En Túnez, los evangélicos participan en la firma del primer acuerdo nacional para la convivencia pacífica

Según la asociación Attalaki, dedicada a la protección de la libertad religiosa y promotora del documento, la declaración ve la luz después de tres años de trabajo con distintas confesiones.

Redacción PD

TÚNEZ · 04 DE FEBRERO DE 2022 · 11:05

Representantes de las comunidades Baha'i, sufí, chií, judía y evangélica han firmado el acuerdo. / Yassine Gaidi, cedida por Attalaki.,
Representantes de las comunidades Baha'i, sufí, chií, judía y evangélica han firmado el acuerdo. / Yassine Gaidi, cedida por Attalaki.

El desarrollo de la libertad religiosa y la convivencia entre confesiones continúa avanzando en Túnez, a pesar de que el país no se ha recuperado de su inestabilidad política. Y es que desde julio de 2021 el Parlamento está suspendido por el presidente Kais Saied, y en el último mes se han intensificado los procedimientos judiciales contra el partido islamista Ennahda.

En un gesto en dirección completamente opuesta a la tensión política, algunas de las principales confesiones religiosas en el país han firmado el primer Acuerdo Nacional para la Convivencia Pacífica. Un documento que, aunque no tiene obligaciones ni consecuencia legales, sí está monitoreado por el Ministerio de Asuntos Religiosos y es fruto del diálogo trabajado en los últimos tres años, según ha explicado Basma Maria Baccari, secretaria general de la Asociación Attalaki, la entidad que ha promovido la firma de la declaración.

“Los símbolos religiosos de todas las religiones y sectas son respetados y no está permitido tocarlas menospreciándolas o burlándose de ellas. Y los lugares de culto han sido hechos para la auto-purificación y para enseñar a la gente las provisiones de su religión, por lo que no está permitido de ninguna manera dañar su santidad y convertirlos en un foco de disputas políticas o emplearlos en un conflicto partidista”, ha subrayado el portavoz del acuerdo, Karim Chniba.

Según él, y en la misma línea que la Asociación Attalaki, que hace unos meses publicó su primer informe sobre la libertad religiosa en Túnez, el discurso de odio ha experimentado una escalada peligrosa en el país durante la última década. Algo que, dice Chniba, se ha traducido en un aumento del extremismo violento de parte de corrientes religiosas e intelectuales.

En Túnez, los evangélicos participan en la firma del primer acuerdo nacional para la convivencia pacífica

Los promotres del acuerdo aseguran haber recibido insultos y amenazas por llevar adelante el proyecto. / Y. Gaidi, cedida por Attalaki.

Evangélicos en Túnez: “No es posible convivir aislado de los demás”

En la firma del acuerdo han participado dos responsables de la Iglesia Evangélica en Túnez, Kamal Ouled Fatma y Ahlam Arfaoui. En declaraciones a Al-Ain News han asegurado que “Dios está en sus cualidades amorosas” y que “no es posible convivir aislado de los demás”. 

“Cristo nos enseñó que no condenemos, para no ser condenados, y que amemos incluso a las personas que no nos aman, por lo que he tenido el honor de participar [en este proyecto] y firmar este acuerdo, que expresa la unidad dentro del marco de una ciudadanía que acoge la diversidad”, han remarcado.

Los representantes de la Iglesia Evangélica en Túnez también han recordado que son “cristianos tunecinos, que no vienen de Europa o América”, y han subrayado que no utilizan sus “trajes religiosos” para demostrar que son iguales que el resto de tunecinos.

“La libertad religiosa es un derecho garantizado por la mayoría de religiones”

Además de la Iglesia Evangélica en Túnez, el documento también lo han firmado el representante de la comunidad Baha’i Mohamed Ben Moussa, el rabino de la sinagoga judía en La Goulette, Daniel Cohen, el responsable de la Unión Sufí, Hassan Bouabdallah, y el miembro del Centro chií Ahl al-Bayt, Sheikh Ahmed Salman.

Entre los puntos del acuerdo destacan el reconocimiento de que “la búsqueda de la verdad y la libertad de conciencia, de religión y de la práctica de ritos religiosos es un derecho garantizado por la mayoría de religiones, tratados internacionales y constituciones nacionales”. Por eso, las confesiones firmantes del acuerdo instan a “combatir la violencia, el extremismo y el odio, comenzando por las fatuas [las respuesta que pronuncia un especialista de la ley islámica y que tienen un valor legal para la comunidad musulmana] y los discursos que piden la exclusión de los demás”. 

En el documento también se rechaza “cualquier marginación de la mujer” y se pide “un currículum educativo actualizado que contribuya a preparar a jóvenes para aceptar la diversidad con el objetivo de protegerles del extremismo”. En este sentido, las confesiones que han firmado el acuerdo piden una mayor protección de los lugares de culto y de los símbolos religioso.

Desde la Asociación Attalaki, que ha promovido el acuerdo, aseguran que el acuerdo ha generado “revuelo” en la sociedad y que han habido sectores de la población que han respondido con “una campaña de insultos y amenazas violentas”. La secretaria general de la entidad, Basma Maria Baccari, dice que han recibido “una gran cantidad” de mensajes ofensivos y de amenazas por parte de líderes musulmanes radicales, intelectuales y otros actores que defienden que “Túnez es un país musulmán y lo seguirá siendo”. “Esto es una evidencia de lo extendido que está el extremismo en la comunidad”, remarcan desde la organización. 

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