Melinda Rankin
Melinda Rankin: precursora del protestantismo mexicano (I)
Su caso es singular entre los misioneros que llegaron a México en el siglo XIX. Lo es porque como mujer fue prácticamente la única que se aventuró a traspasar ella sola la frontera para difundir un mensaje religioso distinto al del contexto dominante en el país, el católico romano.
29 DE AGOSTO DE 2009 · 22:00
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Apasionados predicadores itinerantes recorrieron el territorio organizando grandes reuniones al aire libre donde las masas acudían a escuchar el mensaje de salvación cristiana y para arrepentirse ostensiblemente de sus costumbres pecadoras. Estos avivamientos reflejaron y contribuyeron a un renovado interés por el cristianismo. Algunos historiadores han argumentado que los participantes del Segundo Gran Despertar mostraban una conciencia general del igualitarismo democrático. En vez de apoyarse principalmente en una elite clerical educada para la instrucción de asuntos espirituales, estos participantes se unieron al “evangelismo plebeyo” que se había convertido “en la forma predominante del cristianismo [protestante/evangélico] norteamericano”.(5)Con el Segundo Gran Despertar se levantaron vocaciones misioneras. Diversos personajes y grupos conformaron organizaciones y esfuerzos evangelísticos, con el fin de llevar el conjunto de creencias protestantes/evangélicas a todas partes. De alguna manera contribuye a fortalecer el sentido misionero de personas como Melinda Rankin, además de las meras motivaciones religiosas y espirituales, el triunfalismo de la nueva potencia norteamericana. A éste los especialistas le han denominado Destino Manifiesto, que consiste en la convicción de que América (entendida solamente como los Estados Unidos) tendría un llamado divino para expandirse geográfica, política e ideológicamente a costa de otras naciones. Con todo, es nuestra opinión, derivada de los escritos y la obra realizada por nuestro personaje, que en Melinda Rankin pesan más las motivaciones de fe, su sentido de haber sido llamada a emprender una obra de índole espiritual, y bastante menos las razones ideológicas y políticas. Hacia 1846, y por la información que circula en Estados Unidos por la guerra con México, Rankin se entera del predominio religioso católico romano en nuestro país y la prohibición existente para el establecimiento de otros credos religiosos. Comienza una campaña personal y escribe a varias publicaciones periódicas protestantes, con el fin de llamar la atención de los lectores sobre las condiciones opresivas –sin ambages, así las considera– en que tiene el catolicismo al pueblo mexicano.
1) Entre las compilaciones sobre los viajeros extranjeros que plasmaron sus observaciones del México decimonónico está la de Margo Glantz, Viajes en México: crónicas extranjeras, 2 vols. SEP/80-FCE, México, 680 pp. 2) Desde el título es más fiel al original inglés: Veinte años entre los mexicanos. Relato de una labor misionera, Fondo Editorial de Nuevo León, Monterrey, México, 2008. 3) A partir de aquí seguimos de cerca el valioso trabajo González Quiroga y Bowman, pp. 9-56. 4) El Gran Despertar (el primero) tiene lugar en Nueva Inglaterra, a partir de 1734 y alcanza su pico entre marzo y abril del año siguiente. En el evento tiene un papel preponderante el teólogo y predicador Jonathan Edwards. Para sorpresa de éste, junto con las conversiones masivas se presentan manifestaciones de agudo entusiasmo entre los asistentes a las reuniones. Las experiencias extáticas de los congregantes llevan al teólogo a desarrollar una explicación de las mismas, lo que hace años más tarde y establece una diferencia entre la acción divina y la respuesta humana a ella, que puede ser entendida en términos naturales. Ver Alister E. McGrath, Christianity´s Dangerous Idea. The Protestant Revolution, A history from the Sixteenth Century to the Twenty-First, Harper One, New York, 2007, pp. 155-157. 5) Op. cit., p. 11.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Kairós y Cronos - Melinda Rankin