Lo creamos o no, Dios siempre obra lo imposible

Nuestro trabajo secular no debiera ser una barrera para nuestro testimonio de fe. Por el contrario, saber que estamos allí donde Dios nos ha puesto puede ser el comienzo de una obra maravillosa.

21 DE MAYO DE 2016 · 15:45

,

Gracias a los teléfonos móviles y los mensajes gratuitos nos unimos en oración con otras personas. Participamos en verdaderas cadenas de oración; y resulta gratificante escuchar acerca de las respuestas del Señor a algunas de nuestras peticiones.

Pocos días atrás una activa hermana de la congregación nos contó que su madre, finalmente, había aceptado escuchar el Evangelio.

Lo más sorprendente es que no fue por la insistencia de años de su hija, sino ¡por el buen hombre que le arregla sus zapatos!

Está claro que mientras trabaja este zapatero charla con sus clientes sobre las maravillas de Dios. Y Él obra sorprendente y fielmente en sus propios y sabios tiempos.

La importancia que tiene hacer bien nuestro trabajo y con él dar testimonio de quién es nuestro Señor queda de manifiesto con esta anécdota.

Y resulta aún más atinente cuando recordamos a alguien que, siendo zapatero, se convirtió en el pionero de las misiones modernas. Me refiero a William Carey 1.

Llegó a mis manos un escrito traducido del inglés, “El padre de las misiones modernas”, publicado por la iglesia bautista en North Bergen, New Jersey, EE.UU. 2 De ellos rescato y adapto este artículo que me demandará dos entregas.

 

Lo creamos o no, Dios siempre obra lo imposible

Este hombre elegido por Dios para llevar la palabra a la India y países vecinos, también ocupó mi tiempo de lectura en la infancia. Leer sobre él ahora me ayuda a comprender aún mejor por qué su obra tiene un valor incalculable para mi fe actual.

Esta primera entrega es ideal para los adolescentes y jóvenes con deseos de aprender. Comencemos:

William Carey nació en Inglaterra, en 1761. Pocos hubieran pensado que ese niño era un instrumento escogido para llevar a cabo muchas obras en el mundo, entre ellas dar a conocer el evangelio a personas de naciones que nunca habían oído en sus propias lenguas el nombre de Jesús y no sabían nada de la Palabra de Dios.

 

SUS PRIMEROS CATORCE AÑOS DE VIDA

Los padres de William Carey pertenecían a la Iglesia de Inglaterra, o anglicana. Su abuelo paterno, a quien William nunca conoció, fue el maestro de una escuela en la aldea mantenida por filántropos. También era empleado de la Iglesia, atendiendo asuntos administrativos (como registrar los nacimientos y bautismos, mantener las actas y otras cosas). El padre de William ocupó ambas posiciones.

Desde los años 1660 en adelante sólo los miembros de la Iglesia Anglicana podían ser empleados del gobierno, oficiales del ejército o marina y maestros de escuelas. Quienes no lo fuesen no podían graduarse en las universidades, tenían que registrar los edificios donde se reunían y limitar sus actividades públicas a esos edificios. Había tolerancia de la confesión de otros que no eran anglicanos (presbiterianos, congregacionalistas, bautistas, cuáqueros y otros “no conformistas”, “disidentes”, o “independientes”), pero sus libertades o derechos civiles fueron restringidos y ellos muchas veces fueron mirados con sospecha como potenciales enemigos del estado, revolucionarios y “terroristas”. 3

Aunque la familia de William era pobre fue criado entre privilegiados y absorbía el desdén de ellos hacia los “no conformistas”. Con todo, debido al Señor y su gracia común y también a lo que el Señor hizo en conexión con lo que se llama el “Gran Despertamiento” o “Gran Avivamiento” William nació en tiempos que sucedían algunas cosas buenas en el país a pesar del trato hacia aquellos que no pertenecían a la Iglesia de Inglaterra. Por ejemplo, la educación estaba llegando a los hijos de los pobres y William recibió 7 años de estudios con su propio padre, incluyendo los rudimentos de latín. Además, otras cosas estaban sucediendo en Inglaterra que sirvieron para preparar el camino para lo que el Señor hizo por medio de Carey y sus compañeros que apoyaban su visión misionera.

La expansión colonial había generado un nuevo punto de vista y responsabilidad internacional, abriendo comercio y viajes. La creación de mapas del mar Pacífico, islas y costas continentales, el mundo industrial y las empresas que controlaban el comercio en la India le permitieron saber de pueblos del mundo que no tenían el evangelio. Esto tocó la conciencia de algunos ingleses y los impulsó hacia el camino de la labor misionera.

Al mismo tiempo, en las colonias de América del norte, los hijos de padres puritanos daban lucha por nuevas libertades y Francia estaba en medio de una revolución para obtener más justicia. En el parlamento y en la prensa ingleses el pueblo estaba ganando campañas para tener más libertades. Los que no eran de la Iglesia de Inglaterra estaban protestando contra los estatutos que les negaban igualdad de ciudadanía con los de la iglesia “oficial”; se estaba tomando conciencia de la vergüenza del comercio de esclavos; se estaba despertando compasión hacia los enfermos y prisioneros; el gran avivamiento había demostrado el poder del evangelio predicado; los redimidos estaban alabando al Señor en poesía; el híper calvinismo estaba cediendo a un evangelio ofrecido a todos; las iglesias estaban aprendiendo a cooperar; la oración colectiva fue estimada y practicada constantemente.

 

UN ADOLESCENTE BRILLANTE

William Carey terminó su educación a los 14 años de edad. Gustaba de la ciencia y leer libros sobre viajeros. Por su apego por los libros sobre Cristóbal Colón recibió el mote de Columbus. A los doce años de edad ya memorizaba 60 páginas de vocabulario en latín, lo que mostraba su aptitud para los idiomas. Sus intereses se extendieron más allá de los libros. Como cerca de la aldea había campos y bosques le prestó mucha atención a las plantas, aves y animales; interés que nunca perdió gracias a un tío suyo que era jardinero.

Pero ese niño-adolescente no aprendió las verdades netamente evangélicas y de piedad, no tenía fe salvadora; y fuera del hogar juraba y mentía como todos los demás.

No puedo menos que apuntar el contraste entre la formación de William y la de los niños y adolescentes de nuestra generación; estos, atrapados largas horas frente al ordenador, la TV o con los móviles siempre en sus manos, cuando osamos ponerles límites o les apuntamos las locuras que se difunden y absorben reaccionan con gran enfado.

Para colmo de males, en las escuelas públicas se difunden teorías acuñadas e impuestas por los enemigos de Jesucristo y su pueblo fiel. Poco se aman la Creación que nos sustenta y los libros de valor educativo y motivacional que se escriben. Olvidamos que la crianza de nuestros hijos es clave para construir entre todos un mundo más sostenible 8.

 

EL FACTOR CLIMÁTICO PUEDE AYUDAR

Los segundos catorce años en la vida de William Carey incluyen su formación, su conversión, el desarrollo de su fe y su primer matrimonio. 9

Cuando se decidió por la botánica y la zoología el jovencito comenzó a trabajar con su tío Peter. Pero, una enfermedad de su piel que le impedía exponerse al sol, le hizo cambiar su plan. Nadie hubiese pensado que este muchacho, que no podía soportar el tibio sol de su país serviría al Señor por largos años en el tórrido clima de la India. Es evidente que todo ayuda para bien de los que aman a Dios 10.

Su padre le presentó a un fabricante de calzado en un pueblo vecino. Quería ayudarle a que se hiciese de un futuro propio en una industria que prometía mucho. El dueño de la zapatería era un hombre severo, especialmente cuando bebía, pero Carey perseveró como aprendiz en su empleo. Allí conoció a otro mayor que él, John Warr, cuyos padres le criaron en una iglesia no conformista. Como compartían cuarto y trabajo ambos discutían sobre teología y costumbres religiosas. A Carey le molestaba escucharlo y menospreció a su compañero. Pero, Dios ayudó a que John entregase su vida a Jesucristo y diese testimonio de ello a Carey, sus compañeros y patrón. Fue entonces que William comenzó a conocer el evangelio. Se esforzaba por dejar de mentir, jurar y cometer otros pecados. Hasta comenzó a asistir a los cultos de oración en la iglesia de su amigo y trataba de orar cuando estaba solo. Pero no dejaba de cumplir con religiosa asistencia dominical a la Iglesia anglicana de la parroquia. No obstante, él no había sido transformado por la gracia de Dios en Cristo Jesús. A pesar de sus esfuerzos su pecaminosidad le seguía dominando.

Un día William fue cogido en un acto de deslealtad en el empleo. Fue descubierto, denunciado y humillado públicamente. Por la misericordia divina se arrepintió, reconoció que sin Jesucristo su vida no valía el chelín que había codiciado; y conservó el empleo. De allí en adelante vio su falta de justicia propia, recibió la justicia de Cristo y vivió como un hijo de Dios, redimido, transformado y dedicado a servirle hasta su muerte. Por entonces, su atracción por el idioma griego le llevó a estudiarlo con pasión, gracias a un ejemplar del Nuevo Testamento que tenía su empleador.

Tras su conversión, William aprendió en las iglesias ‘no conformistas’ la disciplina que implica tener convicciones y prácticas de fe basadas en las enseñanzas bíblicas.

A la muerte de su patrón el joven fue recogido por alguien que se congregaba en la iglesia no conformista a la que asistía. Allí Carey conoció a Thomas Scott 5, quien tendría una fuerte influencia positiva en su vida. También conoció a seguidores extremistas de las enseñanzas místicas de William Law, autor del famoso libro ‘Una llamada seria a una vida piadosa y santa’. Carey cayó en confusión hasta que vio que solo las Escrituras son la guía segura para todo lo que debemos pensar y hacer. Dios usó a Scott y a otros en esa etapa de la vida de Carey para salvarle de la confusión y darle una seguridad bíblica. El libro ‘Ayuda para los viajeros a Sión’ del bautista Robert Hall 6 también le afirmó en la fe.

A los 20 años de edad, Carey se casó con Dorothy, hija de un líder no conformista y cuñada del dueño de la zapatería. Buena mujer, creyente fiel, como muchas mujeres de aquel entonces Dorothy no sabía leer ni escribir; pero, William le enseñó con amor. Ambos vivían felices en su hogar; él trabajando, estudiando latín y griego (Scott llamó a su casa ‘el Colegio Carey’), cuidando su huerta, adorando a Dios con los hermanos de la aldea. Nació una hija, llamada Ann; un año después William y su hija enfermaron con fiebre. La niña murió y Carey siguió con fiebre sufriendo más de año y medio, pero sin dejar de cumplir sus responsabilidades. Esa enfermedad le dejó calvo a los 22 años de edad. Además su cuñado y dueño de la zapatería murió y tocó a Carey ayudar con el cuidado de la viuda y sus 4 hijos. Los tiempos eran difíciles y le tocó sufrir la pobreza.

A pesar de la carga pesada y sus luchas doctrinales y espirituales, Carey siempre fue activo en el servicio del Señor. Cuando tenía 21 años asistió a una reunión de una asociación de iglesias bautistas, celebrada en un pueblo cercano. Como no le conocían fue ignorado y ese día lo pasó sin comer. Pero oyó tres excelentes sermones inolvidables que le fueron de gran ayuda. Uno de ellos, por Andrew Fuller 7, un hombre que influiría positivamente en el resto de su vida.

En junio de ese año, junto con otro hermano, comenzó a ayudar con la predicación, cada quince días, en una iglesia bautista que no tenía pastor. Además, la gente no conformista de la aldea pidió que les predicara también a ellos. Aceptó ir una vez al mes. Así pudo visitar a sus padres y hermanas, a los cuales quiso ver convertidos y sirviendo en una iglesia de creyentes en vez de estar en la iglesia anglicana. Sus hermanas recordarían tiempo después su celo y su deseo de “derrumbar todos los altares de Baal a una vez”.8

A los 22 años de edad William escuchó un sermón sobre el bautismo de los creyentes que le inquietó. Estudió el Nuevo Testamento cuidadosamente y llegó a la conclusión que el bautismo no es para los bebés sino una ordenanza dada por Dios para los conscientes de su fe 9. Habló con el bautista calvinista John Ryland sobre el asunto. Este le bautizó en el rio Nene 10, un domingo a las 6 de la mañana.

La lectura de los apuntes de Cook 11 despertó en su ser un fuerte deseó de llevar el evangelio a los paganos. Contrariamente a la negativa opinión de Cook sobre los paganos, Carey no solo deseaba la salvación de los paganos de otros países, sino que predicó el evangelio en su propio país y buscó la salvación de sus parientes.

Como leeremos en la segunda entrega, el Señor llenó con experiencias formativas la vida de este joven. Resumiendo hasta aquí, William aprendió su oficio de zapatero; aprendió griego; descubrió su naturaleza pecadora y a su Salvador personal; aceptó el reproche de pertenecer a iglesias no conformistas; llegó a convicciones propias y bíblicas sobre la fe y doctrinas de Jesucristo; conoció lo bueno de estar casado y tener un hogar; experimentó el gozo de ser padre y también la angustia de perder una hija y la dura vida en la pobreza. Trabajó en enseñar, dio testimonio cristiano, se unió a una iglesia, predicó su primer sermón, obedeció la ordenanza del bautismo, sintió profundamente la condición perdida de los paganos y llevó a sus hermanas al Señor y a su servicio hasta el fin de sus vidas.

El Señor nos ayude a tomar en cuenta esta biografía de alguien que puso su vida por amor de Jesucristo y sus semejantes en su generación12. En la próxima repasaremos lo que hizo en la India y su influencia en las generaciones futuras, hasta el día de hoy.

Quiera Dios bendecir esta modesta crónica.

 

Notas

Ilustraciones: Colegio de Serampore, India. Fundado por misioneros cristianos pioneros en la India. William Carey (1761-1834) Joshua Marshman (1768-1837) y William Ward (1869-1823). Edificado en la comunidad danesa, se convirtió en el centro de instrucción en el cristianismo y las ciencias para la juventud india.

http://www.senateofseramporecollege.edu.in/about-us/serampore-college/

Retrato de William Carey, calvo desde los 22 años de edad.

01. Nació el17 de agosto de 1761, en Paulerspury, Reino Unido y murió el 9 de junio de 1834, en Serampore, India.

02. Link: www.ibrnj.org/category/william-carey

03. Compárese con el tratamiento que reciben actualmente los cristianos evangélicos por parte de fundamentalistas de la ICAR en países latinoamericanos (especialmente en México) e islámicos (IS) en países árabes asiáticos y africanos, y por gobiernos dictatoriales como los de Vietnam del Norte y China.

04. Entre los años 1775 a 1784.

05. Conocido del autor de himnos John Newton, y autor de ‘La fuerza de la verdad’ (1779).

06. Nacido en 1764 y muerto en 1831, es autor de libros revolucionarios en su época, y que resultan sumamente actuales, como: ‘El cristianismo consistente con el amor por la libertad’; ‘Apología de la libertad de prensa’; ‘La infidelidad moderna’, ‘Reflexiones sobre la guerra’; ‘Sentimientos propios de la crisis actual’; entre otros.

07. 1754-1815. Pastor y autor bautista, escribió acerca de la absurda creencia deísta, una crónica sobre las misiones en la India, comentarios sobre los libros de Génesis y Apocalipsis, entre muchas otras obras muy leídas.

08. Comparar con 2ª Reyes 23 y con todos los reyes que hicieron lo bueno delante de Jehová, derribando altares.

09. Marcos 16:16.

10. Vaya paradoja: quien había sido bautizado de párvulo reconoce de adulto el bautismo evangélico por inmersión y es bautizado en las aguas de un río inglés con ese nombre.

11. James Cook, 1728 – 1779, navegante, explorador y cartógrafo inglés. El motín del Bounty ha dado lugar a numerosas películas e interpretaciones sobre la vida en el mar y el comercio imperial en aquella época.

12. Hechos 13:36, en referencia a que David murió después de servir a los de su propia generación.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Agentes de cambio - Lo creamos o no, Dios siempre obra lo imposible