El códice Sierra Texupan: Una pasión histórica personal

El códice ha sido estudiado por especialistas más recientes desde hace poco más de 50 años.

10 DE MAYO DE 2019 · 10:30

Fragmento del Códice Sierra,
Fragmento del Códice Sierra

Como derivación de la obsesión narrada en el artículo pasado acerca del mapa-códice del poblado de Tejupan, Oaxaca, enviado al rey Felipe II de España en 1579, la búsqueda personal de más datos sobre ese importante documento se orientó hacia un descubrimiento aún más impactante: la existencia física del llamado Códice Sierra Tejupan, que se encuentra actualmente en en el fondo restringido de la Biblioteca Histórica José María Lafragua de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Hoy es posible hojearlo completo en el sitio de la Biblioteca Digital Mexicana, en donde aparece una explicación detallada de su origen y los avatares que experimentó antes de recalar en ese lugar.

 

Códice Sierra.

Según el sitio mencionado, el códice “llegó en 1828 al museo de la entonces Academia de Bellas Artes de la ciudad de Puebla, probablemente junto con un donativo de 48 antigüedades”. Estrictamente hablando, se trata de un “libro de gastos de la comunidad de Santa Catalina Texupan, en la Mixteca Alta de Oaxaca, para los años 1551-1564”. El resumen agrega:

Es notable por su extensión, por la continuidad, prolijidad y exactitud de la información que provee, y porque representa con pictografías, en la tradición mesoamericana, la información que también da por escrito. Presenta en esto una combinación cultural notable: los textos están en náhuatl, lengua de los intérpretes que contribuyeron a la elaboración de este registro. A mediados del siglo XVI los mixtecos aún recurrían a los intermediarios nahuas para funcionar en la joven sociedad novohispana. El nahuatlato que ayudó a la elaboración de las cuentas es asentado y retratado en la última hoja de la serie.

Nahuatlato es la palabra náhuatl que designaba a los traductores o intérpretes que colaboraron con los españoles en la adaptación cultural a que obligó la conquista, así como en elaboración de documentos o códices que registraban acontecimientos de la época virreinal. En el caso del códice en cuestión, el registro de los datos aparece en el idioma predominante, el de los mexicas, al lado de las imágenes que refieren la actividad económica del poblado con su nombre más antiguo, Santa Catarina Tejupan, el cual cambió por el de Tejupan solamente, la cabecera municipal perteneciente durante mucho tiempo al Distrito de Teposcolula.

Las entradas del códice detallan los pesados gastos que debía asumir la comunidad, [y] están pues acompañadas a su lado izquierdo por pinturas cuyos intensos y hermosos colores, hechos con pigmentos naturales, no han palidecido. Estas pinturas dan la misma información que el texto a su lado, al modo sucinto y simbólico propio de la escritura prehispánica. Por ejemplo, para decir que se dio comida en ocasión de la fiesta de San Pedro y San Pablo, la representación es una llave coronada (San Pedro), una espada coronada (San Pablo), y dos cajetes con comida. En estas pinturas, las cantidades de dinero y las cantidades de los productos mismos son representadas conforme a la aritmética vigesimal mesoamericana. La representación del pueblo de Santa Catalina, frecuente a lo largo del documento, es la rueda donde, según la tradición, fue martirizada la santa de Alejandría.

 

Francisco del Paso y Troncoso.

Las pictografías, propias de la cultura y de la cosmovisión mixteca, son las que dan fe de los acontecimientos. Al igual que el mapa de 1579, el documento muestra la mezcla de técnicas, de idiomas y de maneras de ver el mundo: “La escritura propiamente mixteca está también presente, en el año que encabeza cada hoja: junto a su anotación en números arábigos aparece la figura que asemeja una A mayúscula, que significa año en la escritura mixteca, completada con otros elementos de esos glifos calendáricos”. El antiguo documento consta de 62 hojas de papel europeo, cuya medida del folio es de 30.7 por 21.8 cm.

Este registro de los gastos de la comunidad de Texupan (que alcanzó una importancia similar a la de sus vecinos de Tamazulapan y Coixtlahuaca, en los linderos de otra etnia, la chocholteca, que se expresaba en su propia lengua) demuestra, además, “la importancia cuantitativa del gasto religioso”. En el códice aparecen también otros fenómenos que alteraron profundamente la vida del pueblo, tales como la adquisición de ganado y, sobre todo, la producción de seda, que alcanzó gran relevancia. Sobre esta industria existe una tesis de maestría en Historia de México, presentada en la Universidad Nacional Autónoma de México por Hilda Judith Aguirre Beltrán, en 1996: Un pueblo sedero del siglo XVI en dos códices de Texupa (Mixteca Alta).

 

Nicolás León Calderón.

El códice, como bien se afirma en el sitio web de la Biblioteca Digital Mexicana es una “ventana precisa, completa, ilustrada y seriada de la vida cotidiana de una comunidad mixteca a mediados del siglo XVI: dinero para el boticario para comprar en México medicinas y aceite de Castilla. Para el hospital, comida, vino y azúcar para los enfermos, trabajo de mujeres y hombres del pueblo, y 40 varas de ‘tilma de Castilla’ con las cuales hacer colchones para los enfermos”.

Se habla también de la carga de semillas de cacao para músicos, sacristanes y otros residentes del convento e iglesia, además de la compra importantes cantidades de candelas y cirios pascuales, pescado y huevo para la comida del vicario en la cuaresma, vino para la misa, el maíz y la comida que daban al vicario, así como otras viandas y productos, incluyendo la adquisición de animales para pagar el diezmo y otros gastos adicionales. Y se mencionan, asimismo, las festividades de Corpus Christi, el día del señor Santiago Apóstol, patrono del pueblo, y San Pedro y San Pablo, entre otras. Entre las abundantes pictografías aparece la cacica de Texupan, doña Catalina.

Pero esta historia, en la que se entretejen diversas circunstancias, ha tenido su cauce propio. En julio de 1906, Nicolás León Calderón (1859-1929), médico, profesor de antropología física y decano del entonces Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, tuvo a bien obtener el apoyo del Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, el connotado escritor Justo Sierra (1848-1912) para publicar una edición calcada del original del códice que localizó en Puebla. El alto funcionario aceptó patrocinar la publicación, motivo por el cual y sin informarle de manera inmediata, León colocó su nombre en la portada de la edición, suprimiendo la referencia al poblado de origen, aun cuando los especialistas siempre mencionan ambas denominaciones. La leyenda de la portada del códice reza como sigue: Códice Sierra. Traducción al español de su texto náhuatl y explicación de sus pinturas jeroglíficas por el doctor Nicolás León. Se puede consultar íntegramente en el sitio de la Biblioteca Digital Hispánica, de la Biblioteca Nacional de España.

 

Primera página del códice Sierra original.

En una edición facsimilar mucho más reciente del códice, de 1984 (México, Editorial Innovación), la introducción está firmada por Federico Gómez de Orozco, quien reconstruyó lo sucedido con el documento, se explican los pasos seguidos hasta su segunda publicación, en 1933, en la imprenta del museo mencionado, siendo director Alfonso Caso (autor de Reyes y reinos de la Mixteca) luego de fallecido el profesor León. Gómez agrega que el primero en estudiar el códice fue el arqueólogo Francisco del Paso y Troncoso (1842-1916), quien incluyó “sus observaciones en el tomo II del Catálogo de la Sección de México en la exposición histórico-americana de Madrid en 1892, efectuada con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de América” (p. 2). En esa exposición se exhibieron 38 fotografías del códice, según comenta León en el primer capítulo de la edición de 1906, en donde se refiere al Códice de Texupan.

En el segundo capítulo pasa a detallar las características del documento y se refiere a su origen geográfico como sigue:

Su texto está consignado en pinturas jeroglíficas ikonomáticas, a varios colores, y con un texto caligráfico explicativo en lengua náhuatl.

Carece de principio y fin; varias hojas están desgarradas y en no pocas, algunas figuras han sido recortadas. Lo que se conserva son treinta y una hojas, las cuales, con la mayor fidelidad posible, se han reproducido en litografía, en sus colores originales.

Es este documento una simple lista de gastos hechos por la comunidad del pueblo de Santa Catarina Texupan (Texopa) hoy conocido por Tejupa, en el Distrito de Tepozcolula (sic) y Estado de Oaxaca, correspondiendo a la región conocida por Mixteca Alta y al grupo de los pueblos chochos, chochones o popolocas.

Actualmente este pueblo ya no existe, sólo se sabe [que] estuvo en un sitio situado al oeste del hoy Santiago Tejupan conocido con el nombre de Pueblo Viejo y también con el de Santa Catarina Ñu Xāā.

Esta denominación Ñu Xāā es la palabra de la lengua mixteca que significa “piedra azul”, pues en ese lugar abundan las de ese color y hay la tradición de que sus habitantes estaban vestidos teñidos de azul (p. 7).

El códice ha sido estudiado por especialistas más recientes desde hace poco más de 50 años, lo que puede rastrearse en una revisión cronológica cuyo esbozo se presentará en el siguiente artículo, en el que se combinará la investigación sobre este documento y el mapa de 1579.

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