El argumento cosmológico Kalam

El filósofo William Lane Craig ha desarrollado un argumento basado en la lógica y la ciencia y que le da sentido al origen y existencia de todo lo físico. Un artículo de Florencia Jorge.

08 DE AGOSTO DE 2022 · 10:30

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Imagen de Greg Rakozy, Unsplash.

El universo es tan extraordinario y complejo que durante toda la historia humana religiosos, filósofos y científicos han tratado de explicar su existencia. Lo que se ha demostrado como una tarea nada sencilla. 

Uno de los pensadores más influyentes en nuestros tiempos es William Lane Craig. Un filósofo cristiano con un interés especial en la filosofía de la religión, la metafísica y la filosofía del tiempo. Craig ha desarrollado un argumento basado en la lógica y la ciencia y que le da sentido al origen y existencia de todo lo físico.

Por sus raíces históricas en la teología islámica medieval, el argumento se llama “el argumento cosmológico Kalam”. Fue denominado así por Craig haciendo uso de la palabra Kalam, que es la palabra árabe para designar teología medieval. El autor del argumento original en el que se basa Craig se llamaba Al-Gazali, quien fue un teólogo musulmán de Persia que intentó refutar argumentos filosóficos influenciados por la filosofía griega. 

El argumento cosmológico de Kalam es un razonamiento sobre la existencia de Dios que concluye que “la existencia de Dios es la causa del universo”[1]. Asimismo, sostiene como premisa principal que el universo tiene un comienzo en el tiempo.

 Las premisas de tal argumento se clasifican de la siguiente manera:

1. Todo lo que comienza a existir tiene una causa.

2. El universo comenzó a existir.

3. Por lo tanto, el universo tiene una causa.

La primera premisa parece lógica, ya que, nada surge de la nada. Se basa en el principio de la causalidad. Es más probable que todo lo que existe tenga una causa por los principios físicos -y en el sentido común-, que nos dicen que que algo surja de la nada es incoherente. Y como bien lo expresa Craig: 

En relación al universo, si originalmente no había absolutamente nada (ni Dios, ni espacio, ni tiempo), entonces, ¿cómo pudo llegar a existir el universo? La verdad del principio ex nihilo, nihil fit es tan obvia que creo que estamos justificados a obviar una defensa elaborada de la primera premisa del argumento.[2]

La segunda premisa es la más significativa, ya que la primera premisa la apoya y la tercera es su conclusión lógica. Todavía hoy, muchos ateos consideran que el universo siempre ha existido, pero este argumento no tiene suficiente respaldo científico actual. De hecho, una serie de descubrimientos científicos, como el “desplazamiento gravitatorio hacia el rojo, el eco cósmico de la creación, la radiación cósmica de fondo, etc.”,[3], confirman el relato bíblico que expresa “que hubo un comienzo del espacio-tiempo”[4].

La postura contraria, como anteriormente se mencionó, sería que el universo es eterno e infinito, pero en los estudios de la energía (según la ley de la termodinámica) el universo ya debería de estar en un estado de muerte térmica (que es cuando la energía del universo es la misma en todos sus puntos). Por lo tanto, es razonable pensar que el universo comenzó a existir y no es eterno, ya que se habría quedado a estas alturas de la “eternidad” sin energía utilizable, “no habría calor, ni luz, ni vida”[5]. Se ha comprobado por medios científicos que el universo está en expansión, y que tuvo un punto de comienzo en el pasado.

La tercera premisa, llevada a su conclusión natural, alude a que la causa del universo es un Dios personal, debido a que cumple con las características para causar tal acontecimiento, el deseo de comenzar el universo. 

El argumento cosmológico Kalam hace racional y probable la existencia de Dios como la causa del comienzo del universo.

El universo es materia, tiempo y espacio y estos necesariamente comenzaron a existir. Por lo tanto, la causa del universo tiene que ser inmaterial, atemporal, “a-espacial”, increíblemente poderosa y autoexistente. También tendría que ser un agente personal quien, libremente, eligiera crear una consecuencia en el tiempo[6].

Obviamente, a los científicos escépticos les cuesta aceptar estos razonamientos, ya que apuntan a que la causa está fuera de todo lo físico y que dicha causa es un Dios personal. No obstante, analizando las evidencias filosóficas, lógicas y científicas es más probable que el Argumento cosmológico Kalam explique mejor el origen del universo, mejor que incluso un hipotético multiverso que solo empuja la pregunta un paso hacia atrás. 

Las causas del universo

La Biblia describe claramente los atributos que corresponden a la causa del universo:

Inmaterial: Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa. (Romanos 1:20)

Atemporal: (…) para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. (2 Pedro 3:8b)

Poderoso: ¡Ah, Señor Dios! He aquí, tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido; nada es imposible para ti. (Jeremías 32: 17)

Personal: (…) para que buscaran a Dios, si de alguna manera, palpando, le hallen, aunque no está lejos de ninguno de nosotros. (Hechos 17: 27)

El argumento cosmológico Kalam brinda evidencias de la existencia de Dios y da respuestas lógicas al comienzo del universo. A pesar de que es un argumento relativamente antiguo, las premisas desarrolladas y explicadas por Craig y respaldadas por los descubrimientos científicos demuestran que es razonable creer y afirmar que Dios sí existe.

 

Florencia Jorge es estudiante del grado en Teología de la Facultad Internacional IBSTE.

'Razones de la fe' es una sección impulsada desde la asignatura de Apologética que se imparte en la Facultad Internacional de Teología IBSTE.

 

Notas

[1] R. Douglas Geivett et al. ets., Cinco argumentos acerca de la existencia de Dios, 19. 

[2] W. Lane Craig, La existencia de Dios y el comienzo del universo, 12.

[3] J. C. Lennox, Disparando contra Dios, 42.

[4] Ibid., 43.

[5] T. Stratton, Lógica, Ciencia, y Dios: El argumento cosmológico de Kalam, s.p.

[6] W. Lane Craig, La existencia de Dios y el comienzo del universo, 17. 

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