Europa busca soluciones a la epidemia de soledad
Datos a nivel de Europa alertan de que hay muchos ciudadanos que se sienten aislados involuntariamente. El psicólogo Josep Araguàs apunta a la tecnología y al envejecimiento de la población, y remarca el papel relacional de las iglesias.
BARCELONA · 14 DE MARZO DE 2025 · 11:00

La “epidemia de soledad” en Europa, como la llaman los expertos, está siendo objeto de varias investigaciones ante la aparente falta de soluciones para combatirla.
Un estudio con más de 20.000 encuestados en los 27 países de la Unión Europea muestra que Irlanda es el país donde más personas dicen “sentirse solos siempre o la mayor parte del tiempo”, un 21%, seguido por Estonia, Grecia y Luxemburgo, que también tiene un 15% de población que sufre por la soledad.
En el otro lado, España y Croacia es donde más personas dicen tener buenos amigos o una relación sólida con familiares.
Más esfuerzos y más conductas de riesgo también
El informe encontró por ejemplo que las personas solas “muestran una mayor disposición a participar en actividades sociales (como visitas a la iglesia y voluntariado) y comportamientos que indican cualidades sociales positivas (como hacer donaciones)”.
Los datos muestran también que quienes se sienten solos en Europa tienden a tener más predisposición a tomar decisiones arriesgadas en las áreas de la salud, las finanzas o incluso en la conducción.
Sentirse solo puede llevar a pensar que “mi voz no cuenta”, por lo que estas personas acaban participando menos en decisiones sociales y políticas, muestra el estudio.
Otro resultado al que apuntan los datos de la Comisión Europea, publicado a principios de 2024, es que a más soledad, menos confianza se tiene en otras personas o en las instituciones.
Tres factores de aislamiento
Pero, ¿qué factores sociales externos provocan la soledad? En respuestas a Evangelical Focus, Josep Araguàs, psicólogo clínico en Barcelona, apunta a tres.
Por un lado, “el creciente envejecimiento de la población, que suele ir acompañado de un deterioro cognitivo, sensorial y físico”.
Un segundo factor es el “deterioro general de las relaciones personales, donde cada vez abunda más el egocentrismo, el utilitarismo y la temporalidad de estas relaciones”.
Pero el terapeuta apunta también al “uso masivo e indiscriminado de la tecnología, que nos crea constantemente una realidad virtual y nos incapacita de forma creciente para movernos en la realidad presencial”.
Móviles, redes y conexiones digitales
La omnipresencia de smartphones y otros dispositivos electrónicos en sociedades hiperconectadas también la estudió la Comisión Europea, que encontró que el 34.5% de los europeos de entre 16 y 30 años usan redes sociales más de 2 horas al día, un comportamiento considerado adictivo.
El porcentaje de alto consumo de redes cae al 12% en las franjas de edad superiores.
Los datos apuntan a que uno de cada cinco jóvenes menores de 31 años se siente solo, casi el doble que los que tiene más edad. Y que un 60% de los encuestados cree que usar redes sociales puede ayudar a reducir esa soledad.
Efectos de la soltería y el matrimonio
Entre los solteros, algo más hombres (20%) que mujeres (19%) expresaron sentirse solos siempre o casi siempre
Pero la cifra subía aún más entre encuestados que decían estar en “relaciones de pareja infelices”. Un 28% de mujeres y un 21% de hombres en relaciones que no funcionan expresaron sentirse solas siempre o casi siempre.
Aquellos que estaban en matrimonio o relaciones “felices” son los que perciben menos soledad: sólo un 7% de los hombres y un 8% de las mujeres.
Preguntado por ello, Josep Araguàs analiza: “Sin idealizar el matrimonio –ya que puede haber mucha soledad dentro de una pareja-, la realidad es que el matrimonio y la familia conceden un grado muy valioso de comunidad en esta era de soledad”.
“Aunque la soledad que pueden experimentar las personas solteras, divorciadas o viudas tiene idiosincrasias diferentes, sí que es cierto que estos tres grupos de personas deberán aprender a construir vínculos más allá de si mismos, para no experimentar soledad y aislamiento”, añade.
“No debemos escapar de la soledad sino afrontarla de forma sana”
El psicólogo publicó en 2022 el libro “En soledad y plenitud” (Andamio), en el que anima a “reconocer esta soledad en nosotros sin ansiedad, sin culpa, sin complejos, sin vergüenza…Y a partir, de ahí poder desarrollar estrategias para afrontarla de forma sana”.
Para el terapeuta en Barcelona, es conveniente “no escapar de la soledad –aunque es bueno distraerla de forma temporal”.
El riesgo principal es tratar de “mitigar la soledad con algún tipo de adicción, ya sean adicciones tóxicas (alcohol o cualquier tipo de otras drogas), adicciones sentimentales (parejas tóxicas) o conductuales (adicción al trabajo, juego o pantallas)”
Fe e iglesia
“Por su propia esencia la fe cristiana es relacional”, dice Araguàs, que es de fe cristiana evangélica. “No sólo por la relación entre Padre-Hijo-Espíritu Santo, sino por ese anhelo de revelación por parte de Dios, en darse a conocer a la Humanidad y de forma más íntima a su pueblo”.
Frente a la soledad, un antídoto claves es “la iglesia entendida como familia de Dios (Efesios 2:19)”, dice, ya que “erradica muchas experiencias de soledad al implicar el desarrollo de vínculos de fraternidad en diferentes etapas y circunstancias de la vida”.
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