‘Ante el Catolicismo, diálogo sin renunciar a la verdad y la Historia’

La mayoría de los evangélicos italianos se muestran favorables al diálogo y a la cobeligerancia, pero descartan totalmente el ecumenismo. Primera crónica resumen de la asamblea de la Alianza Evangélica Italiana, en Roma (8-9 Abril).

Joel Forster

ROMA · 14 DE ABRIL DE 2016 · 15:39

El presidente de la AEI en un momento de la asamblea. / J. Forster,traettino, chirico, debate, italia, evangelici
El presidente de la AEI en un momento de la asamblea. / J. Forster

Era lo más anunciado en la información previa al encuentro y fue de lo más comentado por los asistentes a la asamblea anual que la Alianza Evangélica Italiana (AEI) celebró en Roma (8-9 abril).

Ante unas 200 personas, el pastor pentecostal y amigo del Papa Francisco, Giovanni Traettino, explicó los porqués de su acercamiento al Catolicismo, mientras el vicepresidente de la AEI, Leonardo de Chirico, le contestaba alertando del peligro de que los evangélicos caigan en el nuevo lenguaje ecuménico “poliédrico” y “políglota” del Catolicismo, que “no renuncia a nada”.

El tema escogido para la asamblea de 2016 fue: “Fe evangélica y Catolicismo Romano: ¿Dónde estamos? ¿Hacia dónde nos dirigimos?”

Esta crónica resume los puntos de vista italianos expresados durante la asamblea 2016 de la AEI; Protestante Digital publicará una segunda crónica explicando las intervenciones del secretario general de la Alianza Evangélica Mundial, Efraim Tendero, y las del secretario general de la Alianza Evangélica Española, Jaume Llenas.

 

¿ABRE FRANCISCO UNA NUEVA ERA DE RELACIONES?

En una entrevista exclusiva con Evangelical Focus y Protestante Digital que se publicará en los próximos días, el pastor de la iglesia pentecostal Congregación Evangélica de la Reconciliación (Caserta, Campania) defendió su énfasis en la unidad por encima de las diferencias.

Traettino explicó a estos medios su larga amistad con el Papa Francisco y definió a Bergoglio como “hermano en la fe”, pese a liderar una institución, la Católica, que se encuentra alejada de la Biblia en posiciones como el marianismo, admitió.

 

EL PASTOR QUE TRAJO AL PAPA A SU IGLESIA

Giovanni Traettino ha celebrado diversos encuentros con el Papa, que siempre se han presentado como “privados”. El más importante de ellos se dio en 2014, Francisco visitó la iglesia del pastor pentecostal.

La iglesia de Caserta incluso lo resumía en un libro publicado 2015, titulado: “Francisco y los pentecostales. El ecumenismo del poliedro” (R. Nogaro, S. Tanzarella).

 

Giovanni Traettino, exponiendo sus posiciones durante la asamblea de la AEI, en Roma. / J. Forster

 

TRAETTINO: EXPERIENCIA ES IMPORTANTE, NO SÓLO DOCTRINA

Durante la tarde del primer día (8 abril) y ante un público muy expectante, Traettino contó su testimonio personal, y cómo Dios le había enfatizado la necesidad de empezar “un ministerio de la reconciliación”.

Frente a las críticas que ha recibido por parte de muchos evangélicos por su acercamiento al Catolicismo, Traettino defendió su “identidad personal totalmente evangélica, basada en las Solas de la Reforma”. Eso no quita, dijo el pastor nacido en un entorno católico, que no esté “agradecido a la Iglesia Católica por haber aprendido en ella sobre el temor de Dios y la santidad, antes de descubrir después la gracia por la fe”.

El pastor defendió la importancia de la “‘koinonia’ entre los que han vivido una conversión”, una encuentro con Jesús que “no es sólo doctrina, sino también experiencia”.

El pastor enfatizó: “Todo los que hayan tenido una experiencia de conversión con Cristo son mis hermanos”.

 

“ESPERANZA” DE VER CATOLICISMO “VIVIFICADO”

“Yo continuaré defendiendo que es posible que haya un cambio incluso en los sistemas”, dijo en referencia a la Iglesia Católica como institución. “Hay un depósito en cualquier iglesia cristiana, también en la Católica. Y el Espíritu Santo puede vivificar ese depósito. Si hay un depósito de la Palabra, y si hay Espíritu, es posible que haya un movimiento”, dijo.

“Podemos condenar a la Iglesia Católica al infierno o podemos confiar que el Espíritu Santo haga algo. Tengamos fe en que el Señor, por medio de personas que han recibido a Cristo, pueda cambiar cosas”.

Preguntado por una persona del público sobre sus encuentros con el Papa Francisco y el diálogo con el Catolicismo en su conjunto, el pastor de Caserta citó a San Agustín para decir que “no entramos a la verdad si no es por la caridad”. “Es muy importante que nuestra actitud una la posición doctrinal con la caridad”.

Finalmente, Traettino abogó por una posición intermedia entre “fundamentalismo” y “liberalismo”. Hizo referencia a que “en la historia de Israel, la acción de Dios parece parada por 4 siglos”. Por ello, los evangélicos deben tener paciencia, argumentó: “Hay que alimentar la esperanza”.

“El maximalismo arriesga que si no se cambia todo, parece que no cambia nada. Tenemos que tener un acercamiento de entender una evolución gradual del Catolicismo”, concluyó.

 

Giovanni Traettino (izquierda) y Leonardo de Chirico (derecha), durante la mesa redonda. / S. Bogliolo

 

CHIRICO: HISTORIA PARA EVITAR “COMPRENSIÓN MÍSTICA”

Tras escuchar a Traettino, el vicepresidente de la AEI, Leonardo de Chirico, respondió al pastor de Caserta planteando la posición de la mayoría de los evangélicos italianos (un apoyo que se notó, por ejemplo, en los aplausos que uno y otro recibieron tras sus intervenciones).

Ante el entusiasmo que levanta el nuevo Papa entre algunos protestantes a nivel global, es necesario tomar una perspectiva histórica, defendió Chirico. “Todo lo que pensemos ahora es sólo un último respiro de una larga vida de relaciones”.

“No mirar al pasado tiene el riesgo de hacer una comprensión mística de la realidad. Mirar al pasado nos ayuda a tener discernimiento”.

El profesor de seminario evangélico, pastor y autor, dedicó gran parte de su intervención a demostrar cómo la historia ayuda a comprender la estrategia actual de la Iglesia Católica.

 

3 “ERAS” DEL CATOLICISMO

La Iglesia de Roma ha pasado por “tres eras”, defendió. La primera, la de “una iglesia imperial”. Es “la época más larga del Catolicismo” y en la que “la Iglesia no toma como modelo la Biblia sino el imperio romano”. La Iglesia “se arrogaba la exclusividad institucional y había interiorizado la estructura imperial.”

A partir del Concilio de Trento hasta Vaticano I, se produjo la fase de “iglesia opositiva”, dijo Chirico. Frente a los movimientos de renovación (“la Reforma fue uno, pero ni el primero ni el último”, dijo) se buscó “combatir, eliminar, destruir, e incluso asimilar e interiorizar estos movimientos con el fin de acabar reforzando el sistema”. Como una vacuna, “un poco de renovación hace más fuerte al sistema”.

Finalmente, tras haber pasado “el 95%” de la historia del Catolicismo Romano, llegaba el Concilio Vaticano II. La Iglesia de Roma comprende que va hacia una posición “marginal y a ser vista con indiferencia en la sociedad”.

Desde este momento, todos los esfuerzos irán hacia “recuperar vitalidad y centralismo, buscando una nueva ‘catolicidad’, un ‘abrazar al otro’”. El Catolicismo “no sólo se ha abierto a un lenguaje evangélico que todos somos capaces de ver, sino que la iglesia se ha aclimatado a la variedad del mundo actual”.

 

Algunos de los participantes en la asamblea. / J. Forster

 

LA “GRAN MESA” QUE OFRECE EL CATOLICISMO DEL SIGLO XXI

El objetivo del Catolicismo actual es “ofrecer una gran mesa de 360 grados en la que toda la humanidad pueda sentarse”, analizó el pastor y teólogo. “La Iglesia Católica no sólo se extiende hacia los evangélicos, también hacia el marianismo, hacia la política, hacia movimientos populares de todo tipo”.

Por eso, Francisco “encarna perfectamente esta catolicidad del Vaticano II”, opinó Chirico. El Vaticano es ahora una iglesia “políglota” porque habla el lenguaje de muchos otros movimientos, “no renuncia a ninguna dirección”. Pero “cuando una Iglesia quiere atraer la atención de todos, quiere ser vecinos de todos, es que en realidad no se ha movido ni un milímetro de donde se encontraba. No ha movido su baricentro”.

 

¿ES REFORMABLE LA IGLESIA CATÓLICA?

Entonces, ¿qué se puede esperar de esta nueva era católica? No mucho, consideró Chirico. “El problema de la Iglesia Católica de fondo es que toma su autoridad directamente de la trinidad divina. Esto solo es reformable si se autolimita, en otras palabras, si hay arrepentimiento”.

“Pero la Iglesia no acepta que se haya podido equivocar en este punto. Ha sido una historia de adición, de cierta renovación, pero nunca una obra de purificación, de conversión de las estructuras”.

Ante esta realdad, los evangélicos “no deben hacer un discurso de arrogancia, de confrontación”, pero sí “responder al evangelio, a la misión”. Respondiendo a Traettino, dijo que “sí tenemos esperanza, claro, pero la esperanza de la fe, basada en la Palabra”.

Alertó del peligro de caer en el juego del “lenguaje ecuménico católico de que tenemos mucho en común y sólo quedan por solucionar unos puntos concretos”.

Es infantil querer separar la cristología y la eclesiología, y decir que estamos de acuerdo con el Catolicismo en la primera pero no en las segunda. Si la eclesiología no es correcta, es porque la cristología no es correcta”. Por tanto, los obstáculos a la unidad no son “cosas secundarias, sino cuestiones esenciales”.

Chirico recordó la “crítica feroz” a los reformadores Lutero (“hereje”) y Calvino que Bergoglio dejó por escrito antes de convertirse en obispo de Roma, y de las que nunca se ha desdicho.

No debemos ser ingenuos, y el hecho de que Francisco sea jesuita no nos debe turbar, pero es algo que hace un poco más complejo pensar que hay la unidad que se pretende. Hay que leer toda la realidad de forma completa”.

Leonardo de Chirico concluyó: “Francisco es la encarnación más exitosa del Vaticano II, que es sólo la última etapa evolutiva de un sistema diseñado y desarrollado con un ‘pecado original’ del que aún no se ha arrepentido, sino que incluso se ha consolidado. Ninguna diplomacia ecuménica cambiará esto, ni siquiera el añadir una nueva ‘oferta evangélica’ al menú tradicional. Para todos sigue vigente la invitación del Señor Jesús en Marcos 1:14: ‘El tiempo se ha cumplido, el reino de Dios está cerca: arrepentíos, y creed en el evangelio’”.

 

AMOR Y MISIÓN: RESPONSABILIDADES FRENTE A PRÓJIMOS CATÓLICOS

El presidente de la AEI, Giacomo Ciccone, había abierto unas horas antes el encuentro recordando que “los católicos son prójimos de nosotros los evangélicos, pero muchas veces no hemos ejercido nuestra responsabilidad con ellos”.

Con ello aludía a una doble responsabilidad  a la que hicieron referencia otros conferenciantes durante las 24 horas de sesiones que había por delante. Por un lado, los creyentes católicos son prójimos que deben ser amados y respetados, y a la vez, también necesitan escuchar las buenas noticias del evangelio bíblico, resaltó.

“No debemos sólo hablar, sino escuchar más”, reconoció Ciccone, abogando por explorar todas las vías en las que la “cobeligerancia” (la cooperación en temas concretos) con los católicos sea posible: “No solo en temas de defensa de la vida, sino también en política, en derechos humanos…”

La visión actual de la AEI, fundada en 1974, se identifica con la Declaración de Singapur de 1986, en la que la AEM mencionaba los obstáculos que había en la relación con el Catolicismo.

Los evangélicos italianos, enfatizó Ciccone, deben trabajar para tener en cuenta cuatro prioridades: “reconocer su patrimonio espiritual, ganar en discernimiento, identificar a sus prójimos y mirar al futuro”.

 

PROFESOR BOLOGNESI: COMPRENDER DE DÓNDE VENIMOS

Habló más sobre el patrimonio espiritual el profesor del Instituto de Formación Evangélica y Documentación, Pietro Bolognesi. “Uno de los puntos fuertes de la fe evangélica debe ser su capacidad de mirar al pasado”, dijo de entrada. Al mirar atrás, “la pregunta debe ser siempre: Quién sirve a Dios y quien no le sirve”.

“Durante las décadas previas a la Segunda Guerra Mundial, la situación fue muy difícil para los evangélicos, era muy difícil dar testimonio y fuimos marginados”. Ya en la segunda parte del siglo XX, el evangelicalismo en Italia seguía siendo tachado como “sectario”.

 

Pietro Bolognese dio un enfoque histórico. / J. Forster

Bolognesi fue honesto al hablar de cómo los evangélicos italianos y la Alianza Evangélica Mundial no siempre han estado de acuerdo en cómo dialogar con el Catolicismo. En 1980, por ejemplo, Italia, España y Francia se desmarcaron de la iniciativa de invitar a representantes católicos a la asamblea de la AEM. “En aquellos momentos”, opinó Bolognesi, “algunos líderes de la Alianza Evangélica Mundial estaban más preocupados por las relaciones [con el Catolicismo] que por la esencia de la fe”.

Sin embargo, Singapur 1986 marcó en un hito en sentido positivo. Fue “un texto muy cortés pero una toma de posición sobre la imposibilidad colaborar con la iglesia de Roma”.

Otros encuentros, como Budapest 1990 y Venecia 1993 marcaron nuevos puntos de vista divergentes entre la AEI y la WEA.

De esta perspectiva histórica, Bolognesi concluyó que “los representantes evangélicos no deberían estar en grupos cerrados, con sus propias discusiones internas y su burocracia, sino ser parte de la reflexión de las iglesias locales, de la gente”. La inclusión de una representación especial de los evangélicos en países católicos en la Alianza Evangélica Europea, en 2007, fue una muestra de “sensibilidad”.

De la actualidad, Bolognesi destacó 4 factores que definen la “mutación” de las relaciones entre evangélicos y católicos:

- “Acentuación de la poliedricidad”. “A partir de Vaticano II, el Catolicismo mezcla la religión popular (superstición y magia) con la más alta solemnidad dogmática”. Sería “ingenuo” no entender este cambio en el Catolicismo a la hora de dialogar con él.

- “Dificultad de los evangélicos de definir identidad”. Esto ha llevado a que los evangélicos italianos hayan sido a menudo vistos como “una secta neo-fundamentalista que no tiene interlocutores serios”.

- “Identificación de las temáticas éticas”. A veces lo ético es visto como “más importante que el propio evangelio” en algunas iglesias. Sin embargo, ha faltado a menudo “una reflexión evangélica seria y profunda” sobre los temas de actualidad. Estos dos factores combinados han llevado a que “muchas veces nos hemos añadido a las posiciones éticas católicas sin hacer una reflexión propia”. La consecuencia es que el Catolicismo ha tenido “una gran influencia sobre nosotros en los grandes temas éticos”.

- “Fluidificación de los temas”. Se ve a menudo entre los evangélicos cierta “apatía e ignorancia”, que tiene que ver con un “interés por la historia casi inexistente” de muchos evangélicos.

Bolognesi concluyó con una exhortación: “El pueblo de Dios debe seguir reformándose, y esto debe ser por la acción y para la gloria de Dios, no para un movimiento evangélico concreto”.

 

TODAS LAS CUESTIONES NO RESUELTAS

Finalmente, los pastores evangélicos Agustino Masdeo y Giovanni Di Francia participaron en una mesa redonda que pretendió mostrar lo que se piensa en las iglesias locales.

“Cuando se habla de unidad, últimamente, nunca se mencionan las cuestiones no resueltas”, dijo Masdeo. Se trata de temas de fondo, porque “todos sabemos que la Iglesia de Roma debe reformarse verdaderamente, un retorno al que para nosotros es el único fundamento de la fe, la Palabra de Dios. Pero si esto sucediera, el Catolicismo se vendría abajo”, pronosticó.

 

Los pastores Di Francia (izquierda) y Masdeo (derecha) dan una perspectiva local. / J. Forster

Sin este cambio radical en el Catolicismo, la unidad solo sería posible “si hiciéramos un tipo de ‘Contrarreforma Evangélica’ y  volviéramos nosotros mismos a posiciones previas a la Reforma”, dijo con ironía.

“Debemos dialogar con los católicos”, pero dejar de lado la “manía por conseguir la unidad”. Citando 2ª Timoteo 2:15, resumió que “la cuestión en juego es la verdad; si damos más importancia a la unidad que a la verdad, entonces todo es posible. Pero, ¿no es toda la Biblia verdadera? ¿Quiénes somos nosotros para definir partes de la Biblia como no esenciales para la unidad? Si nos saltáramos algunas partes de la Escritura podríamos tener unidad con el Catolicismo. Pero entonces también podríamos tenerla con los mormones, por ejemplo”.

Masdeo concluyó: “La iglesia católica ha cambiado, pero no en sus sustancia, sólo en su vestido. Las formas han cambiado, son muy evangélicas, también el lenguaje, pero es posible que sea por la hemorragia de perdida de creyentes, especialmente en Latinoamérica. Esto no quiere ser una declaración arrogante, pero no necesitaremos mucho tiempo para ver si es un cambio real”.

Di Francia se preguntó “por qué los evangélicos, y especialmente los pentecostales, olvidamos nuestra historia tan fácilmente”.

Tras la elección del Papa Francisco, con las nuevas formas, “es el momento en el que los evangélicos deben mostrar la diferencia en el contenido”.

El pastor dijo no estar de acuerdo con que dialogar con la Iglesia Católica sea una cuestión de “amor”. “Si hablamos de amor, Dios ama a todos. Pero, ¿qué quiere decir amar? ¿Dejar las cosas como están? ¿Dejar a las personas en el pecado? Y, hablando de diálogo, ¿cuál es la base del diálogo? La Iglesia Católica no dialogará con nosotros en base a la Palabra de Dios, porque al final es la tradición la que juzga”.

 

ENFOQUE EN LA MISIÓN

El sábado, los miembros participaron en la asamblea propiamente dicha, con sus informes y votaciones. Al terminar el programa, el miembro del comité de la AEI Giuseppe Rizza resumía el encuentro llamando a “un evangelicalismo fuerte, pero no agresivo ni arrogante, sino que se distinga por una humildad, integridad y simplicidad que solo Dios puede dar. Oramos que Él siga extendiendo su reino en Italia y en todo el mundo”.

 

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Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - ‘Ante el Catolicismo, diálogo sin renunciar a la verdad y la Historia’