Un Dios perfecto para un mundo imperfecto

El Dios Perfecto se ve sumido en el conflicto entre el mundo caído, imperfecto y en abierta rebeldía contra la misma Divinidad.

15 DE FEBRERO DE 2015 · 12:45

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Por lo que observamos a través del registro bíblico, vemos claramente la paradoja de un propósito inicialmente perfecto en toda la creación, pero convertido precozmente en un despropósito que afectó a la primera pareja y, por extensión, a toda la raza humana por el efecto viral (en clave negativa) que también alcanzó a toda la creación terrenal e incluso al Universo entero (Colosenses 1:20). La caída del hombre de su estado de inocencia, supuso la pérdida de unos atributos y potencialidades altamente especiales que, sin duda, asemejaban al hombre y a la mujer a su mismo Creador. Esto era un don invaluable, además de un altísimo privilegio (Salmo 8: 3-8).

Así es el buen Dios del que podemos admirar sus múltiples perfecciones y que, desde su soberana ingeniería humana y aun hasta en las formas más diminutas de todas las especies vivas, nos muestra un diseño perfecto y extraordinariamente sofisticado.

Tampoco dejamos de asombrarnos viendo la multiplicidad, a la vez que la complejidad, de todas las fuerzas vivas de la naturaleza. Y uno se pregunta: ¿Qué es lo que hemos hecho para estropear una obra tan perfecta? La respuesta es simple, hemos codiciado lo incorrecto y hemos desobedecido flagrantemente al Dios que nos creó y que nos dotó de toda clase de bienes y habilidades. En definitiva hemos errado el blanco, pecando contra los designios divinos respecto a nosotros; aunque nos produce un gran consuelo el inmediato plan de rescate que Dios mismo puso en marcha para recuperarnos.

Cuando veo a Elohim, el Dios creativo y creador de todo lo existente, dando expresión y forma real al mundo edénico, otorgándole tanto bien y tantos favores a su criatura, me quedo admirado de tanta belleza, tanto amor y tanta perfección acumulada.

Aun la creación angelical fue una primorosa obra de arte celestial, hasta que se produjo la rebelión satánica en la supra historia (en algún momento de la eternidad). Acerca del ángel caído, el querubín protector, se nos dice que: “Era un modelo de perfección, lleno de sabiduría y de hermosura perfecta” Ezequiel 28:12-13.

Toda la creación de Dios es explicada de manera simple y directa en el libro de los Orígenes, donde se nos recuerda que, después de todo el acto creador, “vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí era bueno en gran manera” Génesis 1:31. Aun cuando no comprendemos lo incomprensible y tratamos de cuestionar los misterios de las maravillosas obras de Dios, nos puede pasar como al patriarca Job que fue suavemente reprendido por su manifiesta ignorancia cuando descubrió “que los caminos de Dios son más altos que nuestros caminos y que sus pensamientos son más altos que los nuestros” Isaias 55: 8-9 (Job 38- 42).

Cuando le pedimos a Dios en oración “que venga su Reino y que se haga su voluntad en la tierra como se hace en el cielo”, de alguna manera, le estamos pidiendo lo que a juicio de algunos supone la gran utopía. Pero conviene decir, para los más escépticos, que muchas de las grandes realidades de hoy fueron las grandes utopías del pasado. Le pedimos a Dios que su gobierno moral y sus valores éticos y espirituales se establezcan en los corazones de muchas personas y, asimismo, en todas las naciones de la tierra. Es cierto que el avance del mal y la perversidad se han propagado por el mundo entero como una pandemia, pero también es cierto que la Sal de la tierra y la Luz del mundo (quiero decir nosotros, los cristianos convictos y confesos) estamos conteniendo el caos y el desastre total, para que este maravilloso planeta azul no estalle en millones de pedazos hasta convertirse en simple polvo cósmico.

La lógica humana no consigue conjugar esta tremenda paradoja como es ver la extraordinaria personalidad de un Dios Perfecto, Santo y Justo en todo sus criterios y acciones, tratando de establecer contacto a toda costa con el intratable ser humano que lo desprecia continuamente. El Dios Perfecto se ve sumido en el conflicto entre el mundo caído, imperfecto y en abierta rebeldía contra la misma Divinidad.

Me maravilla el álgebra divina para resolver en justicia el complejo problema del pecado humano:“ Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo” 2ª Corintios 5:21.

La locura y el escándalo de la cruz son la piedra de toque para resolver el problema del pecado que había separado al hombre imperfecto del Dios Sublime y Perfecto y, de esta manera, reconciliar al hombre con el Dios Santo cuando la situación parecía totalmente irreconciliable. Solo y únicamente por su gran amor hacia la raza humana, se produce el milagro de la encarnación del Hijo de Dios y la restitución de la relación entre el hombre y Dios, a través de la muerte expiatoria de Cristo en la cruz del Calvario y, por la sola fe, que viene a ser la confianza plena en el Salvador perfecto, se produce el portentoso milagro de la eterna salvación del hombre imperfecto.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El Tren de la Vida - Un Dios perfecto para un mundo imperfecto