El caso Bodnariu, familia y Estado, a debate

Cuatro expertos -entre ellos un abogado y un psicólogo que ha atendido a la familia- conversaron sobre la situación de la familia Bodnariu y la situación de las leyes con respecto a la familia en Europa.

Daniel Hofkamp

WISLA · 03 DE JUNIO DE 2016 · 12:19

Panel de expertos presentes en el debate sobre el caso Bodnariu, en Wisla (Polonia) el 24 de mayo. / Petter Olsen,
Panel de expertos presentes en el debate sobre el caso Bodnariu, en Wisla (Polonia) el 24 de mayo. / Petter Olsen

El European Leadership Forum celebrado a finales de mayo en Polonia acogió una mesa redonda sobre el tema “Vida en familia y el Estado” para tratar el caso de la familia Bodnariu en Noruega.

Marius y Ruth Bodnariu, familia de fe evangélica, fueron separados de sus hijos por el Barnevernet, el sistema de protección infantil de Noruega, el pasado mes de noviembre de 2015. En abril de este año los padres recuperaron la custodia del más pequeño, Ezekiel, pero todavía no se ha resuelto el futuro de sus otros cuatro hijos.

El caso ha tomado una gran relevancia y ha movilizado a miles de personas en todo el mundo. La comunidad rumana se ha mostrado especialmente sensible al caso, convocando manifestaciones frente a las embajadas y consulados noruegos en varios países -entre ellos España-, pidiendo que los padres puedan recuperar la custodia y la familia sea reunificada.

En la mesa redonda moderada por el médico Peter Saunders, se planteó ante cuatro expertos, conocedores y cercanos al caso, cuál debería ser el rol del Estado en la protección de los menores, y las implicaciones legales, sociales y jurídicas que se desprenden de esta acción, y la acción de los cristianos.

 

UN CASO “DURÍSIMO”

Uno de los participantes fue Paul Susman, abogado rumano experto en leyes europeas sobre familia, que ha estado en contacto con la familia Bodnariu. El abogado explicó la circunstancia actual del caso, en el que se espera la resolución judicial probablemente durante este próximo mes de junio.

Para Susman, el sistema noruego comete graves errores cuando se retira la custodia paterna, ya que en otros países estos casos tienen que resolverse con una resolución judicial en unas 48 horas, mientras que en Noruega hay casos que tardan dos años en resolverse. Por ello considera “dramático” lo que está pasando con la familia Bodnariu, “unos padres trabajadores que aman a sus hijos”.

También participaba en la tertulia el psicólogo Einar C. Salvesen, que trabaja en Noruega y ha atendido a la familia Bodnariu. Salvesen reconoció que se trataba de un caso “durísimo”. “No estoy de acuerdo con lo que ha hecho el Estado, y las acciones que son dramáticas para los niños y para los padres”, advirtió el psicólogo, que se mostró crítico con un sistema “arbitrario” que en su opinión toma las decisiones sin el asesoramiento profesional adecuado. Salvesen abogó porque el Barnevernet forme “grupos de consulta” con expertos de distintas tendencias a la hora de tomar una decisión tan extrema como la retirada de la custodia.

Otra perspectiva sobre el caso fue la compartida por Tarjei Gilje, periodista del Dagen, el periódico cristiano de mayor circulación en Noruega. “Es un caso muy inusual”, explicó Gilje, que dio detalles sobre cómo funciona la sociedad noruega, que tiene “confianza en las autoridades”.

Tarjei Gilje reconoció que el caso era grave, pero que se había tergiversado para mostrarlo como un tema de libertad religiosa, “lo cual se ha visto que no es así”. “Hay más niños dados a familias cristianas que a revés. Porque las familias cristianas abren las puertas a niños que son retirados a otras familias”, añadió Gilje.

El panel de expertos lo completaba Ádám Szabados, pastor e impulsor del Forum Evangélico Húngaro. “No podemos pensar en algo más profundo que la relación madre-hijo. Y si esto ha sido sistemáticamente destruido, es terrible. Es un fenómeno que afecta a nuestra civilización. No puedo imaginar algo más duro que el hecho de que mis hijos fuesen quitados de mi casa sin una causa justificada”, alegó Szabados.

 

EL PAPEL DEL ESTADO

En esta línea, los participantes manifestaron su opinión sobre hasta qué punto el Estado debe intervenir en la estructura familiar, y cómo debería hacerlo. 

Para el psicólogo Einar Salvesen el caso de los Bodnariu refleja un “fallo de procedimiento”, dado que “el sistema parece bueno, porque busca proteger al indefenso”, pero quienes lo aplican “no están cualificados para hacerlo”. Salvesen considera que la familia Bodnariu hubiera podido seguir conviviendo, “simplemente hubiera bastado una advertencia, y una ayuda social. Creo que otros expertos llegarían a esta misma conclusión”.

Además, Salvesen advirtió que el hecho de que los niños fuesen separados entre sí provoca un dolor mayor. La actuación del Barnevernet en este sentido es “un desastre” que “va en contra de todo sentido común”.

El periodista Tarjei Gilje criticó que este caso se ponga de “paradigma” del sistema noruego, considerando que “hemos tenido casos de niños a los que se les ha salvado la vida separándolos de los padres”. “Sabemos que el ideal es que los hijos estén con los padres, pero sabemos también que no siempre es así”, advirtió.

 

¿ATAQUE A LOS VALORES DE LA FAMILIA?

El abogado Paul Susman contestó que, sin embargo, la ley noruega deja demasiada libertad a la interpretación del agente social para actuar, y explicó que en este caso sí había indicios de cierta discriminación religiosa. “La maestra del colegio advirtió que las niñas cantaban canciones sobre Jesús en la escuela”, recordó Susman. “El sistema noruego está preocupado de que el castigo físico pueda justificarse con la Biblia; sin embargo en este caso no hay ninguna evidencia de castigo físico”, advirtió.

El pastor Ádám Szabados advirtió cómo el caso muestra una tendencia contra los valores familiares bíblicos. “Bajando el valor biológico de la persona, se afecta en cuanto a la visión bíblica de la familia”, advirtió.

Szabados reconocía que quizá los padres puedan haber “obrado mal, pero la solución es mucho peor. En este caso además hay una alta expectativa del Estado de que esto va en interés del menor, que quiere jugar un rol mesiánico. Nosotros nunca confiaremos de esta forma en el Estado, porque lo hemos vivido en el comunismo. Esto es lo que nos asusta con respecto a la visión bíblica de la familia, la persona y el Estado”.

 

EL PAPEL DE LOS CRISTIANOS

Finalmente los tertulianos debatieron sobre cuál podría ser el papel de los cristianos ante este caso. 

Para el periodista Tarjei Gilje, el caso muestra cómo “la falta de temor de Dios nos hace caer en el riesgo de que políticamente queramos borrar todo lo que tiene que ver con la verdadera familia. El mayor problema de la secularización es que los cristianos nos quedemos callados. Tenemos retos muy difíciles”.

Para el pastor Szabados, el ejemplo de “los cristianos rumanos” es alentador. “En las manifestaciones, el tono fue muy adecuado, visto desde fuera. Eso hace que seamos solidarios. Es una causa positiva, no es contra un país, sino a favor de los niños y de la familia. Por eso podemos seguir con fuerza”.

El abogado Paul Susman advirtió del riesgo de que la sociedad abandone “los valores morales sobre la familia”, y advirtió que “hay gente y grupos que quieren dañar la familia, y como cristianos debemos oponernos. Estamos completamente advertidos ante los problemas que vienen. Como cristianos debemos levantar la voz de alarma cuando vemos el mal”.

Peter Saunders cerró la tertulia recordando el dolor de la familia Bodnariu y solidarizándose con ellos, entendiendo que “Dios está usando a esta familia para sacar a la luz un tema del que debemos hablar”.

 

PRÓXIMO DEBATE EN EL CONSEJO DE EUROPA

Los miembros de la Comisión de Asuntos Sociales, Salud y Desarrollo Sostenible de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) han decidido este 2 de junio elaborar el proyecto​​ “Lograr un equilibrio entre el interés de la niño y la necesidad de mantener a las familias unidas”, impulsado por los senadores rumanos Benoni Ardelean, Tito Corlatean Viorel-Riceard Badea, los miembros de la delegación rumana y representantes de catorce países, entre ellos miembros del Parlamento Valeriu Ghiletchi.

El informe tendrá en cuenta hasta qué punto las medidas abusivas adoptadas por los Servicios Sociales de Noruega (Barnevernet) son compatibles con los estándares del Consejo de Europa en este campo específico, y la resolución hará recomendaciones legislativas concretas a las autoridades competentes de Noruega.

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