Pobres ricos y ricos pobres
“Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos.” John Fitzgerald Kennedy. “A los pobres los cuida la iglesia; a los ricos los cuida el gobierno”. Facundo Cabral.
22 DE NOVIEMBRE DE 2014 · 22:55
Según expertos del Banco Mundial el 1% de la población dispone del 50% de la riqueza global; y el 99% restante, el otro 50%. Si los que miden todo con la vara del dinero fallasen en un 1% o en un 2% en su análisis el resultado no cambiaría en mucho la tremenda inequidad social que sufre la humanidad.
Esto decíamos en la primera parte de nuestro análisis de la bienaventuranza con que Jesús inauguró el Sermón del Monte afirmando:
“Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos.”1
El primer comentario cerraba con la cita de Lucas:
“Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.”2
Por estas dos formas de expresar la misma bienaventuranza, y renunciando a la mera idea de imponer una interpretación personal, invitaba a los lectores a reflexionar sobre la pregunta
¿HAY ALGUNA DIFERENCIA ENTRE SER POBRE EN ESPÍRITU Y SER POBRE?
Para responder esa pregunta sin caer en especulaciones hemos de recordar que Mateo escribe a los judíos que temen mencionar a ‘Dios’, razón por la cual usa el término ‘los cielos’; y que Marcos, Lucas y Juan mencionan a Dios pues se dirigen a los gentiles, que eran paganos e idólatras.
También es necesario poner atención en la manera en que ambos evangelistas comienzan el relato:
“Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos. Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.”3
Aquí es donde surge una coincidencia; pues mientras Lucas dice de Jesús ‘Y alzando los ojos hacia sus discípulos’, para dirigirles la palabra; Mateo expresa: ‘Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba”.4 Ambos relatores concuerdan en dar la idea de que Jesús está hablándoles a ‘sus discípulos’, no a ‘toda la gente’ o a ‘la multitud’.
Esto nos llevó a decir que las bienaventuranzas de Jesús describen la naturaleza y carácter de alguien que ha nacido ‘de nuevo’ por obra del Espíritu Santo y tiene a Jesucristo en su vida; que no fueron dichas para aprender de memoria, como algunos hacen con los Diez Mandamientos o un credo; ni para crear una nueva moralidad que pueda ser adquirida voluntariamente mediante el esfuerzo propio.
Cotejando las Escrituras descubrimos que ambas expresiones ‘pobres en espíritu’ y ‘pobres’ se aplican a las mismas personas; son complementarias, mostrando aspectos distintos de una misma condición: la pobreza extrema del ser en tanto pecador; desvalido para salir por sí mismo de su condición; necesitado ‘in extremis’ de auxilio externo; convencido de que, si Dios no se compadece y cambia totalmente su condición, inexorablemente morirá sin esperanza.
Veamos, entonces, esta coincidencia bíblica en detalle.
El salmista revela que Dios siempre se ha compadecido de los pobres y destituidos5; y en el NT se afirma que el Cristo de Dios vino al mundo para predicar a los pobres6.
El pueblo de Dios es definido en el NT con estos vocablos: pobres, oprimidos, afligidos7. En cambio, a los ricos generalmente se los define con estos términos: crueles, orgullosos, opresores 8. El salmista dice de ellos que son arrogantes y necios prósperos9. En contraposición a los ‘bienaventurados’ Jesús se dirige a los ricos con una expresión de lamento (los ayes):
¡Ay de vosotros, ricos! 10
El apóstol Santiago denuncia la avidez de los ricos11. Pero, hay excepciones: los empobrecidos por la pereza y los enriquecidos por ser perseverantes12. De todos modos, esas excepciones son las que confirman la regla bíblica. Abraham ya era rico cuando le llamó Jehová; Zaqueo, jefe de los cobradores de impuestos, ya era rico cuando fue visitado y transformado por Jesús.
También es cierto que nadie está exento de los peligros agazapados tanto en la pobreza como en la riqueza13. Pero lo más cercano a la realidad es que la mayoría de los ‘pobres en espíritu’ sean pobres también en lo material; y que sean mercaderes los que ofrezcan un ‘evangelio’ de próspero materialismo.
Una congregación que se presente al mundo como cristiana o evangélica puede caer en la trampa de doctrinas de hombres como es el falso ‘evangelio de la Prosperidad’14. La iglesia en Laodicea es el mejor ejemplo del final que espera a los que se dejan arrastrar por esta tentación15.
¿CÓMO APROPIARNOS DE ESTA ENSEÑANZA?
Primero, abramos los ojos y veamos la diferencia que hay entre las doctrinas de hombres y el Evangelio de Jesucristo y sus Apóstoles. Mientras las primeras priorizan el bienestar, la bonanza y la realización económica, el Evangelio siempre comienza a ser realidad a partir de la convicción de pecado y el arrepentimiento individual. Esta es la condición de ‘ptojos’ (mendigos) que mueve la misericordia de Dios en favor del pecador, para rescatarlo y enriquecerlo en Cristo Jesús. A quienes querían seguirle para sacar ventajas inmediatas Jesús, poniendo a un niño al frente, les advirtió:
“De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.”16
Aquellos que se vuelven como niños – símbolos de falta de prejuicios y de total dependencia – entienden y viven la Palabra; disfrutan a cada momento lo sublime y real que es Dios; el final de sus vidas no les asusta; solo les importa vivir cada día con Él, como expresa el apóstol Pablo:
“(…) teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor (…) Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.”17
Bienaventuradas son esas personas porque a ellas Dios les revela por medio de su Santo Espíritu:
“El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.”18
En la próxima veremos la bendita esperanza de los que lloran. Hasta entonces si el Señor lo permite.
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Notas
Ilustración: contraste entre pobres y ricos en Caracas, capital de Venezuela. Las frases del copete forman parte del artículo de Francis Fukuyama en ‘Ricos y pobres’ un blog en el que se comparan las clases sociales; link: http://ricos-y-pobres.blogspot.com.es/2012/01/algo-extrano-pasa-el-mundo-entre-pobres.html
John Fitzgerald Kennedy (1917-1963), trigésimo quinto presidente de EE.UU. Reconocido por su esfuerzo por ayudar a países latinoamericanos a través del programa ‘Alianza para el Progreso’; murió asesinado en Dallas, Texas, EE.UU.
Facundo Cabral (1937-2011), cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino, conocido por su lírica a favor de los pobres y sátiras contra los ricos. Fue nominado por UNESCO para el Premio Nobel de la Paz 2008; murió asesinado en Ciudad de Guatemala.
1. Mateo 5:3. H.E. Stephanus (1528/31-1598) impresor francés que dejó dos notables versiones del NT (1576 y 1587) en Griego Koiné (Textus Receptus). La transliteración del texto de Mateo es: “Makarios oi ptojos to pneumatic, oti auton estin e basileia ton ouranon” Makarios: de la raíz “mak” que significa grande o largo; de ahí ‘largamente’ o ‘grandemente’ felices y dichosos. De ese vocablo se tradujo al castellano ‘Bienaventurados’. Jesús usa la palabra ‘ptojoi’ que significa ‘hundido en la miseria’, ‘ptocos’ describe a alguien que está en el suelo mendigando. Ver Lucas. 14:13,21, Lucas 16:20,22 (Diccionario Vine). Los traductores nos explican que el vocablo original de ‘pobre’ empleado por el apóstol Pablo en 2ª Corintios 9:9 proviene del verbo ‘penomai’ que define a alguien que trabaja para sobrevivir con lo justo; alguien al que no le sobra nada en la vida. Es pobre porque no tiene nada para compartir.
2. Lucas 6:20.
3. Ibíd. 19, 20.
4. Mateo 5:2, negritas del autor.
5. Salmos 9:18- “Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente”; 34:6- “Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias”; 72:4- “Juzgará a los afligidos del pueblo, salvará a los hijos del menesteroso, y aplastará al opresor”; 107:41- “Levanta de la miseria al pobre, y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas”; 132:15- “Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan.”
6. Lucas 4:18.
7. Santiago 2:5; 2ª Corintios 6:10; Apocalipsis 2:9; 1ª Corintios 1:26-31.
8. Santiago 2:6,7; 5:1-6.
9. Salmo 73:3.
10. Lucas 6:24.
11. Santiago 5:1-6.
12. Proverbios 19:15; 21:25; 24:30-34.
13. Ibíd. 30:8,9; Lucas 12:13-21; 16:19-31; 1ª Timoteo 6:6-10, 17-19.
14. Mucho se ha escrito sobre esa herejía instalada en iglesias locales por ‘ministerios’ globales y líderes ambiciosos. La serie ‘Prosperidad y Evangelio’ de este autor de fechas 14-21-28/10/2013, 02-10-17-25/11/2013, 02-07-15-22/12/2013 puede leerse en Magacín.
15. Apocalipsis 3:15-19: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.”
16. Mateo 18:3,4.
17. Filipenses 1:23b; 3:8.
18. Colosenses 1:26,27.
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