“En medio de grandes dificultades, hemos encontrado paz”
Con dos hijos con discapacidad, Antonio Peña y su esposa, Eva Contador, no han dejado de emprender y buscar soluciones que han servido para ayudar a muchas otras familias en circunstancias similares.

Todo empresario ha afrontado dificultades a lo largo de su trayectoria laboral. En el caso de Antonio Peña, sin embargo, las pruebas vitales que ha tenido que afrontar no han apagado su espíritu emprendedor.
Más bien ha ocurrido lo contrario: ante una necesidad, Antonio y su mujer, Eva Contador, han formado un equipo capaz de encontrar herramientas para ofrecer soluciones, incluso cuando fuera difícil o pareciera casi imposible.
Antonio Peña vive actualmente en Córdoba, donde ha desarrollado toda su extensa carrera empresarial, en sectores tan dispares como el de servicios de puertas automáticas como la gestión de una clínica de salud especializada en cirugías de parálisis cerebral. Con varios negocios en marcha, este empresario reconoce que nunca tuvo miedo a emprender, pero que ha podido abordar todos estos proyectos y mantenerse a flote gracias al trabajo, la fortaleza de la familia como equipo y a tener una fe firme a la que aferrarse en los momentos más oscuros.
Pregunta. Antonio, ¿cuáles son tus orígenes y cómo fue que comenzó tu labor empresarial?
“Procuramos innovar en la atención al cliente y estar al día de las innovaciones tecnológicas”
Respuesta. Vine a Córdoba joven por cuestiones de trabajo. Yo jugaba al fútbol, pero me di cuenta que de eso no iba a poder vivir, así que decidí buscar algún tipo de salida laboral. Me surgió la oportunidad de venir al sur a trabajar en el ámbito de joyería, el oro, la plata... había muchos artesanos de ese tipo y yo tenía familia aquí en Córdoba que se dedicaba a este sector. Una vez aquí me surgió la posibilidad de crear una empresa que se dedicase al mantenimiento y reparación de puertas automáticas. Era joven, estaba soltero y, la verdad, nunca he sido miedoso. Así que inicié el proyecto y las cosas fueron bien. Empecé a crecer, a tener empleados, cada vez más clientes. En ese camino también surgió la posibilidad de crear otra nueva sociedad que se dedicase a la venta de materiales relacionados con las puertas automáticas: motores, bandas de distancia… Eso nos llevó a una nueva ampliación de infraestructura.A la vez, crecíamos en el ámbito de montaje y mantenimiento, hasta el día de hoy que tenemos más de 20 empleados y la empresa, Técnicas Autocontrol, es un referente en Córdoba en su sector. Para ello, procuramos innovar en la forma de atención al cliente y estar al día con la tecnología.
P. Se trata de un ámbito de negocio muy concreto. ¿A qué sectores dais servicio?
R. En el mundo de la puerta automática, hay tres grandes sectores: el sector industrial, la puerta rápida de cristal, y la puerta de garaje para particulares. Son tres muy diferenciados. Nosotros somos fuertes en el sector particular y en el de negocio local. Hace unos tres años entramos en el sector industrial. Requiere más infraestructura, pero es otro ámbito donde tenemos interés.
Recientemente una multinacional se interesó por nuestra empresa. Llegamos a un acuerdo por el que vendí mis participaciones sociales y ahora estoy como gerente de esta empresa. Me dedico al manejo de la parte técnica y la venta.
“Ante las complicaciones de otra intervención para nuestro hijo, nos lanzamos a investigar otras opciones”
P. Además de esta empresa, tienes otra iniciativa en el sector de la salud. ¿Qué te llevó a invertir en otro negocio?R. Es algo que nos vino casi de rebote. En nuestra familia tenemos dos hijos con discapacidad. El mayor tiene parálisis cerebral, y afrontó una operación bastante grande cuanto tenía dos años. La parálisis cerebral es una condición más que una enfermedad en sí, no es progresiva, pero sí que sus secuelas van haciendo que se generen más problemas.
Cuando cumplió los 7 años, si no recuerdo mal, de nuevo tenía que ser intervenido, y eso requería una situación muy complicada. Así que empezamos a buscar si había alguna posibilidad de evitar esa intervención tan grande con un tratamiento más conservador.
En medio de esa búsqueda, mi esposa (Eva Contador) encontró unos médicos en Rusia que aplicaban una técnica innovadora. Fuimos recabando información y Eva empezó a hablar con otros padres en situaciones similares que habían encontrado una gran mejoría para sus hijos con este tratamiento.
Así que nos decidimos a dar el paso de probar. Viajamos a Rusia, sin tener claro qué nos íbamos a encontrar. Allí lo que encontramos fue un grupo de médicos que aplicaban una técnica quirúrgica que en la teoría es muy sencilla de entender, pero en la práctica es compleja de aplicar. Nosotros operamos a nuestros hijos, les fue muy bien. Nos sorprendió que algo así no estuviera presente en nuestro país. Empezamos a informarnos más e incluso conseguimos involucrar a los políticos, que inicialmente se movieron para traer esta técnica aquí. Sin embargo al ver que administrativamente se paralizaba su implantación por los servicios de salud estatales, decidimos hacer una sociedad para brindar este servicio. Llegamos a un acuerdo con los cirujanos y empezamos a atender aquí en España. Al principio solo llegaban pacientes españoles, pero se empezó a extender y hacerse conocido, de forma que hoy llegan pacientes de distintos lugares del mundo.
Tras la pandemia hemos tenido ciertas dificultades dificultades, dado que se ha complicado el aparato administrativo, incluso los cambios en la reforma laboral nos han afectado de forma negativa. Pero seguimos adelante y reconozco que es una labor muy gratificante, al fin y al cabo es algo que sufrimos en nuestra familia y hemos visto cómo ha sido beneficioso, no solo para nosotros, sino para muchas personas.
P. ¿Consideras que los valores bíblicos te han ayudado en tu trabajo?
R. Sí, sin lugar a dudas. Primero, que tenemos claro, muy claro, que nada de esto es por nosotros mismos. Procuramos que todo esté impregnado por nuestra fe. A veces puede resultar complicado, pero para nosotros ha supuesto muchísimas veces encontrar paz en la tormenta. Porque en el mundo empresarial, en general en la vida, hay momentos muy complicados y si no tienes dónde agarrarte, el barco se tambalea. Yo conozco a derecha y a izquierda muchos casos en los que les ha podido la presión, por no tener dónde agarrarse. La fe en Dios nos fortalece.
“La discapacidad no hace mejores ni peores personas”
P. A nivel familiar ¿cómo es el hecho de llevar adelante una familia en la que tenéis esta situación de discapacidad de dos de vuestros hijos?R. En el caso del mayor tiene un tipo de parálisis cerebral, paraparesia espástica. Y el pequeño tiene un síndrome extraño, de los que hay documentados un centenar en todo el mundo. Pero nunca hemos dejado que eso nos condicione, en el sentido de sentarnos a llorar y no afrontar el problema. Tenemos claro que hay cosas que podemos hacer y más allá de eso, bueno, pues Dios dirá. El ámbito de la discapacidad es un mundo donde uno encuentra de todo. Hay personas que no son capaces de afrontar la situación y encuentras personas hundidas, matrimonios rotos… Nosotros creemos que la discapacidad no hace ni mejores ni peores personas. Es un revés importante y lo que hace es revelar cuáles son los verdaderos ejes que construyen la familia.
Para nosotros, en Dios encontramos paz en la tormenta, refugio en Él y en que podíamos ser luz y sal en medio de esta problemática. No es una situación agradable, pero hemos procurado ayudar a otros y siempre apuntar a Dios.
Como parte de ello, durante bastantes años Eva Contador fue vicepresidenta de la Asociación de Parálisis de Córdoba, y ahí ella pudo hacer una gran labor con las terapias, la rehabilitación, hemos estado atentos a todo lo que se va innovando para ayudar. Esa labor le ha abierto puertas también a nivel político, para que ahora ella pueda tener un puesto de responsabilidad y también alcanzar a más personas.
P. ¿Nunca se apaga el espíritu emprendedor?
R. ¡Mientras las fuerzas acompañen! En mi caso tengo otras dos empresas: una de compraventa de productos de puertas automáticas y otro proyecto que tiene que ver con controles de acceso. Es una empresa pequeña, pero donde hemos fabricado algo innovador y va a buen ritmo. En esto me parece fundamental el entorno. Mi mujer y yo hacemos un buen equipo: no somos de verlas venir, sino que somos muy activos. En la iglesia, igual. No estamos esperando a que otros hagan o dejen de hacer, sino siendo parte activa de la iglesia y estando al pie del cañón.
“Estos encuentros permiten tener conversaciones significativas que no tenemos en el día a día”
P. Hace poco se celebró el encuentro de Líderes Empresariales Cristianos en Valencia, al que pudisteis asistir. ¿Qué te pareció?R. Me gustó muchísimo. Me traje una muy buena impresión del equipo en general. Una de las anestesistas con la que trabajamos fue la que nos animó a ir, y me alegré mucho de ir porque es cierto que los empresarios cristianos no siempre encontramos este tipo de foros. Incluso a nivel secular no siempre se encuentran espacios adecuados. Hay pocos empresarios o poca gente con iniciativa empresarial en general, en la sociedad, ¡y ya ni te digo dentro de la iglesia! Y tenemos nuestras cosas, claro… Ocupamos mucho tiempo en cosas que a veces en las iglesias no se entienden, ¿verdad? Quizá no ha estado todo lo bien visto que debiera, pero creo que como empresarios aportamos un plus en muchos sentidos, en el económico también, pero incluso a nivel organizativo, porque tal vez estamos más acostumbrados. Así que aprecié mucho que pudiéramos estar junto a otros creyentes que tienen las mismas inquietudes que nosotros en el día a día. Estos encuentros permiten tener conversaciones significativas que no siempre podemos tener con otros hermanos en el día a día de la iglesia. Me parece necesario y animaría a todo el que tenga empresa, incluso a quien sea un pequeño autónomo, a juntarse con otros hermanos que tienen sus mismas inquietudes. A veces podemos aportarnos muchas cosas entre nosotros con una visión y una perspectiva diferente y que eso nos sirva para seguir y avanzar.
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