El expresidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, volverá a ocupar la Casa Blanca en el que será su segundo mandato al frente del país norteamericano. El resultado de las elecciones no deja lugar a dudas y el candidato republicano ha asegurado los votos electorales necesarios (superando los 270 con holgura) y consiguiendo una mayoría también de votos directos.

Al triunfo de Trump se añade el respaldo de un Senado donde los republicanos tendrán la mayoría. La ya construida mayoría conservadora en el Tribunal Supremo presenta un panorama de amplio apoyo institucional al proyecto político que promete liderar Trump, secundado por el vicepresidente JD Vance.

Apoyo evangélico

En las últimas semanas, el candidato republicano buscó fortalecer sus vínculos con los votantes evangélicos, asistiendo a diversas reuniones con pastores y representantes de entidades evangélicas en Estados Unidos. En medio de una batalla cultural palpable, con asuntos como las restricciones al aborto tomando protagonismo en el debate público, Trump ha buscado alinearse con las tendencias provida y el apoyo a la familia tradicional.

Las encuestas daban a Trump como favorito entre los evangélicos blancos (82% de preferencia de voto) y los católicos (61%). Durante la campaña, Trump recibió el apoyo explícito de diversos líderes evangélicos que han recordado que cumplió su promesa de nombrar a jueces conservadores para el Tribunal Supremo, lo que ha permitido el desarrollo de legislaciones más restrictivas con el aborto en muchos estados.

Otros votantes evangélicos han optado por Trump sin tanta simpatía, pero como un rechazo explícito a las políticas desarrolladas por la administración Biden en otros ámbitos que tocan aspectos sensibles, como las políticas de apoyo a la transición de género o el impulso de la ideología de género en la educación.

Grandes retos

Muchos analistas apuntan que la victoria de Donald Trump se enmarca en la tendencia de un crecimiento general de los conservadores que, bajo figuras de liderazgo personalista, aprovechan la fuerza mediática de las redes sociales para conectar con los votantes.

La postura que la nueva administración de Estados Unidos tome en asuntos de política internacional genera asimismo un gran interés. Las guerras en Ucrania e Israel, las relaciones internacionales con China y Rusia o el papel de la OTAN serán algunos de los asuntos clave a nivel mundial.