Nos quitaron el arco iris, y ahora la libertad
Uno de los puntos más conflictivos de la nueva Ley es crear un órgano político, la Agencia Estatal de derechos LGTBI, que gestione la promoción de la ideología de género.
25 DE JUNIO DE 2017 · 18:00
El colectivo LGTBI responde en realidad a una agenda ideológica que va arrebatando el espacio en la vida pública a todo aquel que disienta de sus postulados.
Inicialmente pidieron no ser perseguidos por el hecho de su orientación sexual, algo no sólo legítimo sino justo. Nadie debe ser perseguido por sus ideas, y en este mismo aspecto cualquier tipo de violencia es execrable y condenable.
Y arrebataron el arco iris al cristianismo como símbolo. Un símbolo que en el texto bíblico refleja por una parte que Dios castigó a la humanidad por su inmoralidad, y por otro que prometió no volver a realizar un juicio igual al Diluvio, pacto que tiene su cumplimiento en el "arca" que es Jesús. Muy lejos del uso que le ha dado el colectivo LGTBI.
Ahora nos han robado la libertad. Exactamente actuando como los opresores que ellos antes denunciaban: persiguiendo y apresando a quienes difieren de sus ideas, y obligando a que se imponga su cosmovisión desde la escuela.
El último y definitivo paso (por ahora) en España es aprobar a nivel nacional la Ley LGTBI en la misma línea que ya se ha aprobado en Cataluña y las Comunidades de Valencia, Madrid y Extremadura.
La conocida como ley LGTBI -que se puede consultar en la web del Congreso- ha sido elaborada por el grupo parlamentario confederal de Unidos Podemos-En Comú-En Marea y cuenta con el respaldo del resto de grupos parlamentarios, excepto el PP, aunque por su parte el Gobierno no ha puesto ninguna pega a su tramitación parlamentaria.
La nueva Ley se discutirá y presumiblemente se aprobará tras el parón de verano en la actividad política.
Uno de los puntos más conflictivos de la norma es la creación de un órgano político, la Agencia Estatal de los derechos LGTBI, que gestione la promoción de la ideología de género en ámbitos como educación, salud o deportes.
También desarrollará la concesión de privilegios para el colectivo LGTBI en acceso a empleo público o subvenciones.
Otro aspecto a destacar es la inversión de la carga de la prueba, por la que aquellos que sean acusados de discriminación hacia el colectivo LGTBI deberán demostrar su inocencia. Es como si alguien acusado de robar deba demostrar que no es ladrón, en vez de que se demuestre si ha robado o no.
También se establece un régimen sancionador con poder para multar y sancionar a personas o entidades, que actúen u opinen de forma contraria a esta Ley, con multas que van de los 3.000 a los 20.000 euros. A esto se añade la prohibición a profesionales psicólogos de ejercer terapias de reconversión, aunque cuenten con el consentimiento del cliente.
En definitiva, es una Ley en la que se obliga al silencio ante la imposición de la ideología LGTBI a niños y adultos, bajo amenaza de cárcel o multa (los padres no educarán a sus hijos en esta área, lo hará el Estado).
Y una Ley mediante la cual se conceden privilegios especiales a un grupo de ciudadanos españoles de los que carece el resto.
Nos quitaron el arco iris, ahora nos quitan la libertad y la igualdad de derechos.
Puede leer aquí completo el Comunicado de la AEE sobre sobre la nueva ley catalana de derechos LGTB
Y aquí el Comunicado de FEREDE
Y aquí puede leer íntegra la propuesta de LEY LGTBI en la página del Congreso español.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Editorial - Nos quitaron el arco iris, y ahora la libertad