¿Por qué tantos adolescentes y jóvenes se identifican como LGTBI?

Encuestas recientes confirman que un número cada vez mayor de personas menores de 23 años se identifican como “no binarios”. El psiquiatra Glynn Harrison y el teólogo Olof Edsinger describen algunas de las causas detrás de la tendencia.

Joel Forster , Redacción PD

Evangelical Focus · MADRID · 22 DE AGOSTO DE 2021 · 23:00

Dos jóvenes participan en la marcha del 'Orgullo' en Bremen. / <a target="_blank" href="https://unsplash.com/@janasabeth">J. Sabeth</a> en Unsplash CC.,
Dos jóvenes participan en la marcha del 'Orgullo' en Bremen. / J. Sabeth en Unsplash CC.

Los adolescentes y los adultos jóvenes se identifican cada vez más como LGTBI en Europa, Estados Unidos y otros países occidentales. Una encuesta reciente realizada por Gallup muestra que el 5,6% de la población de E.E.U.U. se identifica como lesbiana, gay, bisexual, transgénero o queer (en comparación con el 3,5% en 2012).

Pero es el segmento de los menores de 23 años, la llamada Generación Z, donde las cifras han crecido más: el 15,9% se autoidentifica como LGTBI. Más chicas lo hacen que chicos, subraya la publicación de Gallup que recoge hasta 15.000 entrevistas. Los autores del informe llegan a la conclusión de que, “dado que las generaciones más jóvenes son mucho más propensas que las generaciones mayores a considerarse LGTBI, ese crecimiento podría continuar”.

Cambios en el comportamiento sexual

Glynn Harrison, un profesor retirado de psiquiatría en el Reino Unido, ha explicado en una entrevista con Evangelical Focus que “las encuestas que analizan los patrones de atracción y comportamiento han estado reportando estos índices de aumento durante algún tiempo”.

En 2016, un gran estudio poblacional en los E.E.U.U. (Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar) informaba de que “en el grupo de edad de 25 a 44 años, el 17,4% de las mujeres y el 6,2% de los hombres habían tenido contacto sexual íntimo con una persona del misma sexo en algún momento de sus vidas”.

Otra encuesta realizada por Ipsos MORI en el Reino Unido en 2020 analizaba las atracciones. “Solo la mitad (54%) de los encuestados de la Generación Z dijeron que ‘solamente se sentían atraídos por el sexo opuesto’. Cuanto más joven es el encuestado, mayor es la atracción por miembros del mismo sexo”, apuntaban.

¿Por qué esta tendencia?

“No es fácil interpretar estos resultados”, admite Harrison. “Una posibilidad es que estemos presenciando aumentos reales en las tasas de atracción hacia personas del mismo sexo en el contexto de los cambios culturales provocados por la revolución sexual”, dice.

Otra posibilidad es que “la gente sea ahora más honesta acerca de sus sentimientos”.

Pero también se da el caso, dice el psiquiatra, de que “los jóvenes de hoy son más propensos a usar etiquetas de identidad sexual de moda que les permitan sentirse cool y encajar”.

“Es difícil de saber, pero sospecho que los tres factores influyen. La conclusión es que nuestras atracciones sexuales humanas parecen ser mucho más fluidas de lo que pensábamos hasta ahora, y es probable que los poderosos cambios culturales y sociales estén influyendo en los patrones de autoidentificación”, remarca.

“Escepticismo del concepto binario de género”

Olof Edsinger, un teólogo sueco que lidera la Alianza Evangélica en su país, ha reflexionado anteriormente sobre el crecimiento del movimiento queer en los países escandinavos.

“La filosofía posmoderna en general, y los movimientos trans y queer en particular, han allanado el camino para ello”, analiza Edsinger. “La teoría queer habla de nuestra identidad y sexualidad como fluidas, mientras que el movimiento trans tiene una definición ‘metafísica’ de sexo y género, desarticulada de la realidad biológica de la persona”.

A medida que estas ideologías ganan influencia en la cultura, “es lógico que la gente quiera cambiar o ampliar su autoidentificación”.

La “promoción” de las identidades LGTBI como algo “atractivo o interesante” para los jóvenes en los medios de comunicación, la educación, el entretenimiento, etc .; también han sido un factor clave.

El “actual escepticismo del concepto binario de género”, dice Edsinger, continuará “fomentando la idea de nuestro sexo biológico como un problema a superar más que como un activo en la construcción de nuestra propia identidad”.

Este escenario “aumentará la experimentación innecesaria, incluidas las personas que tienen relaciones sexuales con ambos sexos, incluso si más tarde resultan ser heterosexuales”.

Por el contrario, dice el teólogo, “el cristianismo mantiene en armonía cuerpo, alma y espíritu, sin dejar que uno esté en guerra con el otro”. En un contexto en el que “tanta gente quedará herida, confundida y llena de vergüenza como resultado de esta tendencia, la cosmovisión cristiana es una buena noticia”.

Más lecturas

Glynn Harrison ha escrito el libro Una historia mejor: Dios, el sexo y el florecer humano (2016), y ha publicado un resumen de sus ideas principales aquí. Harrison también es uno de los contribuyentes de un plan de estudios gratuito sobre la sexualidad humana desde una perspectiva cristiana ofrecido (en inglés) por el Foro de Líderes Cristianos (FOCL).

Olof Edsinger ha analizado recientemente el impacto del movimiento queer en este artículo.

 

Publicado originalmente el 19 de marzo de 2021.

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