordenó no comer carne con sangre que provenga de animales que fueron ahogados o ahorcados, es decir no desangrados: 

“Si cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que residen entre ellos, come sangre, yo pondré mi rostro contra esa persona que coma sangre, y la cortaré de entre su pueblo.  Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la he dado sobre el altar para hacer expiación por vuestras almas; porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace expiación.  Por tanto dije a los hijos de Israel: Ninguna persona entre vosotros comerá sangre; tampoco comerá sangre ningún forastero que reside entre vosotros. Y cuando algún hombre de los hijos de Israel o de los forasteros que residen entre ellos, que al cazar capture un animal o un ave que sea permitido comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra. Porque en cuanto a la vida de toda carne, su sangre es su vida. Por tanto, dije a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la coma será exterminado.” (11)

La Ley anticipaba el sacrificio de Jesucristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y los redimidos por su sangre vertida en la cruz del Calvario la beberían simbólicamente en la copa de vino del sacramento de la cena del Señor que sería legado para la iglesia de Cristo (12).

La carta a los creyentes de Antioquía

Luego que el Concilio de Jerusalén hubiera llegado por unanimidad a la conclusión de que los gentiles eran admitidos por Dios en Su Pueblo, la iglesia, se decidió escribir una carta para comunicar formalmente las decisiones de los apóstoles. 

“Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; y escribir por conducto de ellos: ‘Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud.  Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo,  hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.  Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo.  Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis.  Pasadlo bien.” (13)  

La carta fue escrita, pero la llevaban los representantes de Jerusalén, para dar testimonio que lo dicho por Pablo y Bernabé era también la opinión oficial de los ancianos de la iglesia.  Esto fue necesario porque los fariseos que habían llegado a Antioquía habían creado confusión entre los miembros de esa congregación.

“Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación. Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras. Y pasando algún tiempo allí,  fueron despedidos en paz por los hermanos, para volver a aquellos que los habían enviado.  Mas a Silas le pareció bien el quedarse allí (...) Y Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos. ” (14) 

LA REFORMA PROTESTANTE

Ya hay grupos que trabajan en estos días preparando la celebración de los 500 años de la Reforma Protestante. Es bueno recordar que el proceso que culminó en Wittenberg en 1517 comenzó mucho antes con hombres como Pedro Valdo (15)  que predicaban el Evangelio de Jesucristo 300 años antes de Martín Lutero. Por esa causa es reconocido como uno de los precursores de la Reforma. Se sabe de él que se estableció en Lyon, Francia, y se hizo rico negociando. Pero, que la repentina muerte de un amigo íntimo con quien estaba conversando, le sobrecogió de un gran temor y ansiedad por la salvación de su alma. El sacerdote a quien consultó le repitió las palabras de Cristo al joven rico (16).

Siendo Valdo uno de los hombres más ricos de la ciudad tomó esta palabra literalmente y distribuyó sus bienes en dos fracciones: una parte a los pobres en momentos que Francia y Alemania sufrían una gran hambruna. La otra, a dos clérigos para que tradujesen el Nuevo Testamento del latín a la lengua romance que entonces se hablaba hasta la frontera suiza (17).

Estatua de Pedro Valdo en el memorial de Lutero, en Worms,

El papa Alejandro III se enteró en 1179 de la predicación laica de Valdo y sus compañeros y les prohibió predicar sin el permiso de Bellesmains, el obispo local. Este consideró que predicaban un evangelio diferente y les prohibió hacerlo. Los registros históricos indican que, ante esta proscripción, Valdo respondió a la jerarquía con las palabras:

Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres." (18) Como siguió predicando, se desató el maltrato en la sociedad, luego la persecución por la inquisición, y la muerte en la hoguera.

Los primeros valdenses predicaban el Evangelio y aceptaban los dos únicos sacramentos apostólicos: el bautismo de los creyentes y la participación de la Santa Cena. Consideraban a Jesús como el único mediador entre Dios y el hombre; que no era necesario ir a un sitio edificado como ‘iglesia’ para adorar a Dios, por lo que se reunían en los hogares, los establos o en espacios abiertos; que cualquier cristiano, fuera hombre o mujer, podía estudiar la Biblia y prepararse como predicador de la "buena nueva".

Rechazaban como desviaciones romanistas: a) La veneración de imágenes; b) La veneración a María; c) La veneración de la cruz y de las reliquias; d) La transubstanciación; e) La existencia de un Purgatorio; f) Las oraciones a los santos; g) El arrepentimiento de última hora; h) La imposición de la confesión ante sacerdotes; i) Las misas por los muertos; j) Las indulgencias papales. Entre otras prácticas, denunciaban el uso de armamentos y la participación en guerras.

EL OBJETIVO DEL ECUMENISMO

Francisco pidió perdón por las ‘persecuciones’ sufridas por los valdenses a manos de la iglesia de Roma. Su omisión mayor es no haber reconocido por qué los mártires valdenses estuvieron dispuestos a dar sus vidas. Ellos creían en el Evangelio de Jesucristo en oposición a las desviaciones de Roma.

Hay algunos ‘entendidos’ que dicen que ahora son los protestantes los que deben arrepentirse de haber dado muerte a ‘herejes’. No se dan cuenta que con esa postura están desautorizando  al papa Francisco, quien no pidió tal cosa ni la espera.  Por intentar ser ‘más papistas que el papa’ en lugar de apoyar el liderazgo de Francisco se convierten en un contrapeso dentro del movimiento ecumenista.

Muy diferente fue la postura de aquellos valdenses que marcaron las diferencias de fondo entre Cristo y el Anticristo. El movimiento ecumenista busca una mera unión formal para aumentar el número que respalde su poder terrenal, a costa de tapar históricas diferencias doctrinales.

El objetivo es claro: trabajar juntos con las reglas del Vaticano, siguiendo los pasos de Francisco, hasta anunciar triunfalmente la unidad de los cristianos.  Se ignora que la unidad de la iglesia, a la luz de la Biblia y de la Historia, ya existe en la persona de Jesucristo, Cabeza única de la iglesia (19).

Ningún otro hombre o grupo humano, por poderoso que sea puede lograr una unidad mejor que la ya asegurada por la gracia del Padre. Él oyó la oración de Su Hijo (20), manifestando Su unidad en todo sitio donde el Espíritu Santo obre como Él quiere guiando a los creyentes a toda la verdad.

Padre Santo, santificado sea tu Nombre; tu voluntad sea hecha en la Tierra, así como lo es en el Cielo; ayúdanos a cuidar la unidad que nos diste como cuerpo de Cristo - nuestra única Cabeza - a obedecer tus mandatos de amor con la guía del Espíritu Santo; impide que cedamos a la tentación de fabricar otra unidad basada en consensuadas políticas humanas, por buenas que nos parezcan; líbranos de toda especie de mal. A Ti sea la gloria, el poder y el honor ahora y siempre. Amén.

Notas

Ilustraciones: arriba, el impresionante hongo que produjo la detonación de la segunda bomba, llamada Fat Man (Gordo). Abajo, estatua en el Memorial a Lutero, en Worms, Alemania, de Pedro Valdo (1140-1218), líder del ‘Movimiento de los pobres de Lyon’ e incansable predicador del Evangelio de Jesucristo.

01.  La bomba arrojada sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945 pesaba 4 toneladas y media y llevaba una carga de 6,2 kilos de plutonio. Produjo una irradiación calórica equivalente a una temperatura de varios miles de grados centígrados, provocando la muerte instantánea de unas 40 mil personas. En Hiroshima habían muerto más de 200 mil, tres días antes.

02.  http://www.nytimes.com/2016/05/28/world/asia/text-of-president-obamas-speech-in-hiroshima-japan.html?_r=0

03.  http://protestantedigital.com/internacional/40115/Francisco_pide_plena_comunion_con_valdenses_y_metodistas

04.  http://protestantedigital.com/magacin/40100/el_espiritu_de_conciliacion_comenzo_en_jerusalen

05.  Éxodo 34:12-16. 

06.  http://istopiahistoria.blogspot.com.es/2015/02/en-las-bacanales-de-roma-mas-de-uno.html

07.  1ª Corintios 6:18-20. 

08.  1ª Tesalonicenses 4:3-7. 

09.  Génesis 1:29. 

10.  Ibíd. 9:3-4.

11.  Levítico 17:10-14.

12.  1ª Corintios 11:23-27.

13.  Hechos 15:22-29, negritas: énfasis del autor.  

14.  Ibíd.15:30-33,35. 

15.  (1140  - 1217) Pierre Valdo, Valdès o Vaudès según las fuentes, igualmente conocido como Pierre de Vaux.

16.  Mateo 19:21.

17.  También envió mensajeros de pueblo en pueblo para que leyeran la Sagrada Escritura a quienes no sabían latín. (Anonymous Chronicle, 1218).

18.  Hechos 5:29.  Comparar con 1ª Pedro 2:9,10.

19.  Efesios 1:22; 4:15; 5:23; Colosenses 1:18; 2:10; 2:9-19;

20.  Juan 17:20-26.

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