Choque de realidad

Hablaremos sobre la plantación de iglesias en los pueblos del interior de España.

11 DE MARZO DE 2023 · 22:30

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Imagen de Alexandra peña en Unsplash.

Decidí escribir estas anotaciones para que puedan ayudar a otros plantadores, en especial para aquellos que van a trabajar en el entorno rural. Cuando me refiero a 'rural' no me estoy refiriendo a plantar una iglesia entre granjas, campos de cultivos y molinos, aunque también entraría en la definición de terreno de plantación de iglesias rurales. A lo que me refiero es a la plantación de iglesias en los pueblos del interior de España. Sobre todo, en aquellos que aún nunca han contado con una iglesia protestante/evangélica en su historia o en aquellos que en este momento no tienen iglesias ni testimonio evangélico.

Para que podáis entender mejor a lo que me quiero referir voy a explicar mi contexto. Llegué hace ya algunos años a vivir a Los Santos de Maimona un pueblo de la provincia de Badajoz con una población de 8.000 habitantes. Nunca había tenido una iglesia protestante/evangélica en toda su historia. Cuando llegué a este pueblo en el año 2014 el desconocimiento sobre otra iglesia que no fuera la católica romana era absoluto, por lo tanto, tocaba trabajar mucho, mucho más de lo que uno pensaba.

Por eso he titulado esta primera parte como «choque con la realidad», pues uno, que desde los comienzos de su conversión puede tener una vocación al ministerio y las misiones, piensa en salir lo más lejos posible, pero muchas veces los árboles no dejan de ver el bosque. ¿Por qué digo esto? Nací en Villanueva de la Serena, de la misma provincia de Badajoz, año tras año pasaba junto a mis padres y hermanos por la carretera nacional dirección a la costa sur de España, y esa nacional pasa por Los Santos de Maimona, nunca había llamado mi atención, nunca pensé acabar allí. Yo quería servir al Señor, pero me veía lejos. No sé por qué tendemos a pensar así. Fue Dios, quien por su providencia y sin yo quererlo, me trajo a este pueblo. Me veo en el 2014 con mi esposa, recién casado, en un pueblo donde no había iglesia evangélica, donde no conocíamos a otros hermanos. En ese momento todo el romanticismo de plantador y/o pionero se esfumó.

 

Adiós al romanticismo

Desde que me convertí quise servir al Señor, pero quizás en mí había un sentimiento romántico sobre lo que era servir. Admiraba a mis pastores, quería ser como ellos, quería amar como ellos aman, quería ayudar como ellos ayudan, quería sonreír en medio de la prueba como ellos lo hacen. La verdad que Dios siempre me ha permitido tener excelentes pastores que me enseñaron a servir. Pero en mi condición de neófito yo lo malinterpretaba, no entendía lo que era servir realmente y el precio que había que pagar.

Llegar a un pueblo de 8.000 habitantes sin iglesia evangélica me dio de golpe con la realidad, ese romanticismo se esfumó tal como he dicho antes. Yo no elegí ser plantador de iglesias, no elegí ser pionero, Dios quiso que así lo fuera. Hay algo que debes tener en cuenta: si quieres servir a Dios en un entorno rural debes dejar a un lado el soñar entre las nubes y enfocarte en la realidad. Debes tener en cuenta que te vas a encontrar con una situación difícil. Pero a su vez, en esas situaciones difíciles vas a ver en primera línea la mano de Dios obrar. Te encuentras con una situación que quizás no habías calculado, pero esa es la situación que Dios si ha propiciado y el te dará el «cómo» caminar y obrar.

 

Adiós a las estrategias

Cuando comenzamos la plantación, mi esposa y yo conversábamos cómo hacer para llegar más pronto a la gente del pueblo. Aunque de esto hablaremos más adelante y dedicaremos una sección al tema de las estrategias, cabe decir, que aprendimos a ser pragmáticos. ¿Cómo se puede ser pragmático en este contexto? Obviamente siempre hay una estrategia, pero cuando me refiero a «adiós estrategias» me estoy refiriendo a aquellas que tratan de conseguir objetivos en un tiempo definido. Esto en el campo de plantaciones rurales no vale para nada. Hay que ser pragmáticos, esto refiere a buscar cuales son las prioridades. Durante los primeros años de nuestra estancia aquí en dicha localidad nos visitaron algunos ministerios de estrategias ––cosa que estoy muy agradecido–– pero, aunque estaban llenas de buenas intenciones, no veíamos viable ninguna de ellas, muy bueno todo sobre el papel, pero en la práctica hacia nuestro campo de trabajo veíamos ciertas lagunas.

Mi esposa y yo llegamos a la conclusión de que teníamos que decir adiós a las estrategias humanas que nos sobrevolaban. Esto nos costó algunos años comprenderlo. Teníamos que dejar de poner nuestra confianza en un proyecto sobre el papel, a poner nuestra confianza en el Señor y en la verdadera estrategia: hacer su perfecta voluntad. En ese momento comenzamos a orar más y a aprender las costumbres del pueblo, mimetizarnos con ellos y ser parte de la sociedad local. Haciendo amistades, quedando con la gente, trabajando un evangelismo más personal.

Por eso, si estás comenzando una plantación en un entorno rural, o vas a emprender tan gran y necesaria empresa, debes comenzar por orar, descansar en el Señor centrándote en su estrategia, no tu estrategia. Que cada mañana te levantes con la disposición de hacer su voluntad y dejarse usar por Él.

 

Hola soledad

Plantar una iglesia en un entorno rural, ser pionero, está muy lejos de lo que quizás viviste como cristiano en todo tu caminar, por eso, a la hora de querer ir a un pueblo a plantar una iglesia, la única y quizás primera iglesia, debes calcular bien el precio y ver si estás dispuesto a pagarlo. Pues esta experiencia está muy lejos de cultos numerosos, de una iglesia estructurada, de cafés fraternales con tus hermanos, de reuniones de discipulados y oración con salones llenos. Si, está muy lejos de todo eso. Cuando vengas a la plantación al entorno rural vas a abrazar la soledad del plantador rural. Alejado de tus familiares, de tus hermanos de la iglesia, sentirás que caíste en un contexto que no es el tuyo. Esto puede minar mucho la moral, pero por otro lado hay que entender y ver los tiempos como tiempos preparados por el Señor para nuestro bien.

En esa soledad, podrás aprovechar un tiempo maravilloso, para que junto con tu esposa e hijos puedas estar orando «cara a cara» con Dios, pasar tiempo en la presencia de Dios, cosa que muchas veces con la sobreactividad de nuestras iglesias no es posible. Es un tiempo perfecto, que aprenderás lo que el seminario no te enseñó, aprenderás y crecerás, será un tiempo que con el paso de los años por muy crudo que te haya parecido al principio, agradecerás al Señor y te alegrarás por esos años de soledad. El campo rural de plantación, si una cosa trabajó en mí, es a ser sensible en lo que respecta a mi relación con Dios.

Este tiempo de comienzo de plantación te enseña a vivir con los pies en la tierra dependiendo de Dios, a entender cuál es tu lugar en todo esto y el lugar de Dios, a recordar que Dios está en su trono y tú a sus pies.

 

El choque con la realidad no tiene que ser para mal

Escribiendo las últimas líneas de esta primera entrega, cabe decir que este choque con la realidad no es para mal. Al revés, es vitalmente necesario, para entender quien lleva las riendas de la misión, este es nada más y nada menos que Dios, el Señor de todas las cosas, que está por encima de todo y que Él está contigo todos los días hasta el fin del mundo. El choque con la realidad del pueblo te llevará a entender mejor esa misión y el propósito de Dios para que tú estés allí. Te llevará a conocer el pueblo, tus vecinos, sus costumbres. Te llevará a ser uno más, te llevará a amar a esa localidad y a esos vecinos. Porque si no amas a ese pueblo y esos vecinos, no podrás continuar con la plantación, pues es ese amor que obtienes de Dios a través de ese choque con la realidad, que te llevará a plantar una iglesia en ese pueblo, una iglesia que se levanta firme y saludable para ser un faro de luz en medio de la localidad y la comarca.

En próximos capítulos de esta libreta particular, profundizaremos más sobre ciertos contextos ya vistos en esta parte y seguiremos indagando sobre este tema tan apasionante, que espero llene de tu corazón para ir a las misiones del interior de España o para orar por plantadores que estamos en esta tarea.

«Entonces dijo* a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos.

Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.» 1

 

Notas

1 Lockman Foundation, Santa Biblia: la Biblia de las Américas: con referencias y notas, electronic ed. (La Habra, CA: Editorial Fundación, Casa Editorial para La Fundación Bíblica Lockman, 1998), Mt 9:37–38.

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