El peregrinaje de la gracia: la reconciliación en Sudáfrica

El Distrito Seis de Ciudad del Cabo se hizo famoso por el desarraigo inhumano que sufrieron los khoi al derribar sus casas y cerrar su iglesia.

  · Traducido por Rosa Gubianas

07 DE NOVIEMBRE DE 2022 · 13:00

Participantes de la Peregrinación por la Gracia de Genadenal.,
Participantes de la Peregrinación por la Gracia de Genadenal.

Marcando el Camino

La reconciliación en la Sudáfrica posterior al apartheid tiene muchas caras.

Una de ellas es la Peregrinación de la Gracia, inspirada por mujeres fieles a la oración como Anneke Rabe y Hanneli Rupert-Koechelenberg y organizada por la Iniciativa de Liderazgo Cristiano de Sudáfrica (SACLI por sus siglas en inglés)[1]. 

Hanneli y su familia han creado un hermoso lugar de paz y sanación en medio de su gran finca vinícola en Franschhoek, llamada "in Harmonie"[2].

El personal de este centro de retiro coordinó la peregrinación y nos ofreció su gran hospitalidad. SACLI trabaja junto con la Alianza Evangélica Sudafricana (TEASA, por sus siglas en inglés), dirigida por Moss Nthla, que nos invitó a mí y a mi esposa Cornelia a unirnos a la peregrinación del 23 al 25 de septiembre de este año en la provincia del Cabo. Se convirtió en un viaje inolvidable de paz y reconciliación.

Nuestro viaje comenzó en la iglesia de la Colina de Moravia, en el Distrito Seis de Ciudad del Cabo. Este distrito del centro de Ciudad del Cabo, antaño habitado por los nativos khoi, se hizo famoso por el inhumano desarraigo de los khoi y de su variado vecindario por parte del régimen del apartheid, debido al derribo de sus casas y negocios y también por el cierre de su iglesia.

Así, más de 60.000 de sus habitantes fueron expulsados a la fuerza durante la década de 1970 por el régimen de los blancos[3].

Solo tras el fin del apartheid se devolvió a los moravos el histórico edificio de la iglesia de 1886. Esta primera iglesia no blanca del Cabo es hoy un poderoso testimonio de la lucha de los khoi y otras tribus sudafricanas por la libertad y la dignidad humana.

El culto en esta iglesia puso a los 60 peregrinos en el camino de la reconciliación. Procedían de diferentes denominaciones y organizaciones cristianas de Sudáfrica.

Algunos participantes vinieron del extranjero. Fuimos invitados a presenciar y apoyar un fascinante acto de reconciliación entre las dos iglesias más antiguas del país: la Iglesia Reformada Holandesa (RDC), de etnia blanca, y la Iglesia Morava, indígena o de color.

Durante 300 años estas dos iglesias habían vivido en una tensión constante en la que los moravos eran deshumanizados, maltratados y abusados, y la RDC se ponía del lado del opresor e incluso ofrecía dudosas justificaciones teológicas para el sistema de opresión.

Ahora han decidido cerrar el pasado, sanar sus recuerdos y comenzar una cooperación pacífica y significativa.

Después del servicio en la iglesia de Moravian Hill, caminamos por la ciudad, orando por la colorida población que nos rodeaba y confesando los pecados de los invasores europeos en el Castillo de Buena Esperanza, ahora un centro de restauración.

Luego nos acercamos a la Groote Kerk, en el centro de Ciudad del Cabo, construida originalmente en 1678 y, por tanto, la iglesia cristiana más antigua de Sudáfrica.

El impresionante edificio actual de la RDC se levantó en 1704 y se amplió en 1843. Se convirtió en el orgulloso centro espiritual de la iglesia (blanca) afrikaaner.

La comunidad de peregrinos, a la que se unieron muchos otros capetonianos, se reunió en la iglesia para el culto. El secretario general de la TEAS, Moos Nthla, predicó en el servicio.

Recordó a los peregrinos tanto la gran bendición que supuso la presencia cristiana europea entre las tribus nativas africanas como el desafortunado desarrollo del cristianismo racialmente segregado en Sudáfrica.

Hizo un llamamiento urgente a sus compatriotas sudafricanos para que superaran esa dolorosa historia, sanaran sus recuerdos y se unieran para construir el reino de Dios entre las naciones de Sudáfrica.

Tras el sermón, se contaron historias de reconciliación personal entre hermanos y hermanas blancos y negros. Algunas de ellas tocaron profundamente nuestros corazones.

Orando y cantando juntos, los peregrinos nos dispusimos a ir a Genadendal, donde comenzó la misión entre las tribus nativas de Sudáfrica.

En el valle de la gracia

Genadendal (Valle de la Gracia en afrikáans) es una pequeña ciudad del Cabo Oriental. Aquí el misionero alemán Georg Schmidt (1709-1785) comenzó su misión entre el pueblo khoi en 1737.

Y aquí se estableció la primera iglesia entre las tribus africanas del pueblo khoi y San en 1738.

En esta histórica iglesia de Genadendal, el día del Patrimonio, el 24 de septiembre de 2022, las dos iglesias más antiguas de Sudáfrica decidieron reconciliarse entre sí después de 300 años de tensiones e incluso de persecución de los moravos a través de la RDC.

Este hito comenzó con una introducción a la historia de la relación de las dos iglesias por parte del vicepresidente de la Iglesia Morava de Cabo Occidental, el reverendo Martin Abrahams.

El peregrinaje de la gracia: la reconciliación en Sudáfrica

Mientras presentaba el problema histórico, una paloma entró volando en el edificio de la iglesia y se posó en la galería sobre el púlpito. En cuanto Abrahams invitó a la comunidad reunida a participar en las oraciones y el apoyo al acto de reconciliación, la paloma voló sobre el santuario.

Fue una imagen increíble. Cantamos juntos antes de que el coordinador de la RDC, el obispo N. Jansen van Rensburg, leyera las Escrituras y confesara los pecados de la RDC a los moravos y a Dios.

Subrayó especialmente el hecho de que la RDC no solo obstaculizó el desarrollo de la Iglesia morava, mayoritariamente indígena. “Mi iglesia se interpuso en el camino de la misión de Dios a las tribus nativas africanas”, dijo.

“Hemos pecado contra Dios y contra las personas: por favor, perdónanos”, concluyó el Obispo. El obispo Jansen van Rensburg habló de forma profundamente conmovida y sus lágrimas nos hicieron llorar a la mayoría.

Y mientras hacía su confesión, la paloma volvió a la parte delantera de la iglesia y se posó de nuevo sobre el púlpito, como si el Espíritu Santo la enviara para dar testimonio de esta confesión histórica.

A su confesión le siguió la respuesta de los dirigentes moravos. No solo perdonaron a la RDC, sino que también señalaron su propio pecado, especialmente hacia el reconocimiento descuidado de las mujeres en su iglesia.

Y de nuevo, una petición de perdón llegó a las mujeres, y la reconciliación entre hombres y mujeres en el liderazgo de la Iglesia Morava se estableció nombrando a algunas de las líderes femeninas más extraordinarias entre los moravos y honrando su contribución tanto a la misión entre los khoi en los primeros días como a la lucha contra el sistema de apartheid en Sudáfrica en el siglo XX.

Al final del servicio ambas iglesias se comprometieron a trabajar juntas para construir el reino de Dios en Sudáfrica más allá de cualquier división racial, étnica o cultural. “Trabajaremos juntos por una nación en la que la misión de Dios abarque a todas las personas”, subrayó el Obispo de la RDC.

Tengo que confesar que pocas veces he participado en un servicio tan cargado de espíritu. Dios estaba presente en esta vieja iglesia en cada palabra, en cada pieza de música y canto y en cada oración.

Nuestra peregrinación nos ha llevado a un lugar donde está la presencia divina de Dios. Nosotros, los peregrinos, fuimos testigos de la acción de Dios. “La reconciliación es realmente el lugar donde nuestro Señor está en casa”, dijo un hermano de Sudáfrica cuando salimos de la iglesia. Y expresó mis propios sentimientos y pensamientos.

Al terminar el servicio, la celebración alrededor del patio de la iglesia continuó. Los jóvenes de Genadendal presentaron una recreación que hacía referencia a los primeros misioneros alemanes que se acercaron a los khoi, y todos los edificios históricos abrieron sus puertas.

Incluso la histórica campana volvió a sonar invitando a los fieles a dar gracias por lo que Dios hizo en 300 años de historia y por cómo acaba de empezar a sanar las memorias tanto de los cristianos de la RDC como de la Iglesia Morava.

Los peregrinos se mostraron ciertamente agradecidos y se pusieron en camino con una profunda expectación por las grandes cosas que vendrán a esta maravillosa nación de Sudáfrica.

El peregrinaje de la gracia: la reconciliación en Sudáfrica

Sal para la tierra africana

Salimos de Genadendal con la esperanza en el corazón de reunirnos en otro emocionante lugar de paz y reconciliación: Volmoed.

Situado en un hermoso valle de la Provincia Occidental del Cabo, este centro ecuménico para la paz y la reconciliación fue creado por un pequeño grupo de cristianos dedicados, procedentes de diferentes denominaciones, en torno al famoso profesor de teología John W. de Gruchy, autor del muy leído libro sobre la reconciliación[4].

En la actualidad, el centro combina un monasterio benedictino (masculino) y un centro ecuménico de retiros y conferencias que sirve a la comunidad en general.

“A todos nosotros nos preocupa”, dijo John de Gruchy en su discurso de bienvenida a nuestro grupo de peregrinos, “la reconciliación, o la restauración de la humanidad y la naturaleza a la imagen original de Dios”. Aquí, en Volmoed, encontrarán a los cristianos reconciliados entre sí y con los demás, trabajando juntos por la paz más allá de todas las líneas confesionales. Eres bienvenido a unirte a nuestros esfuerzos, y obviamente estaremos contigo en tu viaje de reconciliación”.

Sí, nos sentimos bienvenidos en este pacífico centro espiritual. “Venimos aquí a menudo con nuestra escuela de discipulado de JCUM”, explicó el líder de JCUM Sudáfrica, M. Filies.

“Es emocionante ver cómo nuestros jóvenes procedentes de todas las partes del  mundo se transforman en Volmoed. No hay nada más cierto que el hecho de que Dios está presente aquí y su Espíritu transforma vidas para que sean agentes de paz. Para muchos de ellos, su peregrinación personal de reconciliación comienza precisamente aquí. Al igual que Taizé en Europa, Volmoed está al servicio de las personas interesadas para convertirlas en embajadoras de la paz”.

¡Qué buen lugar para un grupo de peregrinos como nosotros!

La última estación de nuestra peregrinación estuvo marcada por el Cabo de las Agujas, el punto más meridional del continente africano. Aquí, en la orilla donde el Océano Índico se encuentra con el Atlántico, nos reunimos en torno al enorme mapa en relieve del Continente.

Y aquí también confesamos los pecados de las naciones europeas contra las tribus africanas. Gran Bretaña, los Países Bajos, Francia, Alemania, Portugal, España y, en los últimos años, Estados Unidos y Rusia, se sumaron a la agonía de la mayoría de las naciones africanas.

En nombre de esas naciones, algunos representantes de Europa y América pidieron perdón a los africanos y a Dios y suplicaron al Señor que nos reconciliara entre nosotros para cumplir la misión que Dios nos ha encomendado.

Esto se expresó en extensas confesiones y lamentos. Y los representantes de las naciones africanas nos perdonaron y pidieron a Dios que transformara nuestras iglesias cristianas en una fuerza unida para ser los verdaderos agentes de  transformación y de la paz de Dios.

Fue emocionante ver cómo las dos iglesias reconciliadas en Genadendal dos días antes, la de la RDC y la de los moravos, se comprometieron a ayudar a proyectar una visión conjunta para África y el mundo.

Junto con la oración, el culto y los relatos testimoniales animaron a nuestro grupo a mantenerse activo en la misión de reconciliación. Nos recordaron que debemos ser sal de la tierra y luz del mundo.

El peregrinaje de la gracia: la reconciliación en Sudáfrica

Para ilustrarlo, el obispo Jansen van Rensburg dio a cada participante un poco de sal y juntos cubrimos el mapa de África con sal, prometiendo ser sal -un mineral conservador y nutritivo- para la tierra africana. ¡Qué símbolo! 

Nuestra peregrinación de gracia llegó a su fin en el Cabo de las Agujas, pero la misión no se detuvo. A partir del 26 de septiembre, comenzó una cadena mundial de Oración por África de 54 días. Todos los cristianos del mundo están invitados a unirse a la oración sistemática por las naciones africanas, una tras otra[5]. 

Supongo que serán necesarias muchas peregrinaciones de gracia para reconciliar nuestro mundo roto, y todos podemos convertirnos en participantes activos. ¡Empecemos ya con este tipo de oración, compañeros cristianos!

 

Johannes Reimer, Director del Departamento de Compromiso Público de la Alianza Evangélica Mundial (AEM).

 

Notas

[1] Ver aquí. (26.09.2022).

[2] Ver aquí. (26.09.2022).

[3] Ver más en: Western, John: Outcast Cape Town. (Berkeley: University of California Press, 1996).

[4] John de Gruchy: La reconciliación: Restaurando la justicia (Minneapolis: Augsburg Fortress Publishers 2002).

[5] Vea el programa aquí.

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