¿Dijo Jesús claramente que era divino ante el concilio y por eso debía morir, o fue una injusticia?

Lo que hizo Jesús fue declararse Mesías Divino sin decirlo literalmente y por lo tanto decir la verdad sin ser culpable de blasfemia.

31 DE MARZO DE 2024 · 21:00

Jesús es presentado ante Caifás. Un cuadro de Johann Georg Tratutmann. / <a target="_blank" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jesus_before_Caiphus.jpg">Wikimedia Commons</a>.,
Jesús es presentado ante Caifás. Un cuadro de Johann Georg Tratutmann. / Wikimedia Commons.

Jesús está ante el concilio y le pregunta uno de los Sumo Sacerdotes: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? Y Jesús responde: Yo soy. Y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viniendo en las nubes del cielo. (Marcos 14:61-62).

¿Está Jesús diciendo con estas palabras de forma abierta que era divino y por lo tanto debía morir a los ojos de los gobernantes Judíos? La respuesta, a esta incógnita largamente debatida, es un rotundo sí y un estricto no. Y ambas respuestas son ciertas.

Sí, sí dijo que era divino

Jesús claramente deja entrever en su respuesta su naturaleza divina.

En primer lugar y de forma más relevante es su posición sentado a la diestra de Dios. Joachim Jeremías1 nos ayuda a entender el significado:

El Sumo Sacerdote Simeón, hijo de Kamith (17-18 d.C) fue alcanzado por el esputo de un gentil2 antes del día de la expiación. Por las leyes de la pureza sacerdotal tuvo que ser sustituido (cosa que ocurría en ocasiones) por otro sacerdote para que entrara en el Santa Sanctorum (el lugar santísimo) y realizara la liturgia. ¿Quién debía sustituir al Sumo Sacerdote? El que oficiaba a su derecha en las fiestas, el Jefe del Templo. 

El Jefe del Templo era otro sacerdote de la misma casta, responsable de los turnos, de la guardia y quien se convertía también en Sumo Sacerdote en el momento que entraba en el Santísimo, aunque fuera por unas horas. Su condición, importancia y dignidad al entrar en el Santísimo era idéntica a la del Sumo Sacerdote regente. Tal era así, que si moría el Sumo Sacerdote sustituto también tenía carácter expiatorio, y los homicidas involuntarios que residían en las ciudades refugio podían volver a sus ciudades (y antiguos cargos).3

El que estaba a la derecha del Sumo Sacerdote era un igual, o próximo a ser igual por herencia del cargo o por sustitución. 

Jesús estaba enunciando su divinidad en una forma que Anás, antiguo Sumo Sacerdote, sustituido por su yerno Caifás, lo entendería perfectamente. 

Lo que parece una contradicción histórica al nombrar a Anás en el Nuevo Testamento como Sumo Sacerdote cuando ya regía Caifás, no es más que la realidad Judía en la que una vez un sacerdote había entrado en el Lugar Santísimo seguía siendo y teniendo la dignidad de Sumo Sacerdote hasta su muerte y por lo tanto tenía un lugar permanente en el concilio. Anás mejor que nadie, comprendió inmediatamente que Jesús estaba declarando su reinado en el cielo y su posición de igualdad en dignidad y gloria con el mismo Dios. Era como decirle al entrenador de la Davis que en poco tiempo estaría preparado para salir del banquillo a jugar. 

Si a esto le unimos que El Hijo del Hombre vendría en las nubes, la implicación es total. El Hijo del Hombre en Daniel capítulos 7 al 10 tendría dominio y gloria sobre todo lo creado, es pre-existente con Dios, manda al Ángel Gabriel enseñar el futuro a Daniel y actúa en lugar de Dios o es indistinguible del mismo Dios en el texto. 

Y la apropiación de Jesús del dominio divino sobre las nubes elimina toda duda de lo que Jesús implicaba con su respuesta: “Deuteronomio 33:26: No hay como el Dios de Jesurún, quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda, y sobre las nubes con su grandeza.” 

Sí, Jesús expresó claramente su divinidad. Por eso reaccionaron los principales rasgándose las vestiduras.4 Observa que los principales del concilio tienen la misma reacción que Bernabé y Pablo cuando la multitud los eleva al estatus de dioses.5 Es tal así que Gundry cree que Jesús dijo literalmente que era Jhwh y por lo tanto según la Misná el que pronunciaba el tetragrámaton Jhwh debía morir6. Sin embargo ninguno de los tres evangelios que recoge el juicio pone en boca de Jesús la afirmación de su deidad de forma manifiesta.7

A buen entendedor pocas palabras más bastan. La reacción del Concilio no era exagerada. Pero por otro lado era una injusticia, porque Jesús no dijo literalmente que era Dios, solo fue una clara insinuación. Legalmente todo lo que dijo se podía tomar como una exaltación de ser el Mesías y no directamente Dios. 

No, no dijo literalmente que era divino

Nada en la respuesta de Jesús implica literalmente y de forma explícita su estatus divino: 

- Yo soy (ἐγώ εἰμι), no es necesariamente el nombre divino sino que puede funcionar aquí como un simple sí.8

- El Cristo (ungido) no era una figura forzosamente divina para los judíos. 

- Hijo de Dios podía referirse a un gobernante (Salmos 2:7) o a los que glorifican a Dios (Salmo 29:1 Literalmente dice: Tributad a Jhwh hijos de Dios). 

- Y decir que era el Hijo del Hombre podía significar solo “yo humano” (Salmo 8:4) o como figura mesiánica de Daniel 7. Pero ni en Daniel ni en ningún pasaje del Antiguo Testamento el Mesías se consideraba como una figura claramente divina en la mente de la época.9

Es decir, delante del tribunal, legalmente Jesús no blasfemó en ningún momento. Y por lo tanto el veredicto del Concilio fue ilegal e injusto.

No hay nada en las palabras de Jesús que pudieran incurrir en el delito prescrito por Levítico 24:16: Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará; así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.10

¿Era blasfemia o no?

Lo que hizo Jesús fue declararse Mesías Divino sin decirlo literalmente y por lo tanto decir la verdad sin ser culpable de blasfemia. 

Hizo exactamente lo mismo que en Juan 10:30, cuando dijo que era uno con el Padre y los judíos lo quisieron matar por hacerse Dios y Jesús les responde que no era nada que no estuviera escrito en lo salmos. 

Salmo 82:6: Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo.

Jesús ante el concilio no dice nada que no estuviera escrito y a la vez lo deja entrever de una forma que, sin blasfemar, el concilio entendiera perfectamente los que estaba diciendo.

Jesús ante el concilio usa una forma de revelarles que era el mismo Dios sin quitarles la injusticia de condenarlo ilícitamente y por las motivaciones totalmente equivocadas y así cumplir lo dicho en los Salmos (94:20-21): ¿Se juntará contigo el trono de la maldad que hace el agravio en forma de ley? Se juntan contra la vida del justo y condenan la sangre inocente. 

Ante la aclaración de Jesús de que era Dios todos debemos que reaccionar, rasgándonos las vestiduras, ignorándolo o rindiéndonos a sus pies.

 

Notas

1 Jeremias, Joachim. 2000. Jerusalén en tiempos de Jesús: Estudio económico y social del mundo del Nuevo Testamento. Translated by J. L. Ballines. 4ª ed. Madrid: Ediciones Cristiandad S.A. Original edition, 1963.

2 b.Yoma 47ª. Ibid 210.n51.

3 Números 35. B.j. II 20,3#160

4 Según m. Sanh. 7:5, cuando los jueces oyen blasfemia, deben “ponerse de pie y rasgar sus vestidos, y no volver a remendarlos”. Evans, Craig A.. Mark 8:27-16:20, Volume 34B (Word Biblical Commentary) (p. 452). Zondervan Academic. Edición de Kindle

5 Hechos 14:12

6 Gundry (915–16), Gundry, R. H. Matthew: A Commentary on His Literary and Theological Art. Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1982. in m. Sanh. 7:5- Jhwh- Puede que Jesús lo dijera. En Evans, Craig A.. Mark 8:27-16:20, Volume 34B (Word Biblical Commentary) (p. xxvii). Zondervan Academic. Edición de Kindle.

7 La respuesta en los textos paralelos apoya es todavía más ambigua Mateo 26:57-68. Lucas 22:66-71. 

8 Betz, ANRW 2.25.1 [1982] 634; E. P. Sanders, Jewish Law Evans, Craig A.. Mark 8:27-16:20, Volume 34B (Word Biblical Commentary) (p. 450). Zondervan Academic. Edición de Kindle. From Jesus to the Mishnah: Five Studies [London: SCM Press; Philadelphia: Trinity Press International, 1990] 65). Compare T. Job 29:3–4: “ ‘Are you [σὺ εἶ] Jobab, our fellow king?’ . . . ‘I am [ἐγώ εἰμι].’ ”

9 Garland, D. E. (1996). Mark (p. 562). Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House.

10 Puede que los principales consideran blasfemia el juzgar las decisiones del Sumo Sacerdote y representante divino. Pero esto no era lo prescrito en la ley. Según Bock hay material rabínico en el que se considera blasfemia acciones que no nombran directamente el nombre de Dios. Al final el Hijo del Hombre viniendo en las nubes con el que se identifica Jesús en Daniel tendrá dominio sobre todo y por lo tanto juzgará las acciones mismas del Sumo Sacerdote. Esto podría considerarse como un insulto al representante de Dios y por ende a Dios mismo, y por lo tanto blasfemia. Bock, D. L. Blasphemy and Exaltation in Judaism and the Final Examination of Jesus. WUNT 2.106. Tübingen: Mohr-Siebeck, 1998. Evans, Craig A.. Mark 8:27-16:20, Volume 34B (Word Biblical Commentary) (English Edition) (p. 455). Zondervan Academic. Edición de Kindle. También la identificación de Jesús con el Salmo 110:1 en el que está sentado a la diestra de Dios podría ser una exaltación suficiente para considerarse blasfemia: Lo único que estos líderes puede que vean ahora es a un pueblerino de Galilea, que fue fácilmente capturado… Imaginar a este hombre como el Mesías de Dios, o como quien ejerce el poder de Dios, les habría parecido ridículo si no fuera tan ofensivo. Garland, D. E. (1996). Mark (p. 564). Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House. Sin embargo, tomar cualquier cosa como blasfemia no era una aplicación legal de la ley. 

 

 

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