Todavía “nuestra Santa Madre la Iglesia Jerárquica”

Según el Papa, el “verdadero rostro” de la Iglesia está donde las dimensiones maternales y jerárquicas están íntimamente conectadas entre sí y forman el núcleo de la identidad de la iglesia.

  · Traducido por Rosa Gubianas

07 DE MARZO DE 2015 · 22:25

El Papa Francisco, frente a la Virgen de Luján. / Aciprensa,
El Papa Francisco, frente a la Virgen de Luján. / Aciprensa

Una Iglesia más interesada en promover la misión que en conservar las tradiciones. Una Iglesia menos concentrada en los límites teológicos y más enfocada a expandir su amor atrayente a todos los hombres. Una Iglesia cuya unidad sea semejante a un poliedro que permita múltiples relaciones con la misma. Esta es la imagen de la Iglesia que el Papa Francisco ha estado presentando desde su elección en 2013.

La opinión pública secular en general reaccionó bien a esta forma aparentemente “más ligera” del Catolicismo Romano, es decir, una Iglesia más relajada en términos de fe y moral, viviendo su mensaje mediante formas más orgánicas y relacionales. En la metáfora preferida de Francisco, la Iglesia es un “hospital de campaña” que acoge a las personas de distinta índole antes que una catedral impresionante donde se reúnen solamente los litúrgicamente justos. Sin embargo, esto es únicamente un lado de la moneda. Si bien es verdad que Francisco ha puesto el énfasis constantemente en el lado misional de la Iglesia, también es verdad que de vez en cuando, pero de forma perseverante, reafirma el voluminoso, pesado y enjundioso entendimiento tradicional de la iglesia.

 

La Santa Madre

El último ejemplo se dio durante una catequesis reciente sobre el tema de la Iglesiai. Al presentar el papel del Obispo, Francisco dijo: “En la presencia y el ministerio de los Obispos, los Presbíteros y los Diáconos podemos reconocer el verdadero rostro de la Iglesia: es la Santa Madre Iglesia Jerárquica”. Nótese la referencia al “verdadero rostro” de la Iglesia, que se muestra en la estructura jerárquica de la Iglesia considerada como la Madre. Esta es una declaración muy proposicional acerca de la Iglesia. Se pone particularmente el acento en dos dimensiones: la jerárquica y los aspectos maternales de la iglesia, que forman la columna vertebral de su autocomprensión.

Según Francisco, la Iglesia como madre “nos engendra como cristianos en el Bautismo, nos hace renacer en Cristo; vela por nuestro crecimiento en la fe; nos apoya entre los brazos del Padre al recibir su perdón; nos prepara para la mesa Eucarística, donde nos nutrirá con la Palabra de Dios y el Cuerpo y la Sangre de Jesús; invoca la bendición de Dios y la fuerza de su Espíritu sobre nosotros, sosteniéndonos en el transcurso de nuestra vida y envolviéndonos con su ternura y su calidez, especialmente en los momentos más difíciles de pruebas, sufrimiento y muerte”. Esto es una asombrosa lista de verbos: engendrar, hacer renacer, velar, apoyar, nutrir, sostener, envolver… son los roles maternales de la Iglesia que siempre acompañan la vida cristiana. Su fuerza acumulativa es abrumadora y los asemeja al papel de la Cabeza de la Iglesia, Jesucristo. En realidad esto es lo que se supone que están destinados a ser. Cristo continúa su misión a través de la Madre Iglesia.

Si quieren que se llegue a la concordancia con el Catolicismo Romano en todos los niveles, el mismo necesita aferrarse a este profundo sentido de maternidad que es, asimismo, la arquitectura devocional y teológica de la Mariología Católico Romana. Es María, la Madre por excelencia, quien encarna el cuidado maternal de la Iglesia y a quien, no por casualidad, se invoca siempre para la protección y la solicitud maternales.

 

La Iglesia Jerárquica

El principio maternal de la Iglesia se halla en el corazón de la visión que tiene Francisco de la Iglesia, pero también hay otro elemento entrelazado. La dimensión maternal está conectada orgánicamente a la estructura jerárquica de la Iglesia. El Papa continúa diciendo que en el Obispo, la parte superior jerárquica de la Iglesia maternal, “es el mismo Cristo que se hace a Sí mismo presente y quien continua cuidando de Su Iglesia”. La presencia de Jesucristo se hace patente en el papel maternal de la Iglesia mediante su estructura jerárquica. Es curioso observar que en su ministerio terrenal Jesús mostró al Padre, mientras que ahora lleva a cabo su misión en y por medio de la faz maternal de la Iglesia. Es a través de la jerarquía que “la Iglesia ejerce su maternidad”.

Entonces, según el Papa, el “verdadero rostro” de la Iglesia está donde las dimensiones maternales y jerárquicas están íntimamente conectadas entre sí y forman el núcleo de la identidad de la iglesia. En las iglesias donde la maternidad de la iglesia es menos explícita porque se define por la sobriedad de los límites bíblicos y donde la estructura jerárquica se vive en el contexto de la jefatura de Cristo y del sacerdocio universal de los creyentes, la Iglesia pierde su “verdadero rostro”. Así, por una parte, Francisco envía el mensaje de que la unidad de los cristianos y la fraternidad humana están al alcance de la mano en una visión de la unidad vagamente articulada; por la otra parte, sostiene el entendimiento tradicional de la Iglesia Católico Romana que surgió a raíz del Concilio de Trento.

A un nivel superficial la unidad de los cristianos bajo el Papa Francisco puede parecer “más fácil” para los cristianos no católicos, pero una mirada más cercana muestra que los asuntos teológicos de las diferencias históricas, al menos con el Cristianismo Evangélico, todavía permanecen.

i El 5 Noviembre 2014. El texto completo puede consultarse aquí: http://www.zenit.org/en/articles/full-text-of-pope-s-general-audience-catechesis-nov-5th

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Desde Roma - Todavía “nuestra Santa Madre la Iglesia Jerárquica”