Shakespeare y la Iglesia católica

La crítica brutal al catolicismo de W. Shakespeare.

17 DE SEPTIEMBRE DE 2011 · 22:00

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Las partes primera, segunda y tercera de LA VIDA DE ENRIQUE VI abundan en palabras y conceptos que son un insulto al Catolicismo. Ballester Escalas lo admite así: “Ciertas páginas del ENRIQUE VI parecen haber sido escritas por un gran ministro anglicano…. Calumnia a Juana de Arco; calumnia al Cardenal, Obispo de Winchester…. Con apasionamiento que sólo podríamos calificar de “anglicano”, Shakespeare ha pintado con los más negros colores la figura de Beaufort…. Favorecido por el Pontífice Martín V….. Siguiendo una grosera tradición popular, el poeta pinta a Juana de Arco como una bruja y a Winchester como un réprobo”[1]. Lo repetimos: nos resulta muy difícil calificar de católicoa quien escribe estos conceptos sobre Juana de Arco, beatificada y canonizada por la Iglesia católica: “TALBOT.- En esta feliz noche, los franceses están confiados, después de todo un día de retozo y banquete. Cojamos, pues, esta oportunidad, la mejor indicada para devolverles su engaño, ejecutado por el artificio y la siniestra brujería. BEDFORD.-¡Cobarde Francia! ¡Cómo daña a su fama, desesperando de la fortaleza de su propio brazo para unirse a las brujas y emplear la ayuda del infierno!”(Primera parte del ENRIQUE VI, Acto II, Escena 1ª) TALBOT.-“¡Francis, pagarás con tus lágrimas esta traición si Talbot sobrevive a tu deslealtad! La Pucela, esa maga, esa condenada bruja, ha cumplido su tarea infernal de modo tan inesperado, que difícilmente hemos podido escapar al arrogante poder de Francia”.(Ibid, Acto III, Escena 2ª) “PUCELA.- Una vez le encontré y le dije: “Oh tú, doncel, sé vencido por una doncella!”. Pero él, con un desprecio altivo y un orgullo majestuoso, me respondió: “El joven Talbot no ha nacido para ser trofeo de una ramera”. (Ibid, Acto IV, Escena 7ª) Pero más difícil aún es sostener el catolicismo de quien se permite insultos semejantes a un Cardenal de la Iglesia, como los que Gloucester dirige a Enrique de Beaufort, Obispo de Winchester y después Cardenal: “GLOUCESTER.- (Dirigiéndose al Obispo de Winchester) ¡Afuera, conspirador declarado; tú, que te has confabulado para asesinar a nuestro difunto soberano; tú, que das indulgencias a las rameras para pecar. Te voy a hacer mantear sobre tu ancho sombrero de cardenal si persistes en tu insolencia….¡Presbítero, tened cuidado con vuestra barba; os la arrancaré y os abofetearé sonoramente! Bajo mis pies aplastaré tu sombrero de cardenal; a pesar del Papa o de las dignidades de la Iglesia, te zarandearé de las orejas de aquí para allá. WINCHESTER.- Gloucester, tendrás que responder de esto delante del Papa. GLOUCESTER.- ¡Ganso de Winchester! A ver: ¡Una cuerda, una cuerda! Vamos. ¡Arrojadlos de aquí! ¿Por qué los dejáis ahí? Voy a arrojarte de aquí, ¡lobo revestido de piel de cordero! Afuera, hipócrita en hábito escarlata!.... ALCALDE.- Ese cardenal es más altanero que el diablo”. (Ibid,Acto I,Escena 3ª) “GLOUCESTER.- ¿No soy el lord protector, sacerdote impertinente? WINCHESTER.- ¿Y no soy yo un prelado de la Iglesia? GLOUCESTER.- Sí, como un bandido en la custodia de un castillo, que se sirve de él para favorecer el bandidaje. WINCHESTER.- ¡Irreverente Gloucester! GLOUCESTER.- Lo que en ti se reverencia son tus funciones espirituales, pero no tus costumbres. WINCHESTER.-Esto lo remediará Roma. WARWICK.- Idos a Roma entonces”. (Ibid, Acto III, Escena 1ª).


[1] Rafael Ballester Escalas: EL HISTORIADOR WILLIAM SHAKESPEARE. Tarragona, 1945.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - El punto en la palabra - Shakespeare y la Iglesia católica