‘El legado de Adán’: Un mensaje más allá de África
Con esta serie animada, el noruego Marken Gihlemoen quiere dar a conocer la Biblia a la gente de África Oriental. Con actores locales, el proyecto se creó en swahili y luego se dobló al inglés africano.
Život víry · 04 DE JUNIO DE 2025 · 19:10

Empezó sin hacer ruido, como una simple idea para presentar historias bíblicas a los niños de África Oriental a través de una serie de dibujos animados, adaptada a su contexto cultural y contada en “su idioma”. Pero con el tiempo, el proyecto creció y se extendió a muchas partes del mundo.
El legado de Adán, una serie de animación, tiene ahora la posibilidad de llegar a millones de personas.
Hace aproximadamente una década, Anne Marken Gihlemoen se trasladó con su marido y sus hijos de Noruega a Tanzania para servir como misionera en la Misión Luterana Noruega.
Su marido, Roger Gihlemoen -programador, diseñador gráfico y director de animación- pasó el primer año en casa con sus dos hijas para ayudarles a aprender inglés.
Con el tiempo, empezó a preguntarse cómo podría contribuir en este nuevo entorno. Quería hacer algo que conociera y amara. Fue entonces cuando nació la idea: crear algo significativo para los niños de la zona.
Así se concibió El legado de Adán, una serie que contaría historias bíblicas fundamentales de forma sencilla y culturalmente cercana.
Al principio, Gihlemoen lo concibió como un modesto proyecto en solitario. Recorrió las calles y mercados de Tanzania, estudiando el arte callejero local, buscando un estilo distintivo arraigado en la cultura local.
El resultado visual del proyecto, años después, es realmente único e impactante a los ojos occidentales. Los personajes parecen hechos de arcilla (un guiño a Adán formado de la tierra), y sus ropas y detalles presentan lo que se conoce como “arte reciclado”.
En definitiva, Gihlemoen utilizó materiales de desecho para crear elementos visuales originales: las serpientes y los cocodrilos tienen la piel hecha de tornillos y tuercas oxidados, el cordero del sacrificio está hecho de tiras de metal impreso, las piedras del camino parecen tubos de plástico o fragmentos de vidrio, y los árboles parecen haber sido tejidos con alambres y cuentas.
Este planteamiento se inspiró en los vendedores de souvenirs de Tanzania, que a menudo convierten materiales de desecho -latas, alambres, cristales rotos, plástico- en adornos artesanales, como figuras de animales que venden a los turistas.
“Es parecido a los zuecos de madera holandeses”, explica Gihlemoen. “La gente en Holanda ya no lleva zuecos, pero siguen siendo un símbolo del país. El arte reciclado es un símbolo aquí”.
“Quería un estilo visual que reflejara la cultura de África Oriental. Utilicé vidrio, metal, colores locales... todo inspirado en lo que veía a mi alrededor. Quiero que la gente se identifique con él y lo vea como parte de su propio patrimonio cultural”, declaró a la revista checa Život víry.
Se escribieron cinco guiones originales que luego se dividieron en episodios más cortos, de unos 12 minutos cada uno, para adaptarlos mejor a los hábitos televisivos modernos. Cada serie tiene su propio tema y motivo musical.
Las series incluyen historias clave de la Biblia: La Creación y Adán y Eva, Abraham e Isaac, David y Goliat, María, José y el nacimiento de Jesús, y La muerte y resurrección de Jesús.
Ya están disponibles en línea los seis primeros episodios, que abarcan la creación del mundo, la expulsión de Adán y Eva del Edén, la promesa de Dios a Abram y los nacimientos de Ismael e Isaac.
Los personajes animados son interpretados por actores reales que han sido alterados digitalmente hasta hacerlos irreconocibles. Esto permitió que un solo actor interpretara a Adán, Isaac, David, José y Jesús.
“Al principio queríamos una animación al estilo Disney, pero al final optamos por un enfoque más estilizado y menos realista, en parte para evitar debates sobre el color de la piel”, explica Gihlemoen.
Una broma que mereció la pena
A medida que el proyecto ganaba en envergadura y ambición, se sumaron más colaboradores y la financiación se convirtió en una necesidad.
Producir un solo episodio cuesta unos 50.000 euros. Aunque ahora la serie se sostiene gracias a pequeños donantes y al crowdfunding, todo empezó con un momento valiente e inesperado.
“Creo que fue a principios de 2017, cuando representantes de Norea, una organización misionera sin ánimo de lucro- visitaron Kenia”, recuerda Gihlemoen.
“No tenía ni idea de quiénes eran, pero alguien me sugirió que fuera a reunirme con ellos y les presentara mi proyecto. Quizá lo apoyaran. No esperaba gran cosa. Me reuní con tres hombres trajeados y les leí todo el guión de la cuarta historia, sobre el nacimiento de Jesús. Me di cuenta de que estaban conmovidos, lo que aumentó mi confianza. Y cuando estoy nervioso, tiendo a hacer bromas”.
“Así que les dije: Señores, ¿y si me dieran 50.000 dólares para comprar un equipo profesional? No dijeron nada. Sólo escribieron algo. Unos días después, recibí un correo electrónico preguntándome para qué necesitaba el dinero. Así que resultó ser una broma fructífera”, ríe.
Intercambiaron más correos electrónicos. Roger Gihlemoen intentó conseguir material de segunda mano, pero no encontró nada adecuado en África Oriental.
Finalmente, compró equipo en Estados Unidos, con el acuerdo de que lo vendería más tarde y devolvería el dinero. Y así lo hizo.
Utilizando herramientas profesionales junto con métodos artesanales, el equipo fabricó un producto de calidad muy superior a la esperada. Esto les abrió nuevas puertas y aumentó sus ambiciones.
La diferencia de calidad visual entre el primer episodio, realizado en 2019, y el sexto es innegable.
El equipo de producción incluye ahora diseñadores gráficos, cantantes, actores, traductores e incluso teólogos. Como en cualquier adaptación bíblica, garantizar la precisión teológica es todo un reto.
Gihlemoen es consciente de ello y ha reescrito los guiones cuando ha sido necesario. Por ejemplo, en un principio Agar fue retratada de forma negativa, pero más tarde se dio cuenta de que Abraham y Sara tenían realmente la culpa, y revisó la representación.
En última instancia, Gihlemoen ve El legado de Adán como una herramienta para presentar a Jesús a la gente. Su objetivo es cautivar a los niños de África Oriental y transmitirles verdades bíblicas atemporales.
La serie se creó originalmente en swahili, la lengua franca de la región, y luego se dobló al inglés africano.
A medida que crece el interés, se están haciendo traducciones al somalí, turco, árabe, inglés británico y noruego. Nadie sabe dónde acabará la serie, pero ya hay interés por parte de comunidades cristianas de Asia Oriental e incluso de Estados Unidos.
Llegar a los niños musulmanes... y a sus madres
Incluso el objetivo original, llegar a los niños tanzanos, es ambicioso, teniendo en cuenta que una parte importante de la población es musulmana.
“Mi público objetivo es una madre musulmana con cuatro o cinco hijos. Si está intrigada, dejará que sus hijos lo vean. Los padres no participan tanto: trabajan, se reúnen en la mezquita o socializan. La madre es el corazón del hogar. Si llego a ella, llego a los niños”, dice Gihlemoen.
¿Y qué dicen las espectadoras tanzanas de la serie? “El Islam no nos enseña mucho sobre Jesús. Me gustaría saber cómo fue realmente su vida. Me encanta la historia de Abraham y Sara”, dice Amina.
Otra espectadora, Neema, añade: “La película es increíble. Al principio pensé que era sobre todo para niños, pero cuando la vi, yo también aprendí algo. La historia está escrita con profesionalidad y belleza”.
Gihlemoen reconoce que las reacciones de los musulmanes pueden variar, después de todo, la serie vuelve a contar la Biblia.
Pero como muchas de las historias y personajes se mencionan (aunque sea brevemente) en el Corán, espera que este enfoque despierte interés y ofrezca a los espectadores de los países islámicos una imagen más completa de Adán y Eva, la vida de Abraham y, lo que es más importante, de Jesús.
“Algunos lo rechazarán. Pero otros lo verán”, dice, con la esperanza de que incluso los adolescentes musulmanes, que cuestionan su fe, se sientan atraídos.
En un vídeo publicado en la web de la serie, Gihlemoen reflexiona sobre su infancia. De pequeño, le conmovió la letra de una canción cristiana Aquí estoy, Jesús, envíame.
Hacia los doce años, empezó a orar esas palabras. No podía imaginar lo que significaría para su vida.
“Echando la vista atrás, han sido ocho años de altibajos y experiencias insólitas. Espero que sea de Dios, no sólo mío. Creo que Dios tiene buena memoria, y preparó y utilizó a un muchacho dispuesto de Knapstad para expandir su reino”, concluye Gihlemoen.
“El Legado de Adán es un proyecto de gran fe. No puedo hacerlo solo, pero con Dios puede tener un gran impacto”.
Puedes encontrar más información sobre la serie aquí.
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