La Alianza Evangélica Brasileña ha emitido un comunicado para mostrar su rechazo a los sucesos ocurridos en Brasilia este domingo, donde un grupo de manifestantes contrarios al gobierno asaltaron con violencia las sedes del Congreso, el Tribunal Supremo y el Palacio Presidencial.

Los manifestantes no reconocen la validez del resultado electoral de octubre y pedían una intervención militar que derroque a Lula da Silva, elegido presidente frente a Jair Bolsonaro por una diferencia cercana a los dos millones de votos. Las elecciones han sido validadas y reconocidas por los organismos internacionales y países democráticos del entorno.

En su comunicado, la Alianza Evangélica de Brasil defiende el derecho a “la libre manifestación dentro de los límites constitucionales”, por lo que “repudiamos con vehemencia los actos antidemocráticos, violentos e injustificables ocurridos ayer en nuestra capital federal, incluida la destrucción de símbolos de la democracia que tanto nos importan”.

La entidad evangélica muestra su “compromiso con el Estado Democrático de Derecho y sus instituciones”. “La fe cristiana está comprometida con la verdad, la justicia y la paz. Con base en estos principios, afirmamos la importancia de investigar a los responsables de estos trágicos hechos, para que se haga justicia y se establezca la paz”, apuntó en su comunicado.

Finalmente, la entidad evangélica realiza un llamado “a todas las iglesias a unirse a nosotros en oración por nuestro país, por nuestros gobernantes y por la búsqueda de un testimonio de vida que apunte en la misma dirección”.

Hugo Márquez: “Aceptar la derrota muestra la talla de un político”

El presidente del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia (C.Iber), Hugo Márquez, ha publicado su rechazo al intento de “golpe de estado” que se ha producido en Brasil.

En una columna publicada en Evangélico Digital, Márquez lamenta que los populismos “sean de derecha o izquierda siempre tengan en mente atropellar las instituciones democráticas y republicanas para hacerse con el poder de forma unilateral”.

“El respeto por las instituciones, las leyes, el aceptar las derrotas políticas, el entender la democracia como el mejor sistema (o el menos malo) muestra la verdadera talla de un político”, expone en un contundente alegato.