Desde que en 2007 al menos 1.200 personas perdiesen la vida y otras 600.000 fuesen desplazadas con motivo de las elecciones generales, hablar de unos comicios en Kenia es hacer previsión de violencia. También lo es para las votaciones que se celebran en el país el próximo lunes 9 de agosto. “Estas elecciones van a ser extremadamente competitivas”, explicaba hace unos meses a Protestante Digital el secretario general de la Alianza Evangélica de Kenia (EAK, por sus siglas en inglés), Nelson Makanda.

Los sondeos dan la razón a Makanda. Y es que hay bastante igualdad entre la candidatura de Raila Odinga, hijo del primer vicepresidente del país y que cuenta con el apoyo del hasta ahora presidente Uhuru Kenyatta, y la de William Ruto, el actual vicepresidente. De hecho, mientras que a Odinga le atribuyen una intención de voto de cerca del 47%, Ruto sobrepasa el 44%.

Pero si por algo se ha hecho conocida esta campaña es porque la mayoría de confesiones cristianas en Kenia acordaron hace meses prohibir el uso de sus iglesias para realizar mítines electorales, excepto los metodistas. Esta medida, que también aprobó la Alianza Evangélica de Kenia, se presentó entonces como un primer mecanismo para garantizar unos comicios pacíficos. Sin embargo, explica Makanda, con el paso de los meses “el ambiente político se ha vuelto volátil y esto ha tenido efecto en la economía del país”. De hecho, aunque el país no ha experimentado una inflación desorbitada como lo han hecho otros, los datos del Banco Central de Kenia sí muestran un incremento de un 1% entre el mes de julio de 2021 y el actual.

La paz, el mensaje más importante de la campaña

Para la Alianza Evangélica de Kenia, que agrupa a unas 748 denominaciones y a más de 50.000 iglesias en todo el país, aquello que está resultando más necesario de remarcar en esta campaña es el compromiso cívico por la paz. Y para ello, según dicen, se han enfocado tanto en la formación de las comunidades a las que representan como en el conjunto de la ciudadanía.

“Seguimos mejorando la competencia cívica entre los ciudadanos para desafiar los males relacionados con la mala praxis gubernamental. También para fomentar la cohesión nacional en medio del etnicismo negativo, la seguridad, la prestación de servicios y las preocupaciones de la iglesia sobre cuestiones morales y éticas que afectan al país”, explica Makanda.

A pesar de las dos grandes coaliciones de partidos que dominan la pugna electoral, como son Azimio La Umoja (de Odinga) y Kenya Kwanza (de Ruto), el principal desafío es “que el factor de unión tiende a ser el de grupos étnicos sesgados, en lugar de agrupaciones basadas en cuestiones concretas”, explica Makanda. “Los líderes de estas dos coaliciones son fuertes, por lo que es probable que las elecciones desencadenen violencia si hay sospechas de fraude. Las expectativas de los seguidores son una área importante que debe gestionarse, por lo que la Alianza Evangélica y sus miembros son proactivos a la hora de llegar a las comunidades y establecer diálogos intertribales”, añade.

“El liderazgo de la Alianza Evangélica ha adoptado la responsabilidad de pastorear para una elecciones pacíficas y se enfoca en líderes individuales para un compromiso productivo [en este sentido]”, remarca el secretario general de la EAK.

Una campaña de formación en paralelo a la campaña electoral

A lo largo de la campaña electoral, desde la Alianza Evangélica han desarrollado todo un programa de acciones relacionadas con mejorar la preparación de las iglesias y de los líderes en su compromiso con la ciudadanía y la paz ante las próximas elecciones. 

“Nos embarcamos en un proceso por el que los líderes de las iglesias celebraron una conferencia de dos días para identificar los puntos conflictivos del país que son propensos a la violencia electoral. A partir de esta iniciativa se establecieron Consejos Evangélicos de Mediación. Hay 47 condados administrativos en Kenia. La organización de estos consejos permite que las estructuras existentes se hagan cargo del compromiso de la iglesia con los aspirantes políticos mientras forman a sus miembros sobre su papel en la promoción de la coexistencia pacífica”, explica Makanda.

Aparte de los Consejos Evangélicos de Mediación, otras iniciativas desarrolladas por la Alianza para esta campaña son designar observadores electorales o la circulación de una ‘caravana de la paz’ con un equipo por diferentes zonas del país.

Enfoque especial en mujeres, jóvenes y medios de comunicación

De toda la acción paralela a la campaña electoral, en la Alianza Evangélica han destacado tres cuestiones en especial: las mujeres, los jóvenes y los medios de comunicación. Sobre las primeras, aseguran que “las mujeres y las chicas se ven a menudo afectadas de forma adversa por la violencia post-electoral”. En este sentido, añaden, “la iglesia está involucrando a la Administración local para mejorar la seguridad de las mujeres con diálogos entre comunidades intercomunitarios”. De hecho, otra de las iniciativas llevadas a cabo ha sido el refuerzo de la Red de Paz para Mujeres de la Alianza Evangélica. 

En el caso de los jóvenes, desde la entidad observan una situación de “vulnerabilidad” por la “falta de trabajo y de ingresos”, que “les expone como presas fáciles para los políticos y hace que se les pueda reclutar fácilmente para participar en actividades políticas con incentivos mínimos”. “Las iglesias miembro de la Alianza Evangélica se enfocan en los jóvenes con mensajes sobre la coexistencia pacífica y fuentes de ingresos alternativas”, subrayan. Por eso también han destinado esfuerzo en esta campaña a la Red de Paz para jóvenes de la Alianza Evangélica.

En cuanto a los medios de comunicación, desde la Alianza reconocen que “han sido una estrategia viable alcanzar a la población con mensajes y diálogos que enfatizan decisiones objetivas e informadas”. De hecho, han dedicado una partida exclusiva de gastos para comunicaciones en esta campaña electoral.