Escrito en sangre
Hoy quiero hablarte de un libro especial que tal vez ha pasado desapercibido en tu estantería.
16 DE MARZO DE 2024 · 21:00

Tienes un librito en tu estantería. A lo mejor lo tienes allí a modo de adorno. No sé si le quitas el polvo o si lo lees de vez en cuando. Es pequeño, hasta puede pasar desapercibido.
Pero, a su vez, es el libro que más se ha impreso. Es el libro más vendido. Es el libro que más se ha traducido.
Ya, de por sí, debiera ser motivación suficiente para empezar a tomar interés en el contenido de sus páginas.
Y si conoces su historia, de la manera en que se compiló, y si eres consciente que los que lo copiaban a mano y lo transmitían a otras generaciones dieron su vida para que no se perdiera su mensaje, entonces, empiezas a percibir que tiene una importancia que desborda los límites de tu imaginación.
Cuando además sabes que hubo un periodo de la historia en que la gente tenia prohibido acceder al libro, cuando aprecias el hecho de lo que costó volcar los idiomas originales a uno que tú pudieras leer, cuando aprendes que hubo personas que fueron llevadas a la hoguera o lanzadas a los leones por confiar en lo que dice el libro, te ves atraído al librito de tu estantería como de imán se tratara.
Pero si conoces al Autor, entonces más te vale prestar atención al librito en tu estantería. En 2ª Timoteo 3:15-17 leemos:
“{...} Las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
Ahí lo tienes: La Biblia te puede dar la sabiduría para beneficiarte de la salvación por medio de la fe en Cristo. La Biblia tiene su origen en Dios mismo. No estás mirando otro libro escrito por humanos. La Biblia te puede capacitar para una vida agradable a Dios. Deja que more ricamente en ti, y que no solo forma parte de tu estantería, sino que impregne tu alma:
“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros” (Colosenses 3:16).
La Biblia no está meramente escrita con tinta sino con sangre. Y no solo con la sangre de los mártires que fueron a la hoguera o fueron lanzados a los leones. No. Dios mismo sangró en la cruz por ti y la Palabra de Dios te grita: “Te quiero tanto que di mi sangre para que puedas vivir y estar a Mi lado”:
“Jesús dijo: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63c). Pedro luego urge a ser “renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre” (1ª Pedro 1:23).
No trates ese librito en tu estantería con indiferencia por la cuenta que te trae.
Donante de Sangre:
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