“Las alianzas nacionales deberían recuperar un sentido de pertenencia y responsabilidad en la Alianza Evangélica Mundial”

La AEE propone que la WEA celebre su asamblea general con mayor frecuencia, que los líderes internacionales rindan más cuentas y que las alianzas nacionales recuperen un papel central. X. Manuel Suárez de la Alianza Evangélica Española da la bienvenida al nuevo director ejecutivo de la Alianza Evangélica Mundial.

Joel Forster

ESPAÑA · 10 DE SEPTIEMBRE DE 2025 · 13:00

Xesús Manuel Suárez, secretario general de la AEE. / Foto: <a target="_blank" href="https://www.vidartv.com/">Vida RTV</a>.,
Xesús Manuel Suárez, secretario general de la AEE. / Foto: Vida RTV.

La Alianza Evangélica Española (AEE) es una de las muchas entidades nacionales que viajarán a Corea del Sur para participar en la asamblea general de la Alianza Evangélica Mundial (WEA por sus siglas en inglés), que se celebrará en Seúl del 27 al 31 de octubre.

Será la primera reunión presencial de todas las alianzas evangélicas nacionales desde 2019, cuando se celebró la última asamblea de este organismo que busca representar a unos 600 millones de cristianos evangélicos en todo el mundo.

Para Xesús Manuel Suárez, secretario general de la Alianza Evangélica Española, la WEA sería más fuerte en su misión si tuviera mayor democracia interna.

El representante español cree que para “construir juntos la Alianza Evangélica Mundial” se necesita más participación en las decisiones, más responsabilidad compartida y más reuniones. Todo ello generaría un mayor sentido de “familia y pertenencia” de los evangélicos a nivel global.

En una entrevista con Evangelical Focus, Suárez ha enumerado las propuestas que llevará a Seúl, en particular las relacionadas con la mejora del funcionamiento del Consejo Internacional (IC), el órgano rector que supervisa la WEA en la mayoría de los asuntos.

 

Pregunta. ¿Cuál es tu primer mensaje para Botrus Mansour como nuevo secretario general de la WEA?

Respuesta. En primer lugar, nos ponemos a su disposición para colaborar en el avance del Reino.

Queremos que sea el secretario general de todos nosotros. Habría sido mejor, en este sentido, que fuese elegido directamente por la membresía, porque eso le daría una mayor cercanía y reconocimiento, pero sea como sea estamos a su disposición para empujar todos del mismo lado.

Nos parece positivo que se trate de 'una persona de frontera entre comunidades'. Como él dice, forma parte de una minoría dentro de una minoría dentro de otra minoría. En ese sentido, estará dispuesto a escuchar todas las perspectivas dentro de la WEA, a bajar al terreno y concitar consenso, no limitarse a imponer decisiones.

Como sabes, en toda Latinoamérica y en países del sur de Europa nos preocupa el tiempo y energías gastados por la Alianza Evangélica Mundial en el diálogo ecuménico con la Iglesia Católica; nos alegra comprobar que esta actividad no es una prioridad para Butros, que tiene claro que no vamos a modificar nuestros criterios teológicos y que eso no impide el diálogo con esa iglesia.

Nuestro mensaje al hermano Butros es que la relación con la Iglesia Católica no debe ser un motivo de desunión interna en la WEA y que dejará de ser un motivo de desunión cuando esa relación se limite a iniciativas prácticas de co-beligerancia en situaciones, como la defensa de cristianos perseguidos, la defensa de la libertad de conciencia, la lucha contra el laicismo dogmático autoritario, etc.

 

P. ¿Qué valor tiene para la Alianza Evangélica Española el formar parte de la familia mundial de la WEA?

R. Somos una de las Alianzas Nacionales más antiguas del mundo y queremos que se mantenga el espíritu de fraternidad y confluencia que dirigió la fundación de la WEA.

Debemos mantener el sentido de familia, da camaradería, de reconocimiento mutuo, de pertenencia.

“No tenemos que pedir disculpas por la heterogeneidad del movimiento evangélico”

La AEE tiene un profundo sentido de pertenencia en la WEA, no considera que la WEA es un organismo en el que nos integramos, sino que nosotros somos parte de la WEA.

La WEA se construye con las Alianzas Nacionales, no con las superestructuras. Estas deben ayudar a coordinar el trabajo de las diversas Alianzas, pero no son la identidad de la WEA; la identidad de la WEA la definen las Alianzas Nacionales.

 

P. Desde el punto de vista de la AEE, ¿qué retos tiene la Alianza Evangélica Mundial en los próximos años y qué oportunidades?

R. Según nos señalaban recientemente Gina Zurlo y Jason Mandryk, los evangélicos somos el grupo religioso que más está creciendo en el mundo.

Tenemos el reto de traducir este crecimiento en influencia sobre nuestras sociedades; desde la AEE animamos a que perdamos el complejo de minoría y asumamos con decisión el papel que nos corresponde como instrumento de transformación en las manos del Señor.

Gina y Jason también nos mostraron la conocida heterogeneidad del movimiento evangélico. No tenemos que pedir disculpas por esto: es muestra de nuestra libertad. A la vez, no podemos permitirnos el precio de la desunión, porque esta liquida nuestra capacidad de influencia.

Debemos identificar el meollo de lo que compartimos definitiva e irrenunciablemente y empujar todos del mismo lado. La WEA debe ser el motor de esa unión en la diversidad y eso requiere forjar habilidades para preguntar, escuchar, comprender, analizar, identificar nexos, generar y promover consenso y contagiar entusiasmo por una tarea común.

Si construimos así la WEA, las oportunidades son inmensas. Recordemos Hechos 7 para descubrir que, en contra de la perspectiva marxista, la historia no la han transformado habitualmente grandes mayorías, sino minorías como la nuestra, con frecuencia disidentes, profundamente conscientes del llamado del Señor y con una clara visión de nuestra identidad y nuestra misión.

 

“Entre una Asamblea General y otra las Alianzas Nacionales somos unos convidados de piedra en los órganos de decisión de la WEA”

P. Desde hace años, la AEE ha apostado por mejorar la cultura democrática interna a nivel de WEA. ¿Qué cambios prácticos son necesarios para mejorarla?

R. Si alguien de afuera entrase en nuestra casa de la WEA y conociese sus mecanismos habituales de funcionamiento, nos echaríamos a temblar porque se evidenciaría que nuestra democracia interna es manifiestamente mejorable. Funcionamos con una notable verticalidad, lo que contrasta con nuestro ethos evangélico, tan democráticamente horizontal.

Hemos perdido –seguramente buscando más eficacia– el sentido de familia en la que se encuentran miembros diferentes con perspectivas diferentes, pero con la sólida base común del Evangelio, de la Sola Scriptura, Sola Gratia, Sola Fide, y se encuentran en un diálogo abierto y constante para construir entre todos la WEA.

La WEA es justamente una alianza, un encuentro entre pares que se miran con amor fraternal y respeto mutuo. Pero hemos ido construyendo estructuras y modos de hacer verticales, con escasa y poco frecuente rendición de cuentas.

La democracia occidental tiene sus fundamentos en la cosmovisión bíblica que nuestros antepasados en Europa del Norte y América del Norte tradujeron a la actividad social y política constituyendo las primeras democracias de Occidente.

Debemos recuperar esa aplicación de la cosmovisión bíblica a nuestras estructuras de gobierno. Debemos consecuentemente volver a la descentralización del gobierno, los 'checks and balances', la renovación frecuente de cargos, la rendición de cuentas frecuente y pormenorizada, la reducción de la distancia entre los órganos de gobierno y sus representados, etc. A la luz de estos criterios, en la WEA nos queda trabajo por hacer.

 

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P. ¿Hay puntos flacos en la WEA que obstaculizan su misión? Concretamente, ha habido críticas al papel del Consejo Internacional (IC). ¿Qué puede hacerse para reformar ese órgano?

R. En la AEE no planteamos esto en términos de crítica pura y dura, no queremos derribar, sino edificar. Te confieso que he renunciado a alguna entrevista en medios de comunicación muy importantes (aunque Protestante Digital y Evangelical Focus son ciertamente importantes) para evitar presentar la imagen de que venimos a conspirar y descabezar. En la AEE venimos a ofrecer una visión renovada, que en realidad supone un retorno a nuestras raíces como Alianza Evangélica Mundial.

 “Queremos que las Alianzas Nacionales recuperen el sentido de pertenencia y de responsabilidad y para ello hay que establecer mecanismos que faciliten su participación activa”

Hay una notable diferencia entre poder decisorio (potestas) y autoridad (auctoritas). El IC tiene un enorme poder decisorio, pero debe recuperar su autoridad: no hay mecanismos definidos estatutariamente que faciliten el feed-back entre el IC y los miembros de a pie, las Alianzas Nacionales. Aquí tenemos una notable debilidad.

El IC funciona como una entidad lejana, ajena y desconocida para la mayoría de las Alianzas. Los miembros de a pie desconocen qué se decide, por qué se decide y quién decide en el IC.

Y lo más preocupante es que esto ha provocado un progresivo desinterés de las Alianzas Nacionales por las actividades y decisiones del IC. Un ejemplo descriptivo: el IC convocó recientemente una interesante reunión online para palpar el sentir de las Alianzas Nacionales; se organizaron dos reuniones contando con una asistencia de 40 Alianzas en cada una; pues bien, en la que asistí yo estábamos 10.

No hay instrumentos ordenados para trasladar el parecer de las Alianzas Nacionales al IC, y los miembros del IC, hasta donde sé, no transmiten información con suficiente regularidad a las Alianzas Nacionales ni trasladan las iniciativas de estas al IC ni les rinden cuentas con regularidad –como en cualquier organización democrática y con fundamentos bíblicos–, sino sólo cada varios años, con ocasión de la Asamblea General.

Entre una Asamblea General y otra las Alianzas Nacionales somos unos convidados de piedra en los órganos de decisión de la WEA. Esto es preocupante, porque el IC no debe ser un órgano al que se le entregan las llaves y abre y cierra todo según decisión propia, sino es el órgano que representa a la Asamblea General de miembros entre una Asamblea General y la siguiente, y para representarla debe escuchar regularmente a sus miembros y rendirles cuentas con frecuencia.

No es nuestro interés desatar una revolución que haga tambalear al IC, entre otras cosas porque creemos que todos los miembros del IC actúan pensando que es lo mejor para las Alianzas Nacionales y para la WEA.

En la AEE, ciertamente, queremos mejorar el funcionamiento del IC y promover dos cosas:

Primero, dotar al IC de más autoridad, y esa autoridad no se desarrolla aumentando el poder, sino poniéndose por debajo, en los términos de Mt 20.24-28. Cuando uno se sitúa por encima, escucha poco y decide por su cuenta, puede ser muy eficaz y tener mucho poder, pero tiene poca autoridad. Cuando uno ejerce la autoridad en términos bíblicos, se pone por debajo, pregunta y escucha y rinde cuentas, gana autoridad. Queremos dotar al IC de más autoridad.

Segundo, se ha establecido un círculo vicioso en el que las Alianzas Nacionales no tienen un sentido muy profundo de pertenencia porque tampoco disponen de instrumentos eficaces de participación activa; los que deben ser sus representantes en el IC no recaban directamente iniciativas de las Alianzas Nacionales ni les rinden cuentas con regularidad. La consecuencia es que las Alianzas Nacionales han perdido mucho interés por la actividad general de la WEA, no sienten que sea algo suyo y no se sienten responsables de ella. Queremos que las Alianzas Nacionales recuperen el sentido de pertenencia y de responsabilidad y para ello hay que establecer mecanismos que faciliten su participación activa y mejorar su feed-back con el IC. En palabras de Goodwill Shana, debemos promover mecanismos que favorezcan la participación activa de las Alianzas Nacionales como co-creadores.

 

 “Desde la AEE animamos a la dirección de la WEA a que pregunte más y escuche más”

P. Pronto, la WEA tendrá su asamblea mundial en Corea del Sur. Es una buena oportunidad para generar debates que lleven a un mejor funcionamiento. ¿Cuáles son las prioridades que la AEE quiere llevar a esa conversación?

R. En la AEE no nos limitamos a señalar lo que no va bien, sino, desde un sentido profundo de responsabilidad, ofrecemos propuestas de mejora. Es por eso que vamos a presentar a la próxima Asamblea General una propuesta de enmienda de estatutos que facilite la mejor implementación de criterios bíblicos de gobierno y la mejora de la democracia interna. Esta enmienda propone, por ejemplo:

  • El IC debe estar compuesto por los representantes nombrados por las Alianzas Regionales; otras personas de elevada significación pueden constituir un Consejo Consultivo.

  • Los representantes de las Alianzas Regionales en el IC deben informar regularmente a las Alianzas Nacionales de las líneas de trabajo del IC, trasladar al IC las propuestas de las Alianzas Nacionales y rendir cuentas ante ellas con regularidad.

  • El Secretario General de la WEA será elegido directamente por la Asamblea General y presentará su informe en cada Asamblea General.

  • El IC no debe tener la prerrogativa de suspender de membresía a una Alianza por su propio criterio sin más.

  • El IC no debe tener la prerrogativa de nombrar por cooptación nuevos miembros de ese órgano, una prerrogativa exclusiva de la Asamblea General.

  • Pasa mucho tiempo entre una asamblea general y la siguiente. Es útil tener una intermedia por vía telemática. Análogamente, el IC debe reunirse con más frecuencia utilizando la vía telemática para ahorrar gastos.

  • Se debe facilitar la traducción a los idiomas más extendidos en la Asamblea General y demás actividades relevantes.

  • Se debe facilitar la intercomunicación entre las Alianzas Nacionales con medidas tan simples como compartir una lista con los emails de sus representantes.

 

“La WEA no debe tener una fuerte jerarquización vertical, sino un profundo énfasis en el protagonismo de la base”

 Cuando Jesús se encontró con Bartimeo (Marcos 10.46-52), no decidió directamente curarle, y eso que Él conocía mejor que nadie sus necesidades. Antes le preguntó: “¿Qué quieres que te haga?”. Preguntó y escuchó antes de tomar la iniciativa de curarle. Desde la AEE animamos a la dirección de la WEA a que pregunte más y escuche más.

No debemos ser una organización con fuerte jerarquización vertical, sino una organización amplia y compleja, pero con un profundo énfasis en el protagonismo de la base. Esta es nuestra identidad; seamos fieles a ella.

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