Irritación irremediable

Hoy es el día en que disfrutamos de la paciencia de Dios. No la des por sentado.

24 DE AGOSTO DE 2025 · 08:20

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Foto de Nathan Dumlao en Unsplash

Con todo eso, Dios no desistió del ardor con que su gran ira se había encendido contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le había irritado” (2º Reyes 23:26).

Manasés no fue un ejemplo a emular. Se arrepintió pero lo que hizo trajo consecuencias nefastas. En Romanos 15:4, leemos: “Las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”.

El caso es que los pecados se fueron apilando hasta alcanzar el punto sin retorno. En Lucas 16:22-26 leemos: “Murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá”.

Pero estamos a tiempo porque por medio de las Escrituras, podemos tener esperanza. Manasés se arrepintió y nosotros también podemos antes de llegar al punto del cual no se regresa. No sigamos provocando a Dios hasta el punto de que su irritación se torne en ira. Si en vez de arrepentirnos y confiar en el Señor y Salvador Jesucristo, persistimos en provocarle, entonces, como lo ilustra lo que ocurrió como consecuencia de los pecados de Manases, eventualmente, habremos irritado a Dios más allá de Su paciencia.

Creedme, nadie quiere llegar a ese punto. Hoy es el día en que disfrutamos de la paciencia de Dios. No la des por sentado y responde positivamente a las exhortaciones de la Palabra de Dios como lo vemos en otro ejemplo en las Escrituras:

“Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos. Luego el rey dio orden al sacerdote Hilcías, a Ahicam hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías siervo del rey, diciendo: Id y preguntad a Dios por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Dios que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito” (2º Reyes 22:11-13).

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