Crecer con propósito: claves para posicionar tu negocio

Posicionamiento significa mucho más que crear un logotipo bonito o un eslogan pegadizo. Lo exploramos en este artículo.

06 DE AGOSTO DE 2025
09:30 CEST
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Foto de Dhilip Antony en Unsplash

¿Cómo hacer que tu empresa crezca sin perder de vista el propósito para el que fue creada? ¿Cómo destacar sin perder tu esencia como cristiano? La respuesta está en una palabra que va mucho más allá del marketing: posicionamiento.

Posicionamiento no significa crear un logotipo bonito ni un eslogan pegadizo. Comienza en el corazón del emprendedor o empresario que quiere construir algo que refleje su fe, sus valores y su compromiso con servir a los demás a través de lo que hace.

Porque no todo crecimiento es saludable, ni toda empresa visible tiene un posicionamiento sólido. El éxito verdadero (el que permanece y bendice) no es el que se logra vendiendo más que nadie, sino el que se logra haciendo bien lo que fuiste llamado a hacer.

 

¿Qué es posicionar?

En marketing se dice que posicionar es ocupar un lugar claro, diferenciado y relevante en la mente del cliente. Pero si lo llevamos al terreno del propósito, podríamos decir que es ocupar el lugar que Dios ha preparado para tu empresa en este tiempo y en este entorno.

Se trata de encontrar aquello para lo que fuiste diseñado. Posicionar tu negocio es alinear lo que haces con lo que el mundo necesita de ti… y hacerlo con claridad, sin ruido excesivo, sin falsedad.

Jesús mismo decía: “Vuestra luz debe brillar delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16). Esa luz debe tener una forma, un foco, una dirección. Esa es la clave del posicionamiento.

 

No puedes ser todo para todos

Uno de los errores más comunes es querer abarcar todo el mercado, llegar a todo el mundo, contentar a todos. El resultado suele ser una marca difusa, sin fuerza ni fidelidad.

La Biblia nos recuerda que “todo me es lícito, pero no todo conviene” (1 Corintios 10:23). No se trata de ir detrás de todas las oportunidades que podrías conseguir, sino de las que quieres y debes conseguir. El posicionamiento exige renuncia, foco, especialización, discernimiento.

Imagina una pequeña cafetería que quiere atraer a todo tipo de público: jóvenes, jubilados, ejecutivos, familias con niños… Al final, su carta es interminable, su ambiente no comunica nada especial, y nadie siente que ese lugar es “para él”. En cambio, si decide especializarse en ofrecer café de especialidad y un entorno tranquilo para trabajar o leer, atraerá menos público… pero ese público será más fiel. Y sobre todo, será recordada por algo claro y diferenciador.

 

Empieza por tu propósito, no por tu producto o servicio

Muchas empresas empiezan con ideas para desarrollar un producto o un servicio, y después buscan a quién vendérselo. Pero para iniciar un negocio con propósito el camino a recorrer es justamente el contrario: empieza con una misión que cumplir, una necesidad por resolver, una carga en el corazón de quien emprende.

Para ello, estas son algunas preguntas que te pueden ayudar:

  • ¿Qué problema real resuelve lo que quiero ofrecer?
  • ¿A quién quiero ayudar con mi producto o servicio?
  • ¿Qué parte del carácter de Dios quiero reflejar a través de mi negocio?

Cuando tienes clara tu razón de ser, se vuelve más fácil decidir cómo comunicarte, qué ofrecer y a quién servir.

 

Utiliza un mensaje claro y sencillo

En el mundo saturado de mensajes, lo complejo no entra. Lo que funciona es lo simple, pero profundo. Lo claro, pero con alma.

Elige una propuesta de valor que sea entendible y valiosa para quien te escucha. Y repítela de forma honesta y coherente hasta que forme parte de sus pensamientos y decisiones. Ahí estarás posicionando.

 

Elige tu segmento con sabiduría

Quizás no necesites tener 1000 clientes. Quizás sea suficiente con tener los correctos.

Dios no nos llama a llenar el mundo de negocios que “compitan” por ser más visibles que otros, sino a levantar empresas que resuelvan necesidades reales y sirvan con integridad a quienes de verdad necesitan lo que ofrecemos.

Segmentar no es excluir, es concentrar tus energías en servir mejor a un grupo que realmente puedas servir con excelencia.

 

¿Qué lugar ocupa Dios en tu posicionamiento?

Si dejas que sea el mercado quien dicte tu mensaje, tu empresa se parecerá cada vez menos a ti… y cada vez más a todos los demás. Pero si permites que tu posicionamiento nazca del propósito, del servicio, de la integridad, entonces tu negocio será distinto.

En ese sentido, posicionar tu empresa con propósito es también un acto de fe: crees que no necesitas ser como todos los demás para prosperar. Crees que Dios tiene un lugar para ti, para tu propuesta, para tu visión.

Y cuando lo encuentras, todo encaja.

Crecer con propósito no es sólo una frase bonita, es una decisión. Y posicionar tu empresa con sentido es parte de ese camino.

 

José Manuel Castellón es consultor de negocios, formador y coach con más de 30 años de experiencia profesional. Es el fundador de Ventagy, empresa especializada en soluciones empresariales.

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