Ecumenismo: ni iguales ni lo mismo

Alzamos de nuevo la voz ante las expresiones de relativismo y la identificación de la genuina fe evangélica con el catolicismo como doctrina.

17 DE FEBRERO DE 2016 · 16:00

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Vivimos en un mundo de tanto relativismo que la identidad de las cosas se diluye de manera que no hay límites, ni fronteras, salvo el de que todo vale para que lo mío valga también.

De acuerdo que hay grises, pero esto en nada significa que el blanco es blanco (incluso el blanco oscuro) y que el negro es negro (incluso el negro claro).

Nos referimos en concreto a las cada vez más frecuentes declaraciones y encuentros en los que personas que se identifican como líderes evangélicos difuminan la identidad de la fe cristiana ante el catolicismo, especialmente las visitas del papa Francisco.

Un papa profundamente mariano que reza e implora ante la estatua que representa a la Virgen María, que en nada ha cambiado la idea de que es el Vicario (representante) de Cristo en la Tierra. Que mantiene que la Gracia se administra mediante sacramentos en manos de hombres, y que abraza a sus “hermanos” evangélicos y les pide que oren por él, pero que en esa cercanía -sin duda positiva- lleva el mensaje de “somos iguales, todo es lo mismo”.

Y no es cierto.

La Iglesia católica no sólo no es “la” Iglesia, sino que su doctrina en sí misma es profundamente contraria a la Biblia, a la salvación por fe y por la Gracia, a un Jesús que es único mediador entre Dios y los hombres.

Sin duda muchos dirán que en el propio seno de las iglesias evangélicas existen doctrinas que distorsionan aspectos básicos de la fe.

Pero no son dogmas que los demás debamos aceptar. Y sobre todo, muchos decimos “no” a la deriva de la teología de la prosperidad, a la teología y la ética liberal,. a la gracia barata, al autoritarismo, a la espirtualidad desencarnada, y al abuso espiritual, y a tantos otros males que el ser humano (incluso con una experiencia espiritual genuina) arrastra.

Muchas voces, personas y pensadores (comenzando por este medio) alzan su voz ante lo que les rodea.

Y por eso mismo alzamos de nuevo la voz ante estas expresiones de relativismo ante la identificación de la genuina fe evangélica con el catolicismo como doctrina.

No decimos que no hay salvación fuera de la iglesia evangélica. Decimos que no hay salvación fuera de Jesús, se esté dentro o fuera del cristianismo católico, ortodoxo o evangélico.

Y flaco favor hacemos a la verdad si diluimos ese mensaje por el que Jesús dio su vida, y en fidelidad a Él reformadores como Juan Hus, Savonarola, Lutero, Calvino y tantos otros.

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