“Los mejores artistas y músicos que conozco no encuentran su lugar en la iglesia”

“Pídele al artista que te ayude a diseñar el culto”, dice Charles David Kelley en una entrevista sobre el rol de los artistas y cómo su forma de acercarse a la cultura puede beneficiar a las iglesias.

Redacción PD

  · Traducido por Patricia Bares

Evangelical Focus · WISLA · 04 DE OCTUBRE DE 2017 · 16:09

Andrian Valeanu. / Unsplash, CC,
Andrian Valeanu. / Unsplash, CC

A muchas iglesias les cuesta entender cómo se debe incluir a sus miembros más creativos en el ministerio.

Según Charles David Kelley, fundador y presidente de Bridge Builders International, “muchos artistas no se sienten a gusto en la iglesia porque no se les tiene en cuenta”.

“De alguna manera, en nuestras iglesias hemos terminado creyendo que lo conservador es mejor […] y ofrecemos el mismo menú semana tras semana, y otra, y otra”, señaló Kelley en una entrevista durante el Foro de Liderazgo Europeo (European Leadership Forum) en Wisla, Polonia. 

Allí, Kelley explicó que “algunos líderes cristianos evitan utilizar el arte en su ministerio por razones teológicas”. Puede tener que ver con “su propio trasfondo”, o porque muchos pastores “no han recibido una formación que les inste a pensar de forma creativa”.

Kelley cree que el equipo de liderazgo de la iglesia debería “pedir al artista que les ayudara a diseñar el culto”, de esta manera “no solo involucrarán a personas para que hagan algo, sino que harán que pongan de forma voluntaria sus dones al servicio de los demás.”

“Los artistas son las personas más influyentes de la comunidad […] son los que cambian la cultura”, concluye.

 

Puedes leer la entrevista completa a continuación.

 

Pregunta: ¿Por qué hay tantos artistas que no se sienten a gusto en la iglesia?

Respuesta: Muchos artistas no se sienten a gusto en la iglesia porque no se les tiene en cuenta. La iglesia habla de dones espirituales con lenguaje espiritual, pero se olvida de reconocer el talento musical y el artístico como talentos espirituales.

Sin embargo, la primera vez que en las Escrituras se habla de la entrega de dones por parte del Espíritu Santo en el contexto de la construcción del tabernáculo, en el Antiguo Testamento, los primeros dones que el Espíritu entregó fueron precisamente artísticos, dados a los artistas, artesanos, joyeros, orfebres y tapiceros.

No obstante, no se los menciona en los cuatro pasajes principales del Nuevo Testamento que tratan los dones espirituales: 1ª de Pedro 4:1; Timoteo 4, Romanos 12 y 1ª de Corintios 12.

Los artistas, las personas creativas, no se sienten reafirmados por poseer otros talentos espirituales.

Hay otra razón más: muchos de los buenos artistas tocan instrumentos que no suelen tocarse en la iglesia. 

Normalmente una iglesia suele contar con un pianista, un organista, un batería, un guitarrista, un bajista y quizás con uno o dos flautistas. Ahora bien, si tocas otros instrumentos como la tuba, el trombón, el cuerno u otro menos común… no hay lugar para ti, a menos que haya un equipo de liderazgo creativo que diga: “Oye, tenemos a alguien que toca la tuba. ¿Cómo podemos usarlo?”

Podemos hacer algo que sorprenda a la congregación para llamarles la atención y que incluso les haga escuchar, pues bien es sabido que cuando captamos la atención con algo que sorprende, los oyentes ya no se quedan dormidos.

Creo que eso es algo muy propio de Cristo, porque el Señor Jesús fue acusado de muchas cosas a lo largo de Su ministerio, pero nunca de ser aburrido. Siempre sorprendía a la gente, ya sea con anécdotas, ilustraciones o acciones. 

En cambio, en nuestras iglesias, de alguna manera hemos terminado creyendo que lo conservador es mejor, lo cual comporta asumir pocos riesgos y ofrecer el mismo menú semana tras semana, y otra, y otra. Como consecuencia, hay pocas sorpresas y mucho aburrimiento.

Mi mentor, Howard Hendricks, solía decir hace muchos años en el Seminario de Dallas: “Es pecado aburrir a la gente con la Palabra de Dios”, y entonces empezó a hablar sobre cómo miles de pastores estaban pecando profundamente cada domingo.

Estoy de acuerdo, creo que todos los sermones deberían ser interesantes, creativos, relevantes para nuestras vidas y tener factores sorpresa, pero también creo que todo el culto en conjunto debería ser así. Creo que es pecado aburrir a las personas con cultos que son totalmente predecibles, los cuales chivan a la gente cuando cerrar los ojos y volver a abrirlos en medio del mensaje, para no perderse nada.

 

Charles David Kelley, durante la entrevista. / FOCL

P: ¿Por qué muchos líderes cristianos evitan utilizar arte y artistas en su ministerio?

R: Muchos líderes cristianos evitan utilizar arte y artistas de forma creativa en sus ministerios por razones teológicas: no quieren violar el segundo mandamiento que tiene que ver con los ídolos.

Algunas interpretaciones conservadoras de imágenes o ídolos prohíben a la gente pensar en hacer representaciones creativas de símbolos cristianos, especialmente de Dios, Jesús, la crucifixión, la resurrección o cualquier cosa que sea sagrada y que podría ser idolatrada.

Otros los evitan por su propio trasfondo, pues algunos vienen de un contexto católico, en el cual se daba mucha importancia al arte y al artista, por lo que no quieren que eso les vuelva a dominar. 

Hay algunos que no han recibido una formación que les inste a pensar de forma creativa. Parece que nuestras escuelas de teología y sistemas de los seminarios atraen a gente con el hemisferio izquierdo más desarrollado y que piensan como ingenieros, de forma sistemática y muy lógica. En cambio, las personas con un hemisferio derecho más desarrollado suelen sentirse fuera de lugar dentro del mundo de los seminarios.

Yo soy uno de ellos, por poner un ejemplo. He recibido 7 años de formación en uno de los seminarios más importantes del mundo, y sin embargo siempre me he sentido fuera de lugar y muy pocas veces reafirmado cuando he querido hacer algo creativo. 

Como consecuencia, si te adentras en el mundo del ministerio y has recibido una formación que te enseña a hacer las cosas como te dicen, la creatividad no se ve como algo bueno, sino más bien como algo arriesgado.

En realidad, la creatividad es precisamente la capacidad de arriesgarse, pero nuestras iglesias normalmente se enorgullecen de no asumir riesgos. No obstante, no existe una creatividad sin artistas que asuman riesgos.

Hay otras razones por las que las iglesias o los líderes evitan el arte y los artistas, o personas con ese trasfondo.

Una de ellas tiene que ver con la mundanería: a veces, los artistas o músicos provienen de contextos con ideas bastante firmes, y pueden introducir en la iglesia conocimientos aprendidos en el mundo, lo cual suscita varias dudas: ¿Van a introducir también los valores que han aprendido fuera? ¿Van a abatir a los jóvenes? ¿Queremos contaminar a nuestros jóvenes con esto?

Esa es otra razón por la que hay temor, y puedo entenderlo. Pero al mismo tiempo, cuando las iglesias prefieren evitar la creatividad y no involucrar a personas creativas, las acaban perdiendo. 

Los mejores artistas y músicos que conozco no encuentran su lugar en la iglesia, y solo es cuestión de tiempo hasta que dejen de asistir.

 

P: ¿Cómo se puede integrar a los artistas en la iglesia?

R: Pídeles que te ayuden a diseñar el culto, no te limites a decirles: “Ah, por cierto, tú eres el artista. ¿Puedes pintar algo para colgarlo en la pantalla o pared?”

Haz que su mente también cuente en el equipo de planificación, como si fuera un empresario. Si cuentas con un empresario que sabe cómo ganar mucho dinero pero solo porque te interesa conseguir un cheque, vas a hacer que se frustre profundamente. En cambio, si le dices: “Empresario, tú que eres emprendedor y sabes cómo generar dinero y crear negocio, ¿podrías unirte a nosotros? Con tu creatividad, ¿cómo podríamos hacer para sacarle el máximo provecho a tu don y conseguir que la iglesia sea próspera  económicamente?”

Estamos hablando de un caso diferente, uno que transforma iglesias porque involucra a las personas, no solo para que realicen una función, sino para que pongan sus dones al servicio de los demás de forma voluntaria, lo cual es de vital importancia.

Fui pastor durante 21 años, pero no sabía cómo pintar hasta que llegué a los 50, y ahora también soy pintor profesional. No sabía qué hacer con los pintores profesionales de mi iglesia cuando era pastor.

Ahora echo la vista atrás y me avergüenzo, ojalá hubiera tenido más creatividad. Ojalá hubiera utilizado mi iglesia como un lugar donde se pudieran organizar exhibiciones para artistas de la comunidad y construir un puente hacia ellos, invitarles a venir y que pudieran traer a sus amigos para contemplar juntos su arte.

Incluso podemos ofrecernos a hacer una exhibición abierta para ellos, proporcionarles el café, el té, los donuts y un poco de música. Con ello, podríamos aprovechar para desarrollar relaciones con ellos y usar las instalaciones que Dios nos ha dado con creatividad para construir puentes con la comunidad. 

Los artistas son las personas más influyentes de la comunidad y de la sociedad. No son el termómetro, son el termostato. En los últimos 30 años, aquellos que han logrado cambiar vidas, exceptuando algunos políticos, han sido en su mayoría artistas o músicos. Ellos son los que cambian la cultura.

Puedes ver el vídeo de esta entrevista y consultar más recursos de Charles David Kelley en la página web de Forum of Christians Leaders Online.

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