“Nadie quiere vivir bajo el Estado Islámico”

A punto de cumplirse dos meses de la huída masiva de cristianos de Mosul ante la llegada del Estado Islámico, los refugiados de esta y otras regiones siguen dependiendo de la ayuda para sobrevivir.

“Hacer planes a largo plazo no tiene sentido”, dice Yousif, líder de un ministerio cristiano que trabaja en la región fronteriza entre Irak, Siria y Turquía, desde donde ve cómo cientos de personas intentan sobrevivir con muy pocos recursos.

La entidad cristiana Partners International explica en una carta que han contactado con Yousif para saber de primera mano la situación.

“Yousif y su familia están realizando una excelente labor que consiste principalmente en prestar ayuda médica, refugio, alimentos y agua a la gente en la medida de sus posibilidades”, explican.

CUBRIENDO NECESIDADES BÁSICAS

Parte de su trabajo está en la gestión de una escuela, la única que sigue en marcha en la zona norte de Irak donde operan, lo que ha ayudado a la población a “dar una sensación de normalidad”, que además “ha sido muy apreciado por el gobierno en su intento de mantener la rutina normal”.

Este misionero mantiene de forma permanente a unas 200 personas que se alojan en uno de los edificios de la iglesia. Además, atienden ocasionalmente las necesidades de otras personas que siguen llegando.

Las necesidades que se presentan son las básicas: comida, refugio y agua. La necesidad de agua está siendo resuelta gracias a la compra de filtros que están permitiendo potabilizar el agua a la que acceden, ya que es prácticamente imposible costear la compra de agua para tantas personas.

APRECIO DE AUTORIDADES Y MUSULMANES

Según Yousif, “nadie” quiere vivir bajo el régimen del Estado Islámico. Los refugiados esperan que las unidades militares consigan recuperar Mosul y otras ciudades, pero, de momento, no se atreven a hacer planes a largo plazo. “La situación es de emergencia todavía y debe seguir siéndolo en el futuro inmediato”, dice Partners International.

Como nota positiva, la situación de dificultad está sirviendo para que el gobierno iraquí reconozca la labor de minorías – católicos, evangélicos y yazidíes – en favor de los necesitados. “Incluso los imames agradecían a Dios por la iglesia”, dice Yousif.