El aceite de la santa unción

En estos últimos tiempos puede parecer una ambigüedad hablar de unción, porque se entiende que no es un asunto que resulte especialmente claro, y esto es lo que hace que la unción tenga distintos significados o interpretaciones. La unción en la Biblia se realizaba en actos tan distintos que varia incluso según el servicio que se realizara, pero hay uno que destaca; y éste servicio es uno mandado directamente por Dios, en una de las dispensaciones más llamativas de la historia donde se establece

03 DE ABRIL DE 2010 · 22:00

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Se trata del aceite de la Unción Santa, que es el aceite descrito en la Biblia en Éxodo 30:22-25, dado por Dios a Aarón y Moisés. De uso exclusivamente sacerdotal, este aceite debería ser hecho según el arte del perfumador, por los sacerdotes del linaje de Aarón o levitas, también llamados Kojenim. Dice así la el libro de Éxodo (30:22-31): Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, de casi quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin. Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa. Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, la mesa con todos sus utensilios, el candelero con todos sus utensilios, el altar del incienso, el altar del holocausto con todos sus utensilios, y la fuente y su base. Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos, será santificado. Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones. Literalmente el aceite de la unción santa estaba hecho de diferentes especias, tales como la mirra, canela aromática, caña aromática, casia y aceite de oliva; y a su vez una mezcla de perfume o aceite perfumado. Y este texto puede dar a entender que el uso que se le daba a la Santa Unción fue sólo para los tiempos de Moisés y Aarón, pero no es así. Aún el mismo Cristo habla acerca de la unción, dando a entender que la aplicada en la antigüedad era un hecho simbólico de lo que se realizaría en los tiempos apostólicos y post-apostólicos, incluyendo nuestro tiempo. Volviendo al Antiguo Testamento, no sólo se ungía a los sacerdotes para consagrarles en el menester de los servicios sacerdotales, sino que también se ungía a los reyes, como fue el caso de Saúl, David, Salomón, Joás, Jehú y Hazael como ejemplos de ello. También profetas como Eliseo, y enfermos como algunos leprosos sanados, también eran ungidos con aceite (Lev 14:17, 18). Tanto si la unción se refiere a personas o a cosas, y tanto si el aceite es el especialmente preparado como si es común, lo que tipifica es invariablemente la santificación y el poder del Espíritu Santo. En la actualidad no se ordena la unción con aceite para la consagración a ningún cargo dentro de los creyentes en la dispensación cristiana; al igual que Jesucristo no necesitó una unción especial sino sólo la del Espíritu de Dios en forma de paloma en su encuentro con Juan el Bautista, confirmándose así que Jesús era el Mesías. Cuando el Señor se marcha le deja un gran mensaje a sus discípulos, según el cual también la Iglesia sería ungida para siempre hasta que El volviese. El Señor se marchó y nos dejó al Espíritu Santo, el consolador, el cual nos guiará a toda la verdad. Jesús dijo “recibiréis poder cuando el E.S. venga sobre vosotros”, anunciando que seríamos ungidos con el Espíritu Santo y ya seríamos sacerdotes para Dios. El apóstol Juan recuerda incluso en una de sus cartas a los «hijitos» o bebés en Cristo que tienen la unción del Santo, y que la unción (el mismo término, «charisma») permanece en ellos (1 Juan 2:20, 27). Así, de la misma manera en que en el A.T. los reyes, profetas y sacerdotes eran ungidos como consagrados para Dios, así el cristiano es santificado para Dios por el Espíritu Santo, tanto en cuanto a su posición como con respecto a su servicio. HOY POR HOY LA UNCIÓN SOBRE SUS SIERVOS ES MÁS QUE NECESARIA PARA QUE EL MENSAJE DEL REINO DE LOS CIELOS LLEGUE A TODA CRIATURA. Dios les bendiga, Juan José Cortés

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