“Europa se ha apartado de su origen cristiano, pero está dando pasos para recuperarse”
Ricardo Álvarez, fundador de la una plataforma cristiana cívica y social, comparte su experiencia en el Parlamento Europeo tras participar en el Desayuno de oración el pasado mes de diciembre.
ESPAÑA · 23 DE ENERO DE 2025 · 12:55
Ricardo Álvarez ha sido pastor desde hace más de 30 años, liderando diversas iglesias y ministerios. Recientemente ha dado un paso más en el ámbito de la acción política y social, primero como uno de los fundadores del partido Fiel y ahora desde una nueva plataforma que pretende ejercer influencia en el ámbito político español y europeo.
Muestra de ello fue su participación en el reciente Desayuno de Oración que se celebró en Bruselas el pasado 4 de diciembre, en un acto al que fue invitado junto a 450 invitados de todo el continente. “Era el único pastor español presente”, cuenta Álvarez, que pudo compartir este encuentro con eurodiputados y políticos de distintos niveles, así como agentes sociales y representantes de diversas instituciones en el marco de una fe cristiana compartida.
“Estoy convencido de que los cristianos debemos estar en política, no siendo solo los que votamos, sino participando y teniendo influencia”, expresa Álvarez, que cree que la “batalla cultural es necesaria” para que “nosotros, como cristianos, tengamos una voz relevante que Europa casi ha perdido”.
Pregunta. ¿Cómo ha sido tu trayectoria en el ámbito político, viniendo desde una posición como pastor?
Respuesta. Desde que recibí el llamado, he sido pastor. Durante más de 30 años, he liderado diferentes iglesias y movimientos, pero siempre he tenido una inquietud muy fuerte por el mundo político. Quizás ha sido parte de mi ADN. Por eso, siempre he tenido contacto con diferentes perfiles políticos y sociales, en los cuales he podido influir de alguna manera, aunque siempre desde lejos, siendo más observador que actor.
Sin embargo, di el salto hace unos años, convencido de que los cristianos, sin duda, debemos estar en política. No solo debemos ser quienes votamos, sino también participar activamente en ella y tener una influencia. Por eso te comentaba que participé y fui cofundador del partido Fiel. Decidí dejarlo, no por algún desacuerdo, sino simplemente para enfocarme en este nuevo perfil, más orientado a trabajar en el ámbito social, político y con la sociedad civil.
Ahora lo hago desde un enfoque más abierto, sin estar limitado a un partido político, para tener la libertad de hablar con claridad desde nuestro perfil y convicción cristiana. Mi trayectoria ha sido esa: trabajar para que el mundo político no sea ajeno a la iglesia, sino que sea una esfera más, como cualquier otra en la sociedad, en la que debemos trascender. Esa es, en resumen, mi historia.
P. Hace poco has lanzado un proyecto nuevo, Anothen. ¿En qué consiste?
R. Sí, es muy fácil entender que la palabra griega que Jesús utilizó cuando habló con Nicodemo, “es necesario nacer de nuevo”, representa un nacimiento que proviene del cielo. Esa idea la adopté como símbolo de un pensamiento que nos invita a reflexionar sobre lo que estamos haciendo como actores cristianos en el mundo político. Este proyecto nace con el propósito de desarrollarse inicialmente en España y, posteriormente, expandirse a Europa.
“En el Parlamento Europeo hay algunos grupos de presión cristianos, pero son muy pequeños y tienen poca influencia”
La idea en Europa es trabajar como un grupo de presión, al estilo de los que ya están establecidos y operando allí. Observé la necesidad de fortalecer la presencia cristiana en el Parlamento Europeo, donde actualmente hay algunos grupos de presión cristianos, pero son muy pequeños y tienen poca influencia. El objetivo es impulsarlos y empezar a trabajar desde dentro, buscando diferentes alianzas y, sobre todo, uniendo las diversas sensibilidades cristianas.Mi trabajo no se limita únicamente al ámbito evangélico, aunque obviamente tiene un peso importante. También incluye la colaboración con otras sensibilidades cristianas para unirnos en un proyecto común en esta batalla cultural. Este proyecto nace con un pensamiento claro y definido: librar la batalla cultural desde dentro, aliándonos con el liderazgo político existente, refinando su pensamiento y orientándolo hacia los valores cristianos.
Muchos líderes políticos han abandonado estos principios, pero el objetivo es reimpulsarlos desde el centro, trabajando con un enfoque claro y definido en nuestra moralidad cristiana. Esto implica mantener los principios fundamentales de vida y familia, que para mí son pilares esenciales de nuestras creencias, sin cruzar líneas rojas, pero abiertos a negociar cuando sea necesario.
En definitiva, esta iniciativa no se limita solo a hablar en podcasts, streamings o programas, sino que se trata de actuar desde dentro para poder influir y cambiar, aunque sea en parte, la historia del Parlamento Europeo. Un Parlamento que originalmente nació con un pensamiento cristiano, y creemos firmemente que debe volver a esas raíces.
P. Recientemente pudiste participar en el Desayuno de oración que se celebra en el Parlamento Europeo. ¿Cómo lo viviste?
R. Fue muy interesante, y hay algo anecdótico: fui el único pastor español presente. Es más, salvo dos parlamentarios, uno del grupo Vox y otro del grupo PPE, fui el único español en participar en ese desayuno de oración que lleva celebrándose más de 25 años, creo que ya son 27.
Este evento tiene como objetivo principal reunir a todos los parlamentarios europeos con sensibilidad cristiana. Había participantes de diferentes tradiciones: evangélicos, católicos, ortodoxos. Era una mezcla muy curiosa, pero a la vez muy dinámica dentro del pensamiento cristiano. La idea del evento es simplemente unir sinergias. Es una reunión de oración, un desayuno donde diferentes parlamentarios exponen reflexiones basadas en la palabra de Dios y en el pensamiento cristiano. Por supuesto, nos unimos en oración, pero lo más importante es la sobremesa, la oportunidad de conversar y conectar unos con otros.
En ese espacio, pudimos conectarnos con diferentes políticos y parlamentarios, además de unir esfuerzos con diversas entidades, tanto evangélicas como no evangélicas, para dialogar sobre lo que nos une. El enfoque principal fue la batalla cultural, y el mensaje estuvo muy definido: trabajar por la libertad, la vida, la libertad religiosa y por la capacidad de expresar, desde el Parlamento Europeo, una idea clara y diáfana de quiénes somos. Un mensaje que deja en claro que el mundo cristiano es relevante ahora en Europa y que nunca debió dejar de serlo. Al contrario, deberíamos ser cada vez más fuertes, y ese evento demostró esa fortaleza.
Mi impresión fue muy positiva, ya que era la primera vez que asistía, y sin duda, me pareció un foro de encuentro muy comprometido. Me sorprendió mucho, porque pensaba que sería algo más relativo o simbólico, pero todos los presentes estaban muy comprometidos. Realmente se sintió un ambiente de comunión y unidad, y quedó claro que el Señor estaba entre nosotros.
“Muchos lobbies que operan en Europa quieren desarraigar el mensaje cristiano”
P. ¿Cuáles son las amenazas que consideras que hay en el ámbito europeo ante las que quieres plantar esta batalla cultural?R. Es evidente que Europa sufre un fenómeno que podríamos llamar descristianización. Es decir, existe un esfuerzo constante por sacar a Cristo y el mensaje de Dios de la cultura europea. Este parece ser el objetivo principal de muchas de las ideologías y lobbies que operan en Europa actualmente: descentralizar y desarraigar el mensaje cristiano. Este proceso afecta todos los aspectos de la sociedad, desde la familia, la vida y la política, hasta la economía y otros ámbitos esenciales.
Europa, esa que en siglos pasados lideró una reforma que cambió la historia y dio forma a una civilización diferente, parece haber perdido su rumbo. La Europa que se fundó sobre principios cristianos, como los que inspiraron la Comunidad Económica Europea a través de los acuerdos del carbón, y que tuvo entre sus fundadores a líderes con una visión basada en la fe, ahora está claramente apartada de sus raíces.
Hoy, nos enfrentamos a un laicismo cada vez más poderoso, junto con una mentalidad que privilegia la realización personal del hombre, por encima de la trascendencia. Creo firmemente que Europa necesita recuperar esa trascendencia, sin renunciar a la libertad religiosa, pero recordando que, como cristianos, tenemos una voz relevante. Lamentablemente, esa voz ha sido silenciada.
En esta batalla cultural, es crucial recuperar una visión estratégica. Muchos de los países que forman parte de la Unión Europea tienen profundas raíces cristianas. Sin embargo, por un mensaje ideológico marcado y pretencioso, hemos sido apartados de esa realidad. Es hora de regresar a ella. Esta batalla no solo es por nuestro presente, sino también por las generaciones futuras.
Si no somos capaces de dar un giro ahora, si no logramos llevar a Europa a retomar sus raíces cristianas, lamentablemente avanzaremos hacia un mundo laico, carente de esperanza. Por eso creo que este es el momento de actuar.
P. En Europa estamos viendo que en diferentes elecciones va aumentando su poder político y su relevancia partidos que son conservadores, y algunos también nacionalistas y de ultraderecha. ¿Cuál sería tu perspectiva sobre el devenir de Europa en los próximos años?
R. Es evidente que estamos viendo un giro hacia un pensamiento más conservador, un cambio que algunos llaman “derecha radical”. Sin embargo, pienso que es más una señal de que Europa está recapacitando, quizá volviendo a sus raíces. Es cierto que estos partidos tienen mucho que mejorar y alinear, pero el hecho de que Europa esté reconsiderando su rumbo es algo positivo.
Algunos partidos, como el caso del European Christian Political Movement (ECPM), llevan años trabajando en el Parlamento Europeo y cuentan con representantes cristianos. Esto me parece muy alentador. No se trata de un simple giro hacia la derecha o hacia el pensamiento conservador, sino de un regreso a la racionalidad, a recuperar el lugar natural de Europa en el contexto de sus raíces culturales y espirituales.
“Europa está reconsiderando su rumbo y la racionalidad está regresando”
Hay partidos cuyos líderes tienen profundas convicciones evangélicas, lo cual refuerza la idea de que la racionalidad, insisto en esta palabra, está regresando a Europa. Es verdad que algunos partidos pueden tener tendencias demasiado extremistas, y eso es algo que debemos rechazar. Pero también debemos buscar puntos en común, uniones estratégicas, para enfrentar ese progresismo que, sin duda, está unido en su oposición a lo que nosotros creemos.Creo que es hora de mirar a Europa no como un lugar dividido entre extremos, ni desde la perspectiva de una derecha ultra que busca eliminar libertades, sino como una oportunidad para construir, junto a estos partidos, un modelo cristiano que permita vislumbrar una Europa diferente, basada en valores y principios que puedan aportar esperanza y estabilidad.
P. En los documentos que habéis difundido, enfatizáis la necesidad de proteger a la infancia y luchar contra la trata. ¿Son aspectos que crees que deben abordarse en Europa de forma más enfática?
R. Por supuesto, creo que una de las grandes lacras que enfrentamos en Europa, y en muchos países, es la trata de personas. Me parece que el compromiso de los políticos con este tema está siendo, en general, demasiado superficial. Aunque en España contamos con representantes que trabajan muy duro en este ámbito, al igual que en Europa, queda mucho por hacer para combatir este problema de manera efectiva.
“Si formamos a las nuevas generaciones con un profundo fundamento cristiano, podremos construir un futuro diferente”
Y, por supuesto, está el tema de la infancia, que considero el gran olvidado. La infancia, que representa nuestro futuro y debería ser nuestra mayor prioridad, lamentablemente está siendo relegada en muchos aspectos. Esto incluye tanto a los niños tutelados como a la educación, que para mí es el motor principal que Europa ha abandonado. La educación ha quedado en manos del progresismo, que, en última instancia, está adoctrinando a nuestra infancia con ideas que buscan eliminar los principios en los que creemos.Creo que estas son banderas que debemos levantar sin vacilar. Lo que Europa haga en el futuro dependerá de cómo formemos a las próximas generaciones. Si permitimos que el progresismo continúe dominando, educará a nuestra infancia para eliminar los valores que defendemos. En cambio, si formamos a las nuevas generaciones desde la libertad, con pensamiento crítico, pero también con un profundo fundamento cristiano, podremos construir un futuro diferente. Esa debe ser nuestra responsabilidad y nuestro compromiso.
P. Para terminar, ¿cuál es tu expectativa con respecto al año que estamos comenzando?
R. A nivel personal, en el trabajo que estoy realizando, creo que estoy muy cerca de consolidar el proyecto durante el primer semestre de 2025. El objetivo es trabajar de manera operativa en el Parlamento Europeo y, al mismo tiempo, desarrollar este proyecto en España. Estamos colaborando con diferentes líderes de diversas sensibilidades cristianas, pero unidos en un fin común. Este es mi proyecto personal, junto con otros, pero quiero lograr que este esfuerzo se consolide como una base fuerte dentro de Europa. Insisto, queremos establecer un grupo de presión que pueda ejecutar los cambios que anhelamos para el futuro de Europa.
Evidentemente, los días que vienen pueden mirarse de dos maneras: desde una perspectiva castastrofista o desde la esperanza. Como cristianos, estamos llamados a pensar desde la esperanza; ese es nuestro mensaje. Hemos recibido un legado de buenas noticias, y si solo nos enfocamos en las malas, evidentemente no avanzaremos. ¿Hay esperanza? Yo creo que sí. Estoy convencido de que, antes de que Jesús regrese, veremos un cambio. Creo firmemente que este cambio es profético y será activado por personas que creen que no todo está escrito por las tinieblas, el mal o quienes buscan acabar con nuestras raíces.
Este cambio debe ser escrito por quienes creemos en Jesús, quienes creemos en el mensaje de esperanza y en la posibilidad de ver una Europa diferente. Esa es la dirección en la que está enfocado mi trabajo y el trabajo de todos los que participamos en este proyecto: una esperanza para Europa, una esperanza para España, y un esfuerzo por ver este continente regresar, sin duda alguna, al propósito y al deseo de Dios, que es que todo el mundo le conozca.
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