“La iglesia y las familias ya están rotas, y la confianza destruida en muchos casos”
Brasil retoma este domingo el choque electoral entre Bolsonaro y Haddad en una ambiente históricamente tenso. La polarización también se ha arraigado en las comunidades protestantes, la mayoría de las cuales parece optar por el primer candidato.
BRASILIA · 26 DE OCTUBRE DE 2018 · 08:00
Último tramo del largo período electoral que está atravesando Brasil a lo largo de este 2018. El país alcanza este domingo el punto álgido de un año político tenso y plagado de hostilidades, con la votación de la segunda vuelta de las presidenciales entre Jair Bolsonaro y Fernando Haddad.
El asesinato de la concejala del Ayuntamiento de Río de Janeiro, Marielle Franco, en marzo, el encarcelamiento del expresidente, Lula da Silva, en abril, el apuñalamiento de Bolsonaro, en septiembre, y la dureza verbal en los debates han hecho de esta campaña un ejercicio de hostilidad a niveles históricos, según representantes de diferentes sectores y colectivos en Brasil. “El país está realmente dividido y tenso, de una forma como nunca antes vi”, dice la periodista y comunicadora, Jessica Grant. “En todos lados hay muchas mentiras, acusaciones y dificultades para dialogar”, remarca.
“En la historia política reciente de nuestro país no se ha visto una participación política tan intensa de los simpatizantes o adeptos de una u otra candidatura presidencial”, comienza el manifiesto publicado por la Alianza Cristiana Evangélica Brasileña de cara a la votación del domingo.
De momento no hay sorpresa en la previsión de voto. Las encuestas siguen dando la victoria al candidato del Partido Social Liberal (PSL), Jair Bolsonaro, con el 57% de los sufragios, mientras que sus oponentes, Fernando Haddad y el Partido de los Trabajadores (PT), subirían dos insuficientes puntos, quedándose con un 43% de las papeletas.
EL INTERROGANTE DE LOS APOYOS
El sistema de doble vuelta siempre devuelve al escenario a los candidatos que han caído en la primera ronda para ver si manifestarán su apoyo por alguno de los dos que se están jugando la presidencia. Es el caso de la evangélica Marina Silva, que tan sólo consiguió un 1% de los votos pero que se ha manifestado partidaria de Haddad. “Ha recibido apoyo explícito del socialista Guilherme Boulos, de la ambientalista Marina Silva y del laborista Ciro Gomes. Ninguno de los demás candidatos se ha posicionado abiertamente a favor de Bolsonaro”, dice el periodista brasileño Jarbas Aragão.
Según el responsable del Frente de Evangélicos por el Estado de Derecho, Ariovaldo Ramos, el otro candidato evangélico, Cabo Daciolo, también caído en primera ronda, “tiene un vídeo que ha sido aprovechado por el PT, pero no se conoce ningún apoyo formal”.
CRÓNICA DE UN CHOQUE
La manifestaciones de las últimas semanas han reflejado el evidente choque ideológico entre los partidarios de Bolsonaro y los del Partido de los Trabajadores. Un escenario que no es nuevo, puesto que la punta de lanza del discurso del candidato del Partido Social Liberal ha sido, desde un principio, la acusación de corrupción contra la formación de Lula da Silva y Dilma Rousseff. “El clima, en vísperas de la elección es de gran expectativa de cambio, idea que Bolsonaro ha logrado traducir mejor en su campaña”, defiende Aragão. “El hecho de que Haddad sea del PT, partido responsable de la mayor corrupción de la historia de Brasil, ha provocado que sus discursos sobre ‘corregir rumbos’ y ‘combatir la corrupción’ hayan sido vistos como anécdotas por buena parte de la población”, opina.
“Estas elecciones pueden resultar en un aval al golpe de Estado”, manifiesta Ramos, declarado adepto del PT. “Nos espera retomar los derechos perdidos, o ver un estado no de retroceso, sino de barbarie”, afirma.
En otro manifiesto, la Alianza Crisitana Evangélica de Brasil pide a los dos presidenciables “un compromiso con la justicia, la verdad y la nación”. “Con la conciencia de que vivimos un momento tenso, desalentador y crítico para nuestra nación, nos proponemos orar por un proceso electoral responsable, democrático, pacífico y restaurador de la dignidad social y la confianza política”, dice la entidad en su escrito. También aprovecha el documento para establecer una serie de ejes sobre los que pide compromisos de cambio y de mejora, como reafirmar la democracia, transparencia política, la protección de un empleo digno, el cuidado del medio ambiente, la protección de los derechos humanos, la garantía de la libertad religiosa, y la protección de la vida.
LOS EVANGÉLICOS Y LA ESCENIFICACIÓN DE UNA RUPTURA
El voto evangélico ha sido uno de los sectores más cotizados por los candidatos en esta campaña. Según Aragão, el 71% de los protestantes han optado por Bolsonaro, a pesar de que es católico. Las informaciones consultadas por Grant apuntan a entre un 50% y un 59% del voto evangélico para el candidato del PSL. “La gente ve que hay una mayoría evangélica siguiendo a Bolsonaro”, dice. “Muchas iglesias están defendiendo a Bolsonaro desde el púlpito. Por otro lado, también han surgido organizaciones cristianas contra él. A pesar de que hubo un encuentro de evangélicos con Haddad el día 17, la mayoría de la iglesia en Brasil apoya a Bolsonaro desde el inicio de campaña”, apunta la periodista.
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), más del 64% de la población es católica, mientras que el 22% es evangélica. Un amplio sector del escrutinio que ha hecho que cuestiones como el aborto o la ideología de género hayan sido utilizadas por los diferentes candidatos en sus campañas. “El Frente Parlamentario Evangélico (también conocido como Bancada Evangélica) ha divulgado una nota afirmando que si Haddad gana, la libertad religiosa sufrirá en el país. La mayoría de pastores influyentes de Brasil se han posicionado al lado de Bolsonaro. Muchos sacerdotes y líderes católicos también han apoyado al excapitán del ejército debido a sus posiciones conservadoras y de defensa de la vida y la familia”, señala Aragão. “Haddad ha hecho una serie de cambios en su campaña en los últimos días. Ha cambiado el rojo por el verde y el amarillo, ha dejado de asociarse con la figura de Lula, como hiciera durante los últimos meses, ha buscado mostrar una imagen más cristiana retirando de sus propuestas la defensa de la legalización del aborto”, explica el periodista.
El escenario de división también se ha echo notar en el ámbito protestante. “La participación que se observa en las redes sociales, el empeño casi fanatizado que se manifiesta, necesita ser transformado en acciones prácticas y de conciliación y encuentro con la sociedad”, alerta la Alianza brasileña en su comunicado. “Sea cual sea vuestro candidato, no podemos olvidar que no hay, para el cristiano, lealtades absolutas entre nosotros”.
PASE LO QUE PASE, UN ESCENARIO DE CONFRONTACIÓN
“Mi mayor preocupación son los ‘porteros del cielo’, que determinan que votar a uno o a otro candidato significa no ser cristiano. Muchas personas han tenido este comportamiento y excluido a quien piensa diferente. La Biblia ha sido muy utilizada para atacar ambos lados, pero no hay diálogo. La iglesia y las familias ya están rotas, y la confianza destruida en muchos casos. Las personas confunden hecho con opinión y juzgan la opinión de los demás cuando se busca desmentir algo. Tendremos un país dividido, polarizado e inmerso en odio”, declara Grant que, entre otras cosas, pide oración por la reconciliación y el aprecio de la verdad y la justicia en la relaciones.
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