Más de 200 personas han muerto y centenares permanecen desaparecidas después de las inundaciones masivas que han afectado a la región oeste del centro de Europa. Establecimientos públicos, viviendas y carreteras han quedado completamente destruidos a causa de las riadas descontroladas.

En Alemania, el número de muertos asciende ahora al menos a 163 personas, y todavía hay más de mil desaparecidos, mientras que los medios de Bélgica informan de más de 36 muertes en el país. Países Bajos, Luxemburgo y Suiza también se han visto afectados.

El Estado alemán más afectado es el de Renania-Palatinado, donde las autoridades han confirmado más de 60 muertos, incluidos 12 residentes de un centro especializado para personas con discapacidad. Las inundaciones también han golpeado con fuerza Renania del Norte-Westfalia, cuyos responsables estatales estiman el número de muertos en al menos 43 personas, aunque han advertido de que probablemente la cifra aumentará.

Alrededor de 15.000 policías, soldados y trabajadores de los servicios de emergencia se han desplegado en Alemania para ayudar en los trabajos de búsqueda y rescate.

“Mi empatía y mi corazón están con todos aquellos que en esta catástrofe han perdido a sus seres queridos, o que todavía están preocupados por la suerte de las personas que siguen desaparecidas”, señaló la canciller alemana, Angela Merkel, mientras se encontraba de visita oficial en Estados Unidos.

Hablando en la Casa Blanca el jueves, Merkel explicó que teme “que solo veremos la magnitud del desastre en los próximos días”, y destacó que su gobierno no dejaría a los afectados “solos con su sufrimiento”, y agregó que estaban haciendo “todo lo posible para ayudarlos en su angustia”.

Según Malu Dreyer, la gobernadora de Renania-Palatinado, “hemos experimentado sequías, lluvias intensas e inundaciones durante varios años seguidos, incluso en nuestro Estado; el desafío climático ya no es abstracto. Lo estamos viviendo de cerca y de forma dolorosa”.

Reacciones de los líderes protestantes

Heinrich Bedford-Strohm, el presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania (EKD, por sus siglas en alemán) ha manifestado en una publicación en Facebook que sus “pensamientos están con todas las personas que se han visto afectadas estos días por las terribles lluvias y las inundaciones”.

“El agua que muchos anhelaban durante la sequía ahora se ha convertido en un desastre. Los fenómenos meteorológicos extremos han causado grandes daños materiales. Oro para que Dios los apoye, les dé fuerza donde están agotados y valor donde amenazan con desesperar. Y que nos dé a todos ojos y oídos abiertos para que veamos dónde y cómo podemos ayudar”, ha añadido.

El presidente de la Iglesia Protestante en Renania, Thorsten Latzel, también ha dicho sentirse “profundamente entristecido por el sufrimiento causado por las tormentas”. “Han muerto personas, se han derrumbado casas, se han inundado sótanos, han muerto bomberos intentando ayudar”, ha remarcado.

“Junto con muchos otros, oro por los afectados y quienes están ayudando. Al mismo tiempo, estoy agradecido por la ayuda que ahora se está brindando de una manera muy práctica en nuestras comunidades e iglesias: desde la ayuda al vecindario con el bombeo de agua, pasando por los panecillos y el café caliente, hasta el apoyo pastoral, por ejemplo, a través de la capellanía de emergencia”, ha subrayado.

Solidaridad de parte de las iglesias

En Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado los creyentes apoyan activamente la lucha contra las consecuencias del desastre de las inundaciones.

Sammy Wintersohl, jefe de la Oficina de Prensa y Comunicación de la Asociación de la Iglesia Protestante de Colonia, ha explicado a la agencia de noticias protestante IDEA que en Erftstadt, cerca de Colonia, los trabajadores voluntarios a todo tiempo de las iglesias protestantes están ayudando a los equipos de rescate y atendiendo a las víctimas de las inundaciones.

“Las congregaciones están ayudando donde pueden. La situación sobre el terreno no está clara”, ha apuntado Wintersohl. Algunas casas han sido arrasadas y corren peligro de derrumbarse, por lo que “llegan llamadas de emergencia desde las casas, pero el rescate no es posible en muchos casos”.

Mientras tanto, las comunidades de la iglesia en Erftstadt han abierto sus instalaciones para proporcionar sopa y café a los agotados trabajadores de los equipos de emergencias, y en Bergheim, también cerca de Colonia, la iglesia protestante ha alojado a un grupo de 50 jóvenes que estaban de campamento cuando sus tiendas y todas las instalaciones fueron inundadas por el agua.

Además de la Iglesia Protestante de Renania-Palatinado y la Iglesia Protestante de Renania del Norte-Westfalia, numerosos distritos eclesiásticos han pedido oración y han puesto en marcha una campaña de donativos para las víctimas de las inundaciones, y también están distribuyendo alimentos entre los necesitados.