“Sin apoyo del gobierno ni de la sociedad”, los cristianos somalíes dicen que la pandemia les ha afectado más
“La mayoría de cristianos en Somalia lo son de forma clandestina. Somos una comunidad perseguida”, explican los responsables de una comunidad virtual de creyentes en el país.
MOGADISCIO · 24 DE FEBRERO DE 2021 · 16:30
Somalia aglutina prácticamente una crisis para cada ámbito de la vida pública. En febrero de 2020, el país del cuerno africano tuvo que declarar el Estado de emergencia ante una plaga de langostas que arrasó miles de cultivos. Ahora, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha publicado un informe donde estima que 2,6 millones de somalíes se encuentran en una situación de extrema inseguridad alimentaria y que corren el riesgo de padecer hambre severa. El gobierno nacional acaba de pedir cerca de 900 millones de euros a la comunidad internacional para poder brindar ayuda a las más de cuatro millones de personas que necesitarán ayuda humanitaria a lo largo de este año.
Al mismo tiempo, el mandato del actual presidente, Mohammed Abdullahi, más conocido como ‘Farmaajo’ por su afición al queso, expiró el pasado 8 de febrero y ha aplazado sine die las elecciones que debían celebrarse. Desde entonces, los líderes de la oposición han dejado de reconocer su autoridad y la ONU ha instado a los diferentes líderes políticos del país a dialogar para poder celebrar los comicios. “Las crecientes tensiones políticas amenazan el progreso de construcción del Estado en Somalia e incluso la seguridad a menos que se resuelvan a través de diálogo y compromiso en interés del país”, ha señalado el enviado de Naciones Unidas en Somalia, James Swan.
Un hecho que alimenta la crisis política en la que ya se encontraba el país, con diferentes regiones funcionando a la práctica como gobiernos independientes, como Jubalandia, Puntlandia y Somalilandia, y con el grupo yihadista de Al Shabaab que sigue conservando una presencia fuerte. De hecho, según el proyecto de Datos de Acontecimientos y de Ubicación de los Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés), el grupo terrorista ha matado, al menos, a 4.500 civiles en el país desde 2010.
Una situación a la que se le suma la reciente crisis con la vecina Kenia y, sobre todo, el efecto de la pandemia del coronavirus en el país, que suma poco más de 6.000 contagios y de 200 fallecidos desde el inicio de la epidemia, pero para el que las perspectivas de vacunación a corto plazo son escasas.
Tensión con la vecina Kenia
“Han habido tensiones entre Kenia y Somalia en los últimos años”, explican a Protestante Digital Abdi Duale y Kawser Omar, dos cristianos evangélicos somalíes responsables del portal digital ‘Comunidad de Creyentes Somalíes’, una de las pocas páginas web en las que se comparten contenidos de la Biblia y mensajes evangelísticos en somalí. “Una cuestión que todavía no se ha resuelto es la larga disputa territorial sobre un tramo del Océano Índico reclamado por ambas naciones que se cree que tiene valiosos depósitos de petróleo y gas. Somalia ha llevado a Kenia a la Corte Internacional de Justicia y el proceso de arbitraje sobre este tema aún está en curso”, explican.
Al mismo tiempo, remarcan la dependencia de Kenia que Somalia ha tenido hasta ahora en términos de seguridad interna. “El ejército de Kenia también es parte de AMISOM (la Misión de la Unión Africana en Somalia), por lo que tiene una importante influencia política en Somalia. El gobierno central de Somalia no es fuerte y depende de la AMISOM, de la cual Kenia es parte”, dicen.
El pasado mes de diciembre, apenas un año después de que los dos países normalizasen de manera parcial sus relaciones tras las tensiones sobre su frontera marítima, en noviembre de 2019, el gobierno somalí volvía a anunciar el cese de las relaciones diplomáticas con Kenia después de que el presidente del autorpoclamado Estado de Somalilandia, Muse Bihi Abdi, visitase Nairobi para reunirse con altos funcionarios del ejecutivo keniano.
Por su parte, Kenia ha decidido abrir un consulado en Hargeisa, la capital de Somalilandia, lo que ha ahondado la fractura entre ambos países. “Siempre hay desacuerdos políticos entre los gobiernos regionales y el central. Una de estas regiones es el estado territorial de Jubalandia, que limita con Kenia. Somalia suele acusar a Kenia de usar ese estado para presionarlo. A medida que la tensión ha aumentado, el gobierno de Kenia se ha aproximado a la secesionista Somalilandia, en el norte, y ha entablado relaciones más estrechas con ella, incluido el intercambio de consulados; algo que nunca había ocurrido”, explican Duale y Omar.
Para estos evangélicos somalíes, “parte del problema son las luchas políticas internas dentro del gobierno de Somalia”. El aplazamiento de las elecciones y la deriva del gobierno de ‘Farmaajo’ son una muestra de la flaqueza y la falta de unidad en el poder nacional. “El presidente acusa a Kenia de apoyar a los gobiernos regionales que se oponen a él y a otros partidos de la oposición”, remarcan. En esta situación, aseguran, “Kenia todavía alberga unos 200.000 somalíes que viven en campos de refugiados en el este del país. Existe una sólida comunidad empresarial somalí en Nairobi y los intercambios comerciales transfronterizos se han visto afectados negativamente por la tensión política”, subrayan.
Según los últimos datos del Observatorio de la Complejidad Económica, de 2018, Kenia era el principal destino de las exportaciones de Somalia dentro del continente africano, que representaban un 1,7% del total de las exportaciones de Somalia. Al mismo tiempo, es el primer país africano desde el que Somalia importa productos como tabaco de liar o caña de azúcar. “Es poco probable que estalle una guerra. Sin embargo, además de los problemas ya mencionados, los extremistas de Al-Shabaab también utilizarán esta cuestión política a su favor para llevar a cabo más ataques en los dos países”, advierten Duale y Omar.
Este medio ha contactado con la Alianza Evangélica de Kenia, pero no ha obtenido respuesta a sus preguntas sobre cómo viven la situación desde el otro lado de la frontera.
¿Nueva ola de persecución de cristianos en Somalilandia?
Los responsables de la página ‘Comunidad de Creyentes Somalíes’ consideran que “la tensión política entre Kenia y Somalia no está provocando un odio real entre los kenianos y los somalíes”. “La gente se da cuenta de que se basa en diferencias políticas entre las dos administraciones, y no en la religión o la etnia. Todavía se ven a muchos cristianos kenianos que trabajan para ONG internacionales o como profesores en las áreas de población somalí”, dicen.
Donde sí han identificado un crecimiento de la hostilidad contra los cristianos es en la región de Somalilandia. “Tras la autodeclaración de independencia en 1991, la República de Somalilandia se convirtió en un país laico de mayoría musulmana y que no tolera el extremismo. La presencia del cristianismo se tolera siempre y cuando sea útil para su desarrollo y no se permite lo que se considera como proselitismo”, explican Duale y Omar.
Desde la ‘Comunidad de Creyentes Somalíes’ explican que “el 21 de septiembre de 2020, dos cristianos somalíes fueron arrestados en Hargeisa”. “Awaale y su esposa Muna fueron acusados de apostatar del Islam y de difundir el cristianismo. Tienen tres hijos, uno de ellos un bebé. Al menos nueve cristianos somalíes han huido a la vecina Etiopía y hay informes de otros detenidos recientemente. Awaale y Muna han sido liberados y se han trasladado a Etiopía por su seguridad, pero el 23 de enero de 2021 otra pareja de cristianos fue detenida y siguen en prisión”, aseguran.
“No sabemos el motivo del repentino aumento de la persecución, pero las autoridades de Somalilandia han asegurado recientemente en un vídeo que quien se atreva a difundir el cristianismo en esta región debe ser plenamente consciente de que no escapará de la mano de los agentes del orden y que no se permitirá la difusión del cristianismo, que se considera una blasfemia”, añaden Duale y Omar, que piden oración a los cristianos de otro países por esta situación.
La pandemia ha perjudicado más a los cristianos en Somalia
El país lleva años instalado en los primeros lugares de la Lista Mundial de Persecución que elabora Puertas Abiertas. En su última edición, vuelve a ocupar el tercer lugar entre los países donde el cristianismo es más perseguido en el mundo.
A pesar de que el 99,6% de la población se identifica como musulmana y solo el 0,3% lo hace como cristiana, de los cuales el 0,01% como evangélicos, según Joshua Project, desde la ‘Comunidad de Creyentes Somalíes’ manifiestan que “la Covid-19 ha golpeado más duro a los cristianos que a los musulmanes” en el país. Ni siquiera la buena relación con las comunidades cristianas de los países vecinos, como Kenia o Etiopía, sirve para relajar la constante hostilidad hacia el cristianismo en Somalia.
“La mayoría de cristianos en Somalia lo son de forma clandestina, pero hay comunidades [de cristianos somalíes] en Etiopía, Kenia y Yibuti. Somos una comunidad perseguida sin apoyo del gobierno ni de la sociedad”, lamentan Duale y Omar. Por eso, piden oración a los cristianos en otros países y “una iniciativa de apoyo espiritual y material”.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - “Sin apoyo del gobierno ni de la sociedad”, los cristianos somalíes dicen que la pandemia les ha afectado más
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